Después de aquel domingo 20 de marzo, en el que no estaba segura de si estaba de parto o no, vino una semana bastante rara y pesada.
El lunes seguí con contracciones, dolorosas, pero irregulares. El martes igual y el miércoles fui a la ginecóloga a la última revisión. Sin embargo, la tensión estaba alta, por lo que me dijo que la controlara en casa y que si subía más de 140/90 fuera para el hospital. Y así pasó y fue nuestra primera visita al hospital. La tensión estaba en el límite, así que me mandaron a casa y me dijeron que la controlara. Lo que sí vieron es que tenía muchísimas contracciones, de intensidad de parto, por lo que no tardaría en volver al hospital.
Y no tarde, al día siguiente, menos de 24 horas después estaba otra vez allí. Esta vez iba conduciendo camino de mi antigua casa, en la que mi madre ha decidido mudarse de nuevo y así estar más cerca del trabajo. Las contracciones empezaron cuando salí de mi casa, pero como cada día era igual, no pensé que fueran a ir mucho más allá. Sin embargo, empezaron a ser fuertes y muy dolorosas y se me entrecortaba hasta la respiración. Estaba conduciendo y me quedaban 5-10 minutos para llegar a mi destino. Llamé a mi marido y estuvimos hablando hasta que llegué a la casa, no quería quedarme sola y prefería ir hablando. Las contracciones eran cada 5 minutos. Mi madre me llevó a mi casa para que me diera una ducha y llegara mi marido y nos fuimos al hospital.
Me monitorizaron y tenía contracciones cada 3 minutos. Tenía dinámica de parto, pero cuando me hicieron el tacto sólo estaba de 2 centímetros. Me dijo que me diera una vuelta, que era cuestión de horas, pero que no sabían de cuantas. Así que estuvimos paseando por la sala de espera, con contracciones cada 3 minutos. Cuando me vio el ginecólogo me dijo que me mandaba para casa, que en cualquier momento me pondría de parto, pero esto eran todavía pródromos. Unas veces más dolorosos que otras, pero que lo mismo nos veíamos en un par de horas. Bueno, lo mismo no, porque no había camas y si se llenaban los paritorios pues tendrían que mandarme con una ambulancia al Gregorio Marañón, pero que si paría allí esa noche no saldría del paritorio hasta por la mañana y sólo podría acceder al paritorio mi marido.
Así que yo decidía, había elegido un mal día para parir (palabras textuales del ginecólogo) y si esa noche me ponía de parto tenía que pensar a qué hospital dirigirme. ¿Pero cómo sabría si estaba de parto? Tenía contracciones cada 3 minutos de fuerte intensidad, signo inequívoco de que vas a parir. En mi caso, ¿cuándo? Me dijo que lo sabría.
Volví a casa muy cansada y derrotada, las contracciones no cesaban, así que me metí en la bañera para relajarme. Paseé con mi marido, subí los 8 pisos hasta mi casa y aquello seguía igual, cada vez un poco más dolorosas. Al final de la noche se relajaron a cada 10 minutos y me permitieron dormir desde media noche hasta las 4:30. Las última noches me había despertado a esa misma hora, las 4:30, pero estaba muy cansada. El día anterior había sido muy duro y no parecía que aquello fuera a mejorar.
A las 5 empezaron las contracciones, mucho más fuertes que el día anterior, pero cada 10 minutos. Después de casi una hora en la cama, me levanté y anduve por la habitación. Una hora después eran cada 7 minutos. Otras dos horas después eran cada 5 minutos. Muy dolorosas, por lo que me metí en la ducha. Mi marido sentado en la taza del váter mientras hablábamos y yo en la ducha esperando a que llegara una contracción y cuando venía encendía la ducha y parece que el dolor, aunque muy intenso, era aguantable. Yo me resistía a ir al hospital, no quería que me volvieran a mandar a casa, debía de estar muy muy segura o si no el bajón podía ser considerable. Mi marido cronometraba las contracciones y empezaron a ser cada 3 minutos. Ambos estábamos muy tranquilos y aquello había ido muy despacio, estaba segura de que no se iba a acelerar de repente.
Aumentaron la intensidad, así que decidimos que era el momento de ir al hospital. Cuando llegamos no había aparcamiento y yo ni corta ni perezosa le dije a mi marido que aparcara abajo, que subía andando. Según salí del coche me dio una contracción que me dejó doblada. Le dije que me llevara a urgencias y que él se fuera directamente a ginecología.
Cuando llegué esperé mi turno, di mis datos y giré dirección la sala de espera. Entonces vi que había unas 30 personas allí dentro, ni un asiento libre, la gente de pie, pensé que pararía allí si me hacían esperar. Entonces me dio una contracción, me doblé, respiré como pude y entonces la gente intentó agarrarme. Qué agobio, por favor. Intentaban ayudarme, pero no podían. La personas de allí gritaban "Esta chica está de parto" y yo allí intentando aguantar el dolor y que la gente dejara de atosigarme. Por suerte vino un celador con una silla y me pasaron a triaje. Rápidamente me llevaban dirección ginecología, de donde esperaba no salir sola.
Pero eso ya os lo cuento otro día, que si no se queda el post muy largo. Os deseo una gran semana a todos y que disfrutéis mucho!!!
Ayy que me has dejado enganchada comiendo galletas y me cortas en lo mejor!!
ResponderEliminarQue agobio en la sala de espera, y encima en esos momentos que matarías a cualquiera jeje.
Besitos
Ayyy que emoción Suu, espero los siguientes capítulos, aunque ya sabemos el final feliz me apetece mucho saber como sucedió todo. Un besito fuerte princesa. Espero que los 4 esteis genial y que todo esté yendo muy bien!!!
ResponderEliminarAy, que lo dejas en lo mejor!!!
ResponderEliminarEstoy deseado saber cómo termina la historia. Además de con un precioso niño que eso ya lo sabemos, ja, ja.
Un saludo guapa!
aisss ahora nos has dejado con las ganas jeje,bueno bueno esperare al post de mañana
ResponderEliminaruff que valiente eres!!
ResponderEliminarSi soy yo ahi con lo que me agobia la gente madre mia!
Nos dejaste con la ganitas jajajaja
Besotes
Ya estoy llorando y aún no ha empezado "lo bueno"... Si es que últimamente lloro con todo!!!
ResponderEliminarMenudo parto largo que tuviste. Espero la segunda parte.
ResponderEliminarja, ja... Un parto por entregas, como una telenovela... Y nos lo dejas en lo mejor ;-)
ResponderEliminarPor cierto, el corrector ortográfico te ha jugado una mala pasada y te ha cambiado "prodromos" por "podómetro" :D
Nos has dejado a todas con las ganas de saber más, que angustia tuviste que pasar en la sala de espera, y que largo se tuvo que hacer el día entero con contracciones.
ResponderEliminarDi que sí, tu explayate todo lo que haga falta que luego se nos olvidan las cosas.
ResponderEliminarYo el mío lo conté en 7 post!!! jajaja, bueno ya lo sabes, así que nada a darle al tema. ;-)
Un besazo guapa!
Hija mía! Cuando leo estas cosas me doy cuenta de la suerte que tuve yo que no me dolieron las contracciones hasta menos de una hora antes de ten e a mi bebe en brazos! Nis has dejado a medias, sigue mañana por favor
ResponderEliminarNo nme puedes dejar asi esto engancha mas que una novela jajaja. ok pues ya nos seguiras contando.
ResponderEliminarEstos relatos son siempre tan emocionantes, me encanta! estoy deseando leer el resto.
ResponderEliminarAyyy que guay tu experiencia en capitulos!!! Me encanta!!! Ya estoy enganchada y deseando que lleguen los siguientes capitulos!!!
ResponderEliminarUn beso
Sí que deben doler esas contracciones, madre mía, qué momentos, pero por suerte pasó todo y tu peque nació bien y todo está en orden. Espero ansiosa la segunda parte! Besotes.
ResponderEliminarQué bien! Estaba hechando de menos tu relato...
ResponderEliminarMe encantan las entregas!
¿Qué has elegido mal día? con la de cábalas que hiciste!! yo alucino con lo de que tienes que elegir a donde ir, yo en esos momentos no hubiera sido capaz de elegir nada... cuando os leo me doy cuenta de las ventajas que tenemos en este sentido las que vivimos en ciudades pequeñas: un sólo hospital y no hay ninguna duda.
ResponderEliminarEspero ansiosa la segunda parte!!
Venga, ¡¡la segunda parte ya!!
ResponderEliminarVeo que os he dejado con la intriga, verdad? Jajajaja, si ya sabéis cómo termina.
ResponderEliminarEn cuanto pueda tener otro rato continúo, que hay que explicar las cosas muy muy bien y para eso se necesita un poquito de tiempo. Pero si no es mañana, es pasado, no os preocupéis.
Eloísa, gracias por la rectificación. Una que es una poco analfabeta y no sabía cómo se escribía, pero os agradezco el apunte. Ya lo he cambiado en todas las entradas.
Aunque llego un poco tarde, decirte que me alegro mucho de que hayas sacado un ratito para contarnos cómo fue todo. Espero ansiosa la segunda entrega.
ResponderEliminarJolín nena komo se alargó la cosa no ???
ResponderEliminarSon la ostia, osea k mal día para parir ??? Komo si lo tuvieramos marcado en la agenda... en fín.
Me encantó, sigue, sigue kontando :D
Menos mal que te rescataron de urgencias! Si no allí con el aburrimiento que tiene la gente de esperar, lo que te hubieran agobiado en un momento!! Tienes razón con lo elegir el hospital, hay muchos casos de parto en que no es el más cercano, sino el que mejor creemos que nos irá o dónde pensamos seremos mejor atendidas. No fué mi caso, pero sé que a veces ocurre. Cuando puedas, sigue contando!
ResponderEliminaresas son las experiencias que nunca se olvidaran... me has dejado con ganas de más... estaré a la expectativa de la continuacion.. lo bueno es que ya sabemos el final feliz...
ResponderEliminarMuchos cariños para los 4
¡¡Al fin!! jejeje estaba ansiosa por conocer la historia de cómo llegó tu peque al mundo. To be continued... :P
ResponderEliminarUf!! Hasta yo me he doblado en la última contracción, Suu!!
ResponderEliminarEl agua alivia mucho, verdad? Es genial.
Esperaré el desenlace!!
Besitos!
Que ganas de seguir la historia, aunque ya la conocemos...me hiciste recordar mi segundo parto y tercer parto mientras iba en coche...y pensé que no llegaba a urgencias andando desde donde habíamos aparcado!
ResponderEliminar