sábado, 30 de junio de 2012

Golpetazos

¡Ay, qué torpes somos a veces! Una pone tropecientos ojos en sus hijos, sale corriendo cada vez que les ve que se van a tropezar, se anticipa ante cualquier golpe, salta tres vallas y da dos vueltas mortales con tal de que no se hagan un chichón y, sin embargo, lo saca de coche, no mide dónde está la puerta y cuando se echa al hombro a su Pequeñín, le pega con la puerta en la frente haciéndole hasta una hendidura.

Madre mía cómo sonó. Pobrecito mi Pequeñín. Rauda y veloz salió mi Bichito del coche gritando: “Mi Pequeñín, mi Pequeñín”, las dos le abrazamos y le consolamos. Cuando se hubo calmado y vimos el golpe que tenía, subimos rápidamente a casa. En cuanto entramos por la puerta mi Bichito se fue corriendo al salón: “Mamá, la barrita, mamá, la barrita”, señalando el lugar donde se encuentra el botiquín. Fui a por el Arnidol y se lo apliqué en el huevo que le estaba saliendo. No os podéis imaginar cómo se le estaba poniendo, parecía que tenía vida propia. En seguida dejó de inflamársele y podía verse la línea morada que le atravesaba el lado derecho de la frente.

Menos mal que le bajó la inflamación y el moratón, pero aún así cuando mi marido entró por la puerta y le vio el golpe, me preguntó: “¿qué ha pasado? ¿Le habrás aplicado ya el Arnidol?”.

No os podéis imaginar lo mal que me sentido durante días al verle la línea morada en la frente. Menos mal, que gracias al poder antiinflamatorio de la árnica y el harpagofito bajó rápidamente y no le duró demasiado tiempo, porque cada vez que le miraba me sentía la peor madre del mundo.

Tanto evitarle golpes y luego soy yo la que se los da…

viernes, 29 de junio de 2012

Sueño Feliz: nuestra experiencia

En mi casa el tema del sueño siempre me ha preocupado y el de mis hijos muchísimo, de hecho tengo 31 entradas en mi blog con ese tag. Debe de ser por culpa de mis problemas con él. Volqué mis miedos en mis hijos y su descanso para mí era sagrado, sobre todo con mi Bichito. Pero siempre les he respetado, a veces con una sonrisa, otras más cabreada y otras con unas ojeras de impresión, pero siempre respetando sus ritmos.

El sueño de mi Bichito maduró antes y el de mi Pequeñín está en proceso, desde que escribí una entrada sobre que había dormido del tirón, sólo lo ha vuelto a hacer una única vez y escribí el post hace más de 3 semanas. He tenido momentos tensos debido a la desesperación que muchas veces produce el comportamiento de nuestros hijos y de la acumulación del cansancio, pero entre mi marido y yo hemos logrado solventarlo de la mejor forma posible, sin perder el respeto a nuestros pequeños y pidiéndoles perdón si les hemos levantado la voz en algún momento. 

Muchas han sido las personas que me han hablado del maldito libro Duérmete niño de Eduard Estivill, que no entraba dentro de mis principios y de lo que yo considero respeto hacia mis hijos. Siempre he hablado de ello abiertamente, dando mis argumentos y sabiendo que tarde o temprano el sueño de nuestros hijos maduran, sólo hay que saber esperar. He oído hablar de niños a los que se lo han aplicado, niños que han llorado, que han vomitado, que se han sentido solos, que han pedido ayudas a sus cuidadores y no la han obtenido, que se han dormido de puro agotamiento llevado al extremo. Los bebés tienen una función primitiva que para sobrevivir y no se agoten dejan de llorar y se duermen para guardar sus últimas fuerzas.

Me cuesta muchísimo entender a las personas que lo aplican, de verdad, muchísimo, no soy capaz de comprender el sufrimiento de un bebé, mis oídos nos están hechos para escucharles llorar en ningún caso, y mucho menos voluntariamente por sus cuidadores. He recomendado libros alternativos, que te ayudan a entender el sueño de los bebés y de los niños y que, en algunos casos, dan algunas pautas para mejorar las noches. Pero yo creo que en estos primeros años de la vida de nuestros bebés, son especialmente vulnerables, necesitan que las personas que más les quieren les apoyen y les ayuden y no que ignoren su sufrimiento.

No sólo me considero diametralmente opuesta al método Estivill, sino que además me parece una auténtica salvajada. No soy capaz de entender cómo algo así ha llegado a tantos hogares y cómo se han dejado manipular. Los tres primeros años de nuestros bebés son los más importantes de sus vidas, en los que sientan las bases de su psique y su carácter y abandonarles en su habitación a oscuras, sin atender sus necesidades, no es el camino.

Cuando yo era una madre inexperta y leía libros que venden muchísimos ejemplares, que salen en las revistas de bebés comunes y que te dicen cómo debes de hacer las cosas, supe que eso no era normal, que así no. Investigué, leí muchos artículos y busqué información sobre el sueño de los bebés, hasta que encontré el famoso libro de "Felices Sueños" ("The no-cry sleep solution", de Elisabeth Pantley) y entendí a mi Bichito y seguí respetándola como hasta ese momento había hecho y esperando tranquila a que su sueño madurara. Con mi Pequeñín lo tenía claro y ya no volqué mis miedos en él, sólo me he dedicado a esperar y a respetarle.

Les acuesto cada noche con amor y cariño, dándoles un beso y deseándoles felices sueños y estoy segura que los tendrán. Si se despiertan les cojo y les acurruco en mi regazo dándoles un beso, ahí estaremos su padre y yo siempre para lo que nos necesiten. Cada mañana les despierta mi marido con un beso.

Os dejo enlaces a libros y artículos que nos ayudan a entender que los bebés y los niños son bebés y niños y que duermen como tales y hay que tratarlos con amor y respeto:
“El sueño del bebé sin lágrimas” de Elisabeth Pantley.
“El sueño del niño de los dos a los seis años sin lágrimas”, de Elisabeth Pantley.
"La siesta hasta los seis años, sin lágrimas", de Elisabeth Pantley.
“Dormir sin lágrimas”, de Rosa Jové.
"Desmontando a Estivill", por la psiquiatra Ibone Olza.
"El sueño infantil, mitos y realidades", en Dormir sin llorar.
"El método Estivill sufrido en propia carne", en Mente Libre.

jueves, 28 de junio de 2012

29 de junio: Día Mundial del Sueño Feliz y más

Mañana es un gran día por varios motivos que ahora os explicaré. Entre ellos se encuentra la iniciativa que se ha creado en la blogosfera para compartir nuestras experiencias de sueño feliz con nuestros hijos y de paso mostrar nuestra repulsa al método Estivill. Para informarte de todo se ha creado un evento y un grupo en Facebook llamado Día mundial del sueño feliz.

¿Quieres unirte a nosotros? Pues muy sencillo:
- Únete al grupo del Facebook o al evento.
- Si eres bloguera o bloguero, anuncia ya este evento en tu blog. Especifica que el hashtag #desmontandoaEstivill solo hay que usarlo el día 29 en Twitter. Haz un post anunciándolo y publica otro post el 29 contando tu experiencia de sueño feliz.
- El día 29 (y nunca antes) comparte todos los artículos, citas, testimonios que quieras sobre sueño feliz acompañando a tu hijo, a través de tu perfil o tu página de Facebook, y a través de Twitter.
- El día 29 (y nunca antes) tuitea y retuitea todas las razones que tienes para acompañar a tu hijo a dormir, todos los argumentos científicos que encuentres, todas las ideas que quieras, bajo el hashtag #desmontandoaEstivill.

Estoy en total desacuerdo con este método y con el señor que lo promueve por lo que mañana escribiré un post de mi opinión personal sobre el tema y sobre el sueño feliz de mis hijos. Así que debido a esto no os podré contar dos cositas que haré mañana, por lo que me adelanto y os las cuento ahora.

Mañana es la fiesta de fin de curso en la escuela infantil de mis hijos y disfrutaremos del agua bañadores, chancletas, pistolas y lo pasaremos bomba. Después a casa a ducharse que por la noche he quedado con mi grupo de mamis a cenar. Después de 15 meses voy a aprovechar esta cena para despedirme porque creo que ha llegado el momento y dejar paso a las nuevas generaciones. Ya apenas puedo asistir a las reuniones y a mi Bichito no la llevo porque se aburre. Mi marido el mes que viene está de turno de tarde y estaremos los tres solitos todos los días, en septiembre mi Bichito empieza el cole y quiero estar con ella. Aunque seguiré junto a mis mamis, administrando el grupo que creé en internet, contestando los mails y en contacto directo con la matrona como hasta ahora, sé que no será lo mismo.

Me da mucha pena, pero no puedo con todo y después de la semana en la que tuve tantas pesadillas y terminé levantándome con una taquicardia, me he dado cuenta que me sobrecargo y mi prioridad siempre ha sido mi familia. Me entristece porque siento como si las fallara, aunque seguiré estando ahí para lo que me necesiten y, quien sabe, volver algún día a dar otra charla sobre la extracción de leche materna.

Os deseo a todos un buen y caluroso día. Aquí han llegado de tal forma los recortes que nos racionan el aire acondicionado y esta mañana estaba la oficina a 33 grados, sin poder abrir ni una ventana porque no hay y sudando la gota gorda.

miércoles, 27 de junio de 2012

Alimentación & Vacaciones con niños

Llegó el otro día mi marido del trabajo comentando que un compañero suyo se quejaba de que no podía irse de vacaciones con sus hijos, ¿cómo hacía y calentaba los purés?, ¿qué les daba de desayunar?, ¿qué cenarían? Para mí jamás ha sido un problema y ahora, todavía menos.

Cuando mi Bichito era pequeña y yo era una madre inexperta que jamás había pasado por esa situación, me incomodaba este hecho. Pero solución rápida, en vez de ir de hotel, nos vamos a un apartamento y cuando mi Bichito tenía 10 meses, nos fuimos una semana a Granada. Según llegamos, hicimos compra y preparé un montón de purés, que nos fuimos llevando a cada salida que hacíamos. Que nos íbamos a las Alpujarras, pues nevera con acumuladores al coche y su comida a cuestas. Que hoy íbamos a La Alhambra, pues ídem de ídem. También llevaba la teta, que la daba siempre que ella quería. No tenía de qué preocuparme, un currusco de pan, un poco de teta y listo. Lleva comiendo entero desde los 18 meses, así que este tema dejó de preocuparme bastante pronto.

Con mi Pequeñín, que quizá debería darnos más pereza, hemos viajado más. La experiencia es un grado, ya no te inquietan las mismas cosas y has cogido práctica en algunas situaciones. Además la alimentación de mi Pequeñín en su primer año de vida ha sido teta, luego si quería pan o cualquier otra cosa que estuviéramos tomando, se lo dábamos. En Mayo fuimos de vacaciones y compré algún potito por si me hacía falta, sólo se comió un poco de uno un día, los demás dos cucharas y hubo que tirarlos, una pena. Desde aquello ni compro ni hago purés. Y es que mi Pequeñín no ha sido de purés en casa y claro, ahí le ves, comiendo lo mismo que nosotros con 15 meses. Ayer había champiñón, no quiso, pues pan, teta y a dormir.

Viajar así es un lujo, lo sé, sin tener que preocuparnos de nada, sabiendo que cualquier cosa les gustará y si no podremos encontrar algo sin rebuscar demasiado. Reconozco que tenemos suerte en este tema, con lo único que hemos tenido que tener cuidado es con la leche y con el marisco con mi Pequeñín hasta ahora. Creo que a veces nosotros mismos nos ponemos barreras fáciles de saltar, nos preocupamos antes de tiempo y anticipamos acontecimientos. He ido a muchos sitios con mis hijos y no hay ni un sólo lugar donde me hayan negado calentarme un puré o un poco de agua para hacerles una papilla.

Si nuestros hijos toman teta, genial, porque la llevamos a la temperatura perfecta y siempre está lista. Si nuestros hijos toman biberón y/o cereales, estoy segura que en cualquier bar o restaurante podrán calentarnos un poco de agua y dárselo. Si nuestros hijos toman purés, nos lo calentarán, seguro y si no podemos llevarlo en un termo. Si no queremos hacerlos porque nos da pereza, podemos comprar unos cuantos potitos en el supermercado. Y si comen entero y son muy especialitos, también lo serán fuera de casa, aunque esto nos preocupe algo más. 

Entiendo que haya cosas que adecuar en los viajes con niños, pero no creo que dejar de hacerlos sea la solución. Yo ya no me voy a un viaje de buceo, porque no voy a bucear con mis hijos, pero adecuo el destino y quizá el alojamiento a ellos (particularmente me da igual hotel que apartamento) y sigo yéndome de vacaciones cada año (si la economía lo permite).

Últimamente cada vez son más los hoteles que disponen de aparatos que nos hacen más sencillo el alojamiento con niños, tronas y microondas en el restaurante, por ejemplo. Jamás me ha ocurrido que me nieguen una habitación por ir con niños, de hecho es que yo voy con dos y nunca he tenido problema, pero sé de familias a las que les han dicho que no había habitaciones siendo falso.

Hay hoteles que no me la cobran por una cama supletoria para mi Bichito y por mi Pequeñín tampoco si duerme con nosotros, por lo que todavía me sale rentable ir a algunos hoteles. La última vez que estuvimos de vacaciones nos dieron una habitación con dos camas de 1,35, las juntamos las dos a la pared y dormimos los cuatro juntitos, pero mi Bichito se mueve como una culebrilla y no hay quien duerma con ella. Hasta hace poco no me han cobrado su desayuno y/o comida y/o cena, pero como el mes que viene hará los 3 años, creo que habrá que estar atentos a la hora de hacer la reserva y buscar el hotel más económico. 

Y vosotros, ¿habéis dejado de viajar desde que tenéis hijos? ¿Habéis tenido algún problema con la alimentación en vacaciones? ¿Dónde soléis reservar en apartamento u hotel?

martes, 26 de junio de 2012

No alergia al marisco


Ayer fuimos al hospital a por los resultados de la analítica de sangre de mi Pequeñín. Llevé, como me habían dicho, un langostino cocido y otro crudo y una gamba cocida y otra cruda. En sangre salía negativo, así que pasaron a hacerle los prick test con lo que había llevado, que fueron negativos excepto un pequeño abultamiento en el antebrazo del langostino crudo. La alergóloga decidió hacerle un frotado de este alimento en la espalda porque la vez que le salió el eritema en la cara fue por el langostino. La prueba salió también negativa. Nos quedamos tranquilos, pero faltaba la última prueba, el test de provocación y me dijo la alergóloga si nos daba cita:

Suu: “Esto, tiene 15 meses. Si ya me costaría que mi Bichito de casi 3 años se comiera unos langostinos, no me puedo imaginar si le digo a mi Pequeñín que tiene que comerse eso sí o sí.”

Alergóloga: “¿Dentro de 1 año?”

Suu: “Pues tampoco, porque no tengo intención de obligarle. Lo único que me preocupa es que si come paella o algún pescado en salsa, pueda producir alguna reacción si lleva algo de crustáceos”.

Alergóloga: “Según las pruebas no debería de darle, pero por si las moscas lleva Polaramine en jarabe encima y cuando le des paella o lo que sea le vigilas. Opino como tú, es demasiado pequeño para hacerle un test de provocación porque habría que obligarle y eso terminaría produciendo rechazo al alimento. Te dejo una cita abierta para que la pidas si crees que fuera necesario”.

Nos fuimos más contentos que unas castañuelas. Ya está, terminamos con el departamento de alergias, ahora sólo nos queda ir dentro de un mes al digestivo para finiquitar también el tema de la proteína de la leche.

Vaya rollo con las reacciones alérgicas y eso que a mi Pequeñín le están durando poco o nada. Cada vez hay muchos más niños y bebés con alergias o intolerancias alimenticias y, por desgracia, parece que el porcentaje sigue en aumento. Encima sus alimentos son muchos más caros que los del resto y hay que ir investigando en cada una de las etiquetas, que muchas veces no están nada claras.

Creo que ya no le queda demasiado por probar a mi Pequeñín, quizá los frutos secos, pero espero que ya no tengamos más eritemas ni reacciones alérgicas ni diarreas. 

¿Vuestros hijos y familiares padecen alguna alergia alimenticia?

lunes, 25 de junio de 2012

Escuelas Infantiles

Últimamente siempre os hablo de los colegios, porque es el tema que más me preocupa en este momento. Hoy os voy a hablar de las Escuelas Infantiles.

Mi Bichito ha ido a una escuela infantil pública y a una privada con plaza concertada, por lo que siempre hemos pagado lo que estipula la Comunidad de Madrid. Sin embargo, entre ellas, había bastantes diferencias, ya no sólo en el precio, sino en muchas otras cosas. Mientras yo pagaba entorno a 250€ por el horario normal, comedor y una hora de horario ampliado con desayuno, una vecina mía pagaba 350€ por horario normal, comedor y media hora de horario ampliado sin desayuno, en ese precio ya estaba descontado el cheque de ayuda de la Comunidad de Madrid. Visto mes a mes no es demasiada diferencia, pero anualmente sí se notaba. Además ella tenía que pagar por días que la escuela infantil cerraba y, sin embargo, mi hija no.

El año pasado mi Bichito obtuvo plaza en una escuela infantil pública del barrio. Mientras el año anterior en la clase estaban las cunas y el cambiador, en esta pública está todo separado, tienen mucho más material y una persona de apoyo para cada dos clases. Las clases son casi el doble de grandes, tienen patio para salir y mucho más personal. La subida entre el año pasado y éste no ha sido muy considerable, creo que el IPC, sin embargo, para el próximo curso es exagerada.

Por cada uno de mis hijos estoy pagando 152,96€ de cuota de escolarización y el año que viene pagaré por mi Pequeñín 180€, estamos hablando de una subida del 20%. Para las rentas medias pasa de 101.97 a 130€ y para las rentas más bajas de 50,99 a 80€ al mes y han puesto un nuevo baremo de 260€ para las Escuelas Infantiles de la Comunidad de Madrid. Con respecto a la media hora de horario ampliado hemos pasado de 13,39 a 15€ y de comedor de 82,40 a 94€, redondeando al alza. En total el año que viene pagaré por mi Pequeñín 180+94+2*15 = 304€, 41.86€ más en total. Podéis ver la noticia de la subida de los precios en la página de la Comunidad.

Además, para los bebés de 0 a 1 habrá una cuota fija de 60€. De 152,96 a 260€ es una exageración, una subida de un 70% con respecto a lo que nosotros hemos pagado este año. Sin embargo, el precio que la Comunidad de Madrid paga por niño no ha subido, sino que además tengo entendido (esto no lo puedo asegurar) ha bajado un tanto por ciento. La escuela infantil a la que acuden mis hijos va por concurso y una empresa privada se encarga de gestionarla, la cuota que ellos reciben de la Comunidad no ha sido incrementada, es decir, que si nosotros pagamos más a la escuela infantil el restante que paga la Comunidad de Madrid por niño escolarizado es mucho menor.

Me parece un abuso, la verdad. Conozco escuelas infantiles privadas que con la ayuda del Gobierno se queda en estos 304€. Pero claro, en las escuelas infantiles de mi zona el precio de escolarización de esos colegios concertados subidos de precios, es decir, de 9:00 a 16:00 sin comedor ni desayuno ni nada más, es de 400€ (dato del año 2010 que estuve preguntando y que una vecina pagó teniendo que sacar a su hija para que comiera en casa). Y a partir de aquí suma matrícula, comedor, seguro escolar,  uniforme (que hasta tienen badies y chándales), material escolar, horario ampliado si necesitas, desayuno, etc. Que tienes un bebé que come cada 2-3 horas, pues hale, hale, súmale x por darle un biberón o una papilla o lo que sea, porque te cobran hasta por respirar. Tengo los precios de este año de otra escuela infantil de la zona que cuesta con comida y merienda de 9:00 a 16:30 465€ en bebés y 420€ de 12 a 36 meses, cada media hora 22€ y 285€ de matrícula. Pero esta escuela no te garantiza que tus hijos tengan plaza en el cole el año que viene, sin embargo, en las escuelas infantiles de los colegios concertados, te dan 1 punto. De ahí que dado el problemaque hay en mi barrio para conseguir plaza en el colegio os podéis imaginar la lista de solicitudes que tienen.  Denigrante. 

Yo estoy contenta con la escuela infantil de mis hijos y, por desgracia, no tengo la posibilidad de llevarme a mi Pequeñín al trabajo, pero me parece que la subida de este año es abusiva. Entiendo que la Comunidad de Madrid tenga que recortar, pero creo que están metiendo la tijera en el lugar equivocado. Hala, que esto son lentejas, hasta ahí lo tengo claro, así que me tocará pagar lo que estipulen, pero me parece increíble.

No sé cómo andan las demás comunidades autónomas,, aunque imagino que por el estulo ¿os han subido a vosotros también las coutas?


Y ya que os he hablado hoy de las escuelas infantiles, os comunicaré que en cuanto estemos constituidos como asociación, seré la Presidenta del AMPA. Siempre que puedo echo una mano en las actividades de mis hijos y tengo muy buena relación con la directiva y el profesorado de la escuela infantil. Parece que los padres están más concienciados cuando sus hijos llegan al colegio y pocos hemos sido los padres que nos hemos reunido para gestionar el AMPA. Pero creo que es importante para el buen funcionamiento de la escuela y por ello me animé a comenzar esta andadura justo a los padres de otros alumnos. Ahora nos queda esperar a que la Administración nos de un CIF para constituirnos y empezar a gestionarlo. Ya tenemos hasta el logo!!!! Estamos muy ilusionados y estoy segura que dará más vida a esas paredes.

viernes, 22 de junio de 2012

Matrícula del colegio

Hoy una amiga mía entrega la matrícula en el colegio de mi Bichito. Ya os conté aquí hace casi un mes cómo estaban las cosas en mi barrio y al final han conseguido escolarizar a todos los niños. Se contabilizaron hasta 300 niños sin escolarizar y esperando a ser admitidos.

El comité de escolarización reubicó a los niños en los colegios de la zona, quedando 130 niños sin escolarizar y sin hueco. Para ello la Comunidad de Madrid ha decidido abrir un colegio que actualmente está cerrado y sin saber si se encuentra en perfectas condiciones. Este colegio sólo va a albergar al tercer año de infantil, ofertando comedor y horario ampliado dependiendo de la demanda. También han permitido que varios colegios aumenten su línea, abran una clase más, y suban su ratio, número de alumnos por clase, a 28, para poder reubicar a todos los niños.

Muchos son los padres que se encuentran desamparados ante la solución que la Comunidad ofrece y van a unirse para presentar las reclamaciones pertinentes y movilizarse para ser escuchados. Me parece vergonzoso que sabiendo la proliferación de nuevas familias en la zona, de niños en la edad de mi Bichito, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no hayan previsto el número de niños a escolarizar en el 2012 en el distrito. Porque no se trata de que haya hueco en los colegios, no, es que no sobran no sólo ni una plaza, sino que faltan más de 100. Los colegios de todo el distrito están a rebosar, las clases son de 28 alumnos y aún así, han tenido que abrir un colegio abandonado.

Me cuesta muchísimo entender cómo no ofertaron ciertas cosas al inicio de matrícula, eso demuestra un gran desconocimiento de las necesidades de nuestro distrito. Me explico: estoy segura que muchos son los niños de 3 años empadronados en el distrito, eran necesarias muchas plazas, eso lo sabía cualquiera que conociera el PAU. Si varios eran los colegios que habían solicitado abrir una línea más, por qué no se les otorgó en abril, pudiendo así ofertar más plazas a las familias, y no el pasado 15 de junio. Muchas fueron las familias que sabiendo que tenía línea 3, por ejemplo, intentaron en otro colegio, sin conseguirlo, y resulta que ahora han abierto otra clase y lo mismo habrían conseguido plaza en el colegio que querían. 

Quizá si hubieran abierto ese “colegio fantasma” desde el principio, las familias que viven en los pisos de alrededor, podrían haberlo solicitado, no que ahora hay niños que tienen que desplazarse 4 kilómetros para ir a clase cada mañana. Me parece increíble la falta de previsión de la Administración y creo que es bochornoso que haya familias que no sepan todavía cómo será el colegio de sus hijos.

Aquí, en Madrid, esto es una realidad en demasiadas zonas, aunque creo que en el PAU este año ha sido exagerado. Falta de organización y de previsión de la Administración unido a esta maldita crisis, han llevado a varias familias de nuestro barrio a estar desesperadas. Leo el foro del PAU y siento tristeza. Me pongo en la piel de esos padres y me puede la rabia, ¿cómo es posible? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Nosotros hemos tenido suerte, aunque también hemos previsto este hecho y hemos optado por un “colegio seguro” y hoy mi Bichito quedará matriculada en una escuela pública al que irá el próximo curso.

Yo no lo he llevando bien por mucho que penséis que debería de estar acostumbrada porque mis hijos van a la escuela infantil desde pequeñitos. Para mí es un cambio, como para todos. Para mí ha sido afrontar el hecho de que mi niña se hace más niña y menos bebé, me he sentido como si me hubieran dado una bofetada con la mano abierta. En mi cabeza no paran de resonar las palabras “Cole de Mayores” y eso es lo que siento, que todos los niños con los que mi hija va a estar son mayores que ella. Que se va a encontrar un poco desamparada, como una hormiguita en un mundo de gigantes. Tengo la suerte de llevar una relación muy cercana con todo el profesorado y la directiva de la escuela infantil de mis hijos y hablo abiertamente con ellas de las cosas que me preocupan y temo que esto cambiará, que muchas serán las cosas que no pueda controlar y en las que no pueda dar mi opinión.

No lo llevo bien, de hecho creo que la taquicardia con la que me levanté de la siesta el sábado por culpa de una pesadilla fue un cúmulo de tensión de la última semana, matrículas de ambos peques, preparando papeles, decidiendo sus horarios y asignaturas, graduación, regalos, trabajo, casa, el blog… Sé que a veces me sobrecargo, desde la semana pasada soy la Presidenta del AMPA de la Escuela Infantil de mis hijos, aunque el año que viene mi Bichito no estará allí, pero a mi Pequeñín todavía le quedan dos años más. Hemos empezado a constituirnos, pero de esto y de la subida de los precios de las Escuelas Infantiles de la Comunidad de Madrid para el 2012, la madre que los parió, os hablaré la semana que viene, a ver si saco un ratito.

¿Os ha ocurrido lo mismo que a mí? ¿Os habéis sentido como yo?

jueves, 21 de junio de 2012

Adicto a los libros (y a la teta, por supuesto)

A mi Bichito siempre le han encantado los libros, de cualquier tipo, tamaño, forma y color. Disfruta muchísimo leyéndoselo a sus muñecos, llevándolos a clase y enseñándoselos a su hermano. Los primeros cuentos que tuvo y la que encantaron, fueron cuentos Cu-Cú. Estos cuentos tienen ventanitas que se abren para ver lo que hay detrás y aunque están por casa, a mi Pequeñín nunca le había dado por verlos.

A mi Pequeñín lo que le gusta es romperle los cuentos a su hermana, alguno precioso como el de Besos, Besos o El Pollito Pepe, pero claro, a un bebé que está explorando y que le dejas a mano cualquier libro, sólo puedes esperar que el pollo ese que sobresale lo arranque e intente comérselo.

El otro día se sentó mi marido en el suelo, les leyó un cuento y le enseñó a mi Pequeñín los cuentos Cu-Cú. ¡Ay, madre! Ya no existe otra cosa para él. Entra en casa y a por un cuento, merienda con el cuento en la mano, se pone de puntillas para intentar coger todos los cuentos de la estantería (el otro día se le cayeron encima) y se sienta en el suelo rodeado de ellos.

Pero lo más alucinante es que yo llego con ellos a las 16:00, les doy de merendar y mi marido aparece a las 17:00. Mi Pequeñín siempre le daba un abrazo cuando llegaba, ahora le ve, empieza a dar grititos, agarra el primer cuento que tiene cerca y se acerca hacia a él, emocionado y cuando llega gira, recula y se sienta intentando que mi marido se siente justo detrás de él, para que le lea el cuento. Es súper gracioso. Cuando mi marido se lo lee e intenta irse, el pobre lo pasa fatal y lloriquea para que no se vaya. Cuando mi Bichito está sentada en el hueco que dejan las piernas de mi marido cuando se sienta en el suelo, mi Pequeñín se acerca, recula e intenta o quitarla el sitio o que mi marido abra las piernas, pero él tiene que estar ahí.

Siempre tiene un cuento en la mano y cada poco se lo ofrece a mi marido para que se lo lea y cuando está haciendo algo les dice: “Os leo tres y sigo” y cuando termina el tercero mi Pequeñín se enfada porque quiere más.

Ayer me dijo mi marido que nuestro Pequeñín era adicto a los cuentos y yo le dije y a la teta e hicimos la prueba. Uno en cada parte del salón, le llamábamos y le enseñábamos su trofeo. La ovación al cuento no fue igual que a la teta, para qué mentir, se puso nerviosito y se sentó en el regazo de mi marido. Claro que me puse frente a él, le di un poquito de tetita y debió de pensar: “Primero un chupito y ahora después me lees, papá, ahora después”.

¿A vuestros hijos les gustan tanto los cuentos?

miércoles, 20 de junio de 2012

Último día de votaciones

Hoy hasta las 16:00 es el último día para votar en el 2 Premio Suavinex de Madres y Padres Blogueros y Felices y este blog se encuentra entre los 10 primeros. Algo increíble y muy gratificante, para qué negarlo.

¿Y cómo narices estoy consiguiendo estar entre los 10 primeros? Pues gracias a vosotros que me votáis, a mi grupo de mamis del centro de salud, a mis amigas, a mi marido y a mi madre.

Sí, Sí, A MI MADRE. Ahí donde la veis está haciéndome campaña. Ella sabía que tenía un blog, de hecho alguna entrada por ahí perdida la había leído, pero poco más. Hace un par de meses, me pidió la dirección. Así, de sopetón, me llamó y me dijo: “Nena, dame la dirección del blog”. Dudé, pero cualquiera le lleva la contraria a su madre. Me pilló por sorpresa y me quedé descolocada, ¿lo leerá? Pues sí, lo lee, porque a veces no me hace falta contarla nada porque ella ya lo ha leído y me comenta o me pregunta alguna cosa por mail o teléfono. Cuando supo que presentaba el blog a un concurso se puso a hacerme campaña y ahí tengo a mi madre como mi fan número uno, hablando con sus amigos, pidiendo votos por facebook sin saber casi qué es una red social y presentando el blog de su hija como el mejor blog del mundo.

Tengo sentimientos un poco encontrados. Al fin y al cabo nuestra visión de la maternidad es diferente, aunque ella me conoce hay cosas interiores y sentimientos que yo comparto con vosotros y que, por lo tanto, ahora también comparto con ella. Una se siente rara al saber que su madre la lee, pero el sentimiento que predomina es de orgullo. ¡Toma ya, mi madre lee un blog que yo escribo! Ahí es na.

Y no sólo eso, sino que me está promocionando, que cree en mí y que quiere (por supuesto, al igual que yo), que quede entre las 10 primeras y ya de paso me lleve el viaje a Disney para disfrutarlo juntos a mis hijos. Me imagino a mi Bichito y a mi Pequeñín montando en las atracciones, disfrutando con los espectáculos, dando palmas, bailando y moviendo el culete al son de la música. Imagino a mi Pequeñín detrás de Mickey intentando morderle la oreja y a mi Bichito fascinada con las princesas, cómo me gustaría poder disfrutar junto a mis hijos de la magia de Disney.

Si al final quedo entre las 10 primeras, estoy por proponer que dejen hablar a mi madre para pedir que mi candidatura salga elegida, porque no hay nada más bonito que escuchar a una madre hablando de sus hijos (o escribiendo) y si yo no la puedo negar nada, el jurado seguro que tampoco. No sabéis el poder de convicción que tiene mi madre, en serio, no os hacéis una idea.

Siempre os digo que me siento muy feliz, como persona, como mujer y como madre, pues hoy tengo que añadir como hija.

Últimamente no paro de daros las gracias, pero hoy quería agradeceros a todos, y en especial a mi madre, que me hayáis votado y me hayáis ayudado a conseguir más votos difundiéndolo. Estamos muy justitos los últimos 5 blogs, espero conseguirlo, ¿me ayudáis? Si no lo habéis hecho y queréis hacerlo, todavía estáis a tiempo, hoy hasta las 16:00 es el último día para votarme. Podéis hacerlo en este enlace o pinchando en la imagen de la derecha de este post.
http://www.facebook.com/Suavinex?sk=app_402966849746690

¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS!!!

martes, 19 de junio de 2012

Mi Bichito se graduó

Cómo lo leéis, se graduó ayer y yo me tiré toda la mañana muy nerviosa. Es muy difícil explicar lo que he sentido estos días, la verdad, pero ha sido una mezcla de muchísimas emociones y sentimientos encontrados.

El fin de semana lo comenté con casi todo el mundo, ya sabéis:
Con su padre todos los días de la semana pasada: “Vas a venir a la graduación de nuestro Bichito, lo digo porque sólo pueden ir dos y si no vienes se lo digo a mi madre. ¿Has pedido las horas necesarias? Empieza a las 15:15 no a las 15:16”.

Con mi madre: “Tengo que preparar la ropa que va a llevar mi Bichito el lunes en su graduación y la de Pequeñín para que nos acompañe, quiero que vea a su hermana”.

Con mi compañera de trabajo: “No sé qué ponerme para la graduación de mi Bichito. Ay, madre, mi Bichito se gradúa”.

Con la vecina en el ascensor: “Hola Suu”, “Hola, qué tal?” y antes de que pueda articular palabra: “Mi hija se gradúa el lunes.”

Con las amigas que te escriben por el whatsapp: “Me duele la cabeza” “Ahh, sí??? Mi Bichito se gradúa el lunes”.

Con cualquier persona que me envía un mail: “Genial, me alegro que tu día haya sido estupendo. Sabes?, Mi Bichito se gradúa el lunes”.

Con la directora cada día mientras le doy el pecho a mi Pequeñín: “Uff, vaya lío con el regalo para la profe de mi Bichito. Claro, como mi Bichito se gradúa el lunes.”

Con la profe de mi Pequeñín: “Te importa que te traiga algo de ropa el lunes para que vistas muy guapo a mi Pequeñín porque mi Bichito se gradúa el lunes”.

Con el chino de la esquina: “Ains, qué pan más tierno, tan tierno como mi Bichito, que se gradúa el lunes”. Ojos del chino como platos, en serio, como platos.

Con su profe: “Si mi Bichito no se gradúa el lunes, puede tripitir este curso hasta primaria??”

Señal que me preocupaba, para qué negarlo. Todo preparado menos lo que yo quería ponerme, debía de pensar que iba a un acto conmemorativo. En fin, yo y mis idas de olla, qué exagerada soy a veces. Pasé el día de ayer muy nerviosa y deseando irme a casa para recoger los regalos de las profes, la ropa de mis hijos y, por supuesto, la cámara de fotos. Menos mal que mi marido me respetó y no hizo ningún comentario de ningún tipo.

Llegué a la escuela, llevaron la ropa a la clase de mi Pequeñín, vestí a mi Bichito y la puse su flamante banda roja, con una piratilla bordada. Estaba preciosa, con su vestido a lunares gordos azules, su diadema a juego y esa cara dulce que tiene, con esos ojos grandes y negros que me enamoran. Fue fantástico verla subir, coger su diploma, enseñárselo a su hermano y disfrutar junto a sus amigos. Fue maravilloso emocionarse junto a su profesora, verla cómo los miraba, con ese amor, con esa pasión y escucharla pedir que no la olviden.

Siento un tremendo nudo en el estómago y es que me parece que de noche a la mañana mi bebé grande deja de ser mi bebé y se va a convertir en una niña, que va a ir al cole. Me está costando rellenar los papeles de la matrícula, joder, más de lo que me gustaría. No pensé que me costaría tanto, de verdad que no, que notaría tanto el cambio, el cierre de ciclo, pero lo noto y mucho. Siento algo de añoranza al mirarla y sentir que se me hace mayor, mi niña dulce de ojos negros, mi niñita pequeña, mi hija mayor.

¿Os pasó lo mismo que a mí? Ains, qué duro se me está haciendo!!!!

lunes, 18 de junio de 2012

Construyendo una familia

Ayer hizo dos años que empecé a escribir el blog. Desde entonces han pasado muchísimas cosas en mi vida, pero hoy os voy a contar por qué lleva este nombre.

Para mí la vida ha sido un poco difícil, por decirlo de alguna manera. He tenido momentos más duros que otros, una infancia relativamente feliz, con alguna punzada que otra, una adolescencia dura que me obligó a madurar antes de tiempo y una enfermedad demasiado larga. Hace poco os conté la muerte de mi padre, pero os contaré más.

En aquel 2005 en el que falleció mi padre yo estaba enferma, me andaba recuperando de una enfermedad tanto física como psicológica. Mi familia me ayudaba, aunque yo me sentía demasiado perdida. Entonces murió mi abuelo, en abril, una persona muy importante en mi vida, ya mayor y de una dura enfermedad, Alzehimer. Yo cuidaba de él, me ocupaba de sus necesidades y de nuestro día a día. Desde que yo tenía 12 años vivíamos juntos y los últimos 7 me había ocupado de él y de su enfermedad. Fue durísimo, muy duro y me dejó sumida en la depresión cuando debido a un infarto cerebral le tuvimos que ingresar en una residencia porque yo ya no podía con él. Cuando murió mi abuelo empecé a desmoronarme, a perderme por completo y casi dos meses después falleció mi padre. Ahí me sumí en la oscuridad, en un camino que creía sin retorno y en el que sólo dejaba que pasara el tiempo, completamente perdida. Mi familia se componía de mi madre, mi hermano, mi padre y mi abuelo y en dos meses me quedé con la mitad. Tenía tres hombres en mi vida y de golpe, me quedé con uno.

Cuando estaba a punto de desmoronarse, mi vida estaba destruida casi por completo y yo me había perdido, apareció Ale y fue mi salvación. Me salvó en todos y cada uno de los sentidos que se puede salvar a una persona, absolutamente en todos. Y desde la nada y en apenas 7 años hemos levantado un imperio.

Poco a poco hemos ido Construyendo una familia. Primero mi marido me ayudó a curarme, confiar el uno en el otro, aprender juntos, conocernos e unir nuestras vidas. No ha sido fácil, pero ha sido increíble.

Miro hacia atrás y me siento orgullosa. Soy una mujer feliz, llena de vida, de energía y de positivismo. Soy una mujer nueva, madre y esposa. He renacido gracias a mi familia, superado mis problemas, aprendido a vivir con alguna secuela que ha dejado mi enfermedad. Soy una mujer segura de sus decisiones, consciente de sus errores, pero que mira hacia adelante y que no se amilana, afronto cada momento con una sonrisa.

Este blog se llama Construyendo una familia porque es lo que hemos hecho. Hemos ido dando pasitos para levantarlo, unas veces muy pequeños, otras más grandes, pero juntos. Poniendo cada ladrillo, cada piedra. Una a una, sabiendo lo que queríamos y esperando hacerlo con unos cimientos sólidos. Estamos en ello, cada día ponemos una nueva pieza y construimos tanto en horizontal como en vertical, unidos en un solo bloque, como una familia.

Para mí cada día con mi familia es un nuevo reto, un hito que conseguir y disfrutar en el camino.

Este blog no sólo me vale para organizar mis ideas, contaros nuestro día a día, nuestras inquietudes, pediros ayuda y consejo, compartir mi forma de pensar y de actuar, aprender de vosotros y disfrutar de mi tribu y nuestra vida 2.0, también me vale de terapia. Es mi lugar, en vez de tumbarme en un diván y contarle mi vida a un psiquiatra, como lo hacía años atrás, lo hago con vosotros. Es la mejor terapia de mi vida, que además me reconforta, que me ha dado tantas cosas, que he conocido a tantas personas, compartidos momentos, tristeza y dicha. Es increíble lo bien que me encuentro cuando me siento y os cuento lo que hemos hecho ayer, la felicidad que siento cuando respondéis a algún comentario, cuando me dais ánimos, cuando lloráis junto a mí si lloro, cuando reís si río. Gracias a esta red de redes estamos unidos.

No he sido tan feliz nunca como lo soy desde que soy madre y doy gracias por ello.

Aprovecho para recordaros que participo con el blog en el Concurso Suavinex de Madres y Padres Blogueros y Felices, votar por Construyendo una Familia.

¡¡¡MILLONES DE GRACIAS!!!

domingo, 17 de junio de 2012

Segundo Cumpleblog

Parece mentira que hayan pasado ya 2 años, madre mía!!!

Cómo hemos cambiado, cómo hemos madurado y cómo hemos evolucionado.

Este blog me ha traído momentos inolvidables, amigas increíbles. He conocido gente maravillosa, compartido situaciones divertidas, disfrutado con cada uno de vuestros comentarios, vuestros mails, leyéndoos a muchas de vosotros que o ya teníais blog u os habéis decidido a abrir uno como yo hice en su día hice.

Es increíble todo lo que hemos cambiado, cómo ha ido evolucionando el blog y lo feliz que me siento de ello. He aprendido tanto de todos vosotros.

Quería aprovechar para daros las gracias, porque sin vosotros que estáis ahí detrás este blog no sería lo mismo. Saber que importas a otras personas, que estamos unidos es simplemente maravilloso. Mi tribu 2.0 es magnífica, jamás imaginé que encontraría otra familia al otro lado, que podría hablar sin tapujos, compartir mis pensamientos, mis sentimientos, mis angustias e inquietudes con personas como yo.

Me emociono al echar la vista atrás y recordar cada momento juntos. Gracias por estar ahí, por compartir vuestras historias conmigo, por dejarme entrar en vuestras casas, en vuestras vidas, por hacerme partícipe de vuestros momentos importantes, de vuestros pensamientos. Hemos reído mucho juntos, nos hemos emocionado también juntos y hemos compartido mutuamente nuestro día a día.

Gracias, millones de gracias. Espero que el año que viene podemos celebrar juntos de nuevo otro año más y espero poder desvirtualizarnos como este año he hecho con muchos de vosotros. Nos queda un verano por delante y muchos kilómetros que recorrer.

Os espero aquí como cada día, al otro lado de la pantalla. Besitos

viernes, 15 de junio de 2012

Lágrimas

Llorar está asociado con el dolor y las emociones. A mí me parece algo tremendamente necesario para suavizar el nivel de estrés y frustración. A mis hijos les digo que llorar no es malo, que es bueno expresar las emociones y que si la ira o la frustración necesitan canalizarse a través del llanto, pues no pasa nada. Yo soy muy llorona, de derramar lágrimas por cualquier cosa, aún cuando intento retenerlas sin conseguirlo. Mi cuerpo no está preparado para escuchar llorar a mis hijos, cuando les oigo se me encoge el alma, me pongo nerviosa, tensa, pero hay veces que no queda más remedio, por muchos y dispares motivos.

Ayer descubrí en menos de 30 minutos la diferencia entre el dolor físico y el emocional. Llevé por la mañana a hacerle una analítica a mi Pequeñín para comprobar una posible alergia al marisco. Esta vez me dejaron pasar con él y aunque le pedí a la enfermera que me permitiera darle el pecho sin conseguirlo, por lo menos, no me echaron para extraerle sangre. Es imposible no estar nervioso cuando un auxiliar te inmoviliza y la otra se acerca con una aguja, pero estoy segura que mi presencia, mi mano en su cara y mis palabras le ayudaron a sobrellevarlo. Lloró cuando le pinchó, pero no derramó ninguna lágrima. En 10 segundos estábamos en un sofá mientras él tomaba tetita y se cantaba. Yo tenía que volver al trabajo, así que le llevé a la escuela infantil. ¡Ay, madre! Llorar es poco. Intentaba zafarse mientras yo cerraba la puerta. Estaba rojo de ira, de impotencia, de frustración. Me fui de allí con el corazón encogido, con ganas de tomarme el día libre, pero era imposible. Su llanto era totalmente distinto y la sensación que producía en mí, también.

El otro día estaba dándole el pecho a mis hijos, a los dos, hacía mucho que no lo tomaban a la vez. Ambos habían merendado, la temperatura de casa era la correcta, estaban en mi regazo, encima mía, junto a mamá, y decidieron pelearse. Mi Bichito quería comer a la vez que su hermano, mi Pequeñín empezó a hacerle un piquete de ojos para que ella no comiera teta, ella empezó a empujarle y yo ahí en medio, recibiendo pellizcos, arañados y tortazos. Se acabó, pero qué es esto? y decidí que así no comía ninguno. No sé el tiempo que estuvieron llorando, no había forma de consolarles si no les daba teta y yo no lo iba a intentar de nuevo, no estaba dispuesta. Entré en estado zen, respiré hondo y esperé a que se calmarán, fácilmente pasaron 20 minutos. Apareció mi marido y creo que apunto estuvo de cerrar de nuevo la puerta sin entrar en casa. Fue una situación tremendamente estresante y muy frustrante para ellos, tiene narices que el que tiene más envidia es mi Pequeñín de su hermana cuando la ve tomar teta. No han vuelto a pelearse, pero cierto es que tampoco he vuelto a darles teta a los dos a la vez.

Las rabietas ya tienen mención a parte. Mi Pequeñín, de tan sólo 14 meses, ya ha tenido alguna. De hecho sus rabietas son mucho más inesperadas y de mayor violencia que las de mi Bichito. Una vez tuve hasta que inmovilizarle por miedo a que se hiciera daño, a mi Bichito jamás le ha ocurrido algo así. Son poquitas, dispersas, pero cada vez que tiene una te encoge el alma. Las de mi Bichito ya no sólo son cada vez más esporádicas, sino que son de baja intensidad. Reconozco que es una niña con la que se puede razonar y que tiene mucho autocontrol a la hora de calmarse. Con mi Pequeñín ando más desconcertada y por suerte han sido contadas con una mano, pero su pronto es más explosivo, mucho más enérgico y agresivo y descoloca a cualquiera. No saber cómo ayudarle me desencaja y me siento desubicada, como si no le conociera, como si no pudiera protegerle siendo su madre. Su manera de manifestar su frustración es frustrante para mí como madre y tengo miedo de que pueda hacerse daño.

Nuestras decisiones interfieren en nuestros hijos, en sus emociones, en su bienestar, pero a veces no podemos evitar que se frustren en muchos sentidos, aunque eso hace que nos sentamos como los peores padres del mundo.

¿Os ha ocurrido algo parecido con vuestros hijos? ¿Habéis vivido situaciones con ellos que a veces os superan?

miércoles, 13 de junio de 2012

Maduración del sueño

Siempre he creído que el sueño de los niños tiene que evolucionar, que a medida que van cumpliendo meses, su sueño madura. Así lo descubrí con mi hija, la acompañé cada noche con canciones, rascándola la espalda y el pelo y tumbándome junto a ella a los pies de su cuna. Mi miedo a darle una patada con alguna de mis pesadillas me impidió meterla conmigo en la cama. Ella no tenía ni un año cuando durmió una noche del tirón, aunque ahora no recuerdo cuando.

Con mi Pequeñín ha sido todo diferente, porque él tenía otras necesidades y, por supuesto, la hemos respetado. Ha dormido mucho menos que mi Bichito, pero más profundo. Tuve que meterlo conmigo en la cama desde el primer día, porque si no, no había manera de dormir. Atrás se quedó el miedo a quedarme dormida junta él, a hacerle daño si tenía alguna pesadilla. Disfruté como pude de ese momento. Ha estado hasta los 9 meses durmiendo con nosotros con su cuna en sidecar y cuando le pasamos a la habitación con su hermana todo fue bien, mejor de lo esperado. Pero no dejó de hacer menos tomas, continuó haciendo las dos o tres de rigor, despertándose entre 1 y dos horas en mitad de la noche, hasta hace un par de meses. Con 12 meses, por norma general, empezó a despertarse una única vez. Fue alargando ese despertar hasta media hora antes de que yo me levantara para ir a trabajar. Hemos tenido que esperar 14 meses para que hiciera su primera noche del tirón.

Mi marido y mi Bichito sólo han conseguido despertarle a las 7:30 de la mañana, en su primer año de vida, 5 veces!!! De hecho, era tan extraño, que tenemos documentos gráficos que atestiguan cada vez que mi Bichito ha ido a buscarle y a grito pelao se ha vengado de cada mañana que él la despertaba: “Pequeñííííííííín!!!!” y mi Pequeñín se despertaba con una enooooooooorme sonrisa para dedicársela a su hermana.

He de reconocer que nos falta sueño y descanso, que la cara de mi marido y la mía tiene grandes ojeras negras, que hemos dormido poquísimo en su primer año de vida. Semanas durmiendo 3 horas diarias a lo sumo, cansancio acumulado que a veces hace que estalles con un “Buenos días” e incluso que des una mala contestación a alguno de tus hijos. Ha habido semanas en las que le habrías dado un relajante para que se durmiera, en las que nos hemos tenido que intercambiar porque podía con nosotros, en las que hemos hecho turnos para quedarnos con él, en las que nos hemos metido un grito a mitad de la noche por los nervios que provoca la falta de sueño.

Pero creo que su sueño, después de 14 meses, ha empezado a madurar y ya son algunas las noches que ha dormido del tirón. Hay días salteados que vengo al trabajo sin que haya tomado teta en toda la noche, días salteados que le despierta mi marido para llevarle a la guarde. Hemos empezado a descansar algo más, a dormir más horas seguidas y estar menos irascibles. Es genial que por fin haya ocurrido esto.

El único problema es que según mi Pequeñín ha empezado a dormir más, yo he empezado con pesadillas, al principio esporádicas, pero llevo tres noches seguidas. Me da rabia, porque a medida que ha madurado su sueño, también lo ha hecho el mío y aunque todavía hay noches que se despierta una o dos veces, poder descansar más horas seguidas reconforta. Pero si esas horas son con pesadillas te levantas como si te hubieran dado una paliza.

¿Recordáis vosotros con cuántos meses o años hicieron vuestros hijos la primera noche del tirón?

Estoy muy contenta por él, pero yo me encuentro un pelín preocupada. Quizá pueda ser porque me molesta la rodilla y la molestia me produce pesadillas. Ayer fui al traumatólogo y me estuvo enseñando la elongación y la condromalacia. Tengo un 4 en el ligamento, aunque parece que aguanta un par de años más, pero la condromalacia es preocupante. Me ha mandado rehabilitación, pero seguro que terminaré entrando en el quirófano de nuevo. Claro que ahora no tienen mucho sentido con niños tan pequeños. Me ha mandado fortalecer el cuádriceps en el gimnasio. Mi risa nerviosa debió de sugerirle que hace muchos años que no piso uno, por lo que el viernes tengo cita con el rehabilitador. Por suerte, me queda ligamento y cartílago para esperar un par de años, o eso espero.

lunes, 11 de junio de 2012

7 años después

Recuerdo aquella tarde, aunque no perfectamente, tengo flases en mi cabeza, momentos nublados y oscuridad. Aquel día estaba en casa, tomando recuerdo una copita de crema de orujo, yo tenía 26 años y era viernes por la noche. Sonó el teléfono, era mi cuñada, “Susana, siéntate”. Por el tono de su voz sabía que pasaba algo, “¿Qué pasa?”. “Siéntate”, “Coño, ¿qué me digas qué pasa?”. “Tu padre”. Por el sonido y la forma de su voz con la que me lo había dicho sabía que había muerto. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, no podía ser, mi padre no. Mi padre era una persona obesa, con problemas asmáticos y distintas alergias. Aquel año había mucha alergia, muchísima y a él le costaba mucho andar y respirar. Un día que fui a verle antes de ir a la facultad, a la salida de su trabajo a las 7 de la mañana, le costó más de media hora hacer 500 metros, se iba parando cada 50 a coger aire y respirar. Recuerdo aquella imagen una y mil veces, aquella infusión que se tomó antes de acostarse junto a mí, porque no podía imaginar que sería la última vez que le viera con vida.

Cuando llegué a su casa, mi padre yacía en su cama y mi hermano allí me esperaba. Cuando llamaron a mi hermano a las 20:00 porque mi padre no se había presentado a trabajar y no le cogió el móvil, supo que algo malo pasaba. Mi padre tenía la mala costumbre de encerrarse en su casa con pestillo mientras dormía y cuando mi hermano llegó tuvo que tirar la puerta abajo y le encontró muerto. Llevaba muerto muchas horas, se había acostado como cada mañana y le dio un paro cardiaco al poquito rato. Los médicos dijeron que fulminante, que no creen que ni siquiera se hubiera despertado, pero a mí me dio la sensación de que sí, de que murió allí solo y que había intentado levantarse por la posición de su cuerpo. Me tumbé junte a él, en la cama que años antes le compré, le abracé y le besé. Su frialdad se quedó en mi piel.

Qué triste y abandonada se siente una cuando pierde a su padre, qué pena tan grande que jamás te deja. Creo que nunca he sentido un dolor igual, un sentimiento de impotencia, de rabia, de por qué mi padre, por qué. Se le paró su enorme corazón, porque sí, porque no pudo más, porque los excesos de la vida le pasaron factura y fue de un día para otro, aunque su decadencia y dejadez llevaba años haciéndose evidente.

Como murió en su casa, de golpe y porrazo, tuvimos que esperar al levantamiento del cadáver y entre que la policía no nos dejaba entrar a la habitación y que el juez vino de madrugada, allí empezó a llegar la familia. Se lo llevaron para hacerle la autopsia y yo me quedé desolada, sin rumbo. La única paz que encontraba era cuando mis ojos encontraban los de mi hermano. Sólo él conocía el sentimiento, sólo él sabía cómo me sentía. Jamás me he sentido tan unida a mi hermano como aquellos días. Se llevaron el cuerpo de mi padre al anatómico forense, a hacerle la autopsia y teníamos que ir allí a recogerlo por la mañana. Como no tenía seguro fuimos al tanatorio para contratar lo necesario, elegir ataúd, sala y esas cosas. Mi hermano era el mayor, por lo que le tocó pasar todo aquello, hacerse cargo de la situación, aplacar su dolor y tener la cabeza fría. Sentados los dos, cogidos de la mano, fuimos eligiendo cada cosa mientras el señor trajeado, detrás de aquella mesa color caoba, nos iba enseñando una y otra cosa.

Nos fuimos a casa a esperar a la mañana siguiente a por el resultado de la autopsia y decirles dónde tenía que llevar a mi padre. Cuando llegamos había una mujer que había perdido a su pequeño, qué enorme dolor tenía que ser aquel. Yo había perdido un padre, pero aquella mujer había perdido un hijo y yo sabía, aunque no tenía hijos todavía, que aquel dolor era el peor que nadie puede sentir en su vida.

Mi padre había muerto de un paro cardíaco, como él había querido siempre, morir como su padre y lo mandarían al tanatorio a medio día. Pero al mediodía no llegó y a mitad de la tarde, cuando ya nos impacientábamos, nos devolvieron un ataúd totalmente cerrado y yo tenía que creer que allí estaba mi padre. Habían hablado con mi hermano, no podíamos verle, habían tenido que embalsamarle y, por lo tanto, cerrar el ataúd. Sentí rabia, impotencia e ira, la policía me había sacado de la habitación por la noche, sin permitir acercarme a él y ahora sólo tenía una caja, una caja de pino.

Ya hace 7 años y le sigo echando de menos cada día. Pienso en él muy a menudo, muchísimo. Me acuerdo tanto de él. Mi Pequeñín comparte tantas cosas con mi padre, a veces le miro y veo tanto de él en mi hijo. No sólo comparten el nombre y algunos rasgos físicos, sino también el grupo sanguíneo. Mi marido y yo somos A+ y mi Pequeñín es O+, como mi padre. Son esas casualidades de la vida que hacen que pienses que a veces los astros se alinean. Ayer, 10 junio, hizo 7 años que mi padre murió, coincidencias de la vida, el mismo día que hace 21 años que también murió mi abuela, la madre de mi madre y no hay un solo día que no les eche de menos…

Te quiero papá

sábado, 9 de junio de 2012

Para niños y mayores

A veces ocurren cosas curiosas, pero una no se imagina algunas situaciones.

Como ya os he dicho yo siempre tengo a mano mi Arnidol, de hecho no tengo uno sólo, sino que llevo uno en el bolso/mochila y otro está en el botiquín. Normalmente suelo llevar el mismo bolso, pero cuando cambio echo las cosas de uno a otro.

El otro día estaba en el trabajo cuando el jefe se dio un trastazo. Fue bastante grande y el porrazo fue tal que empezó a salirle un chichón y un moratón en la frente y en la pierna. Al ratito apareció una compañera en mi mesa:

Compañera: “Como sé que tienes hijos, ¿no llevarás en el bolso de madre ese que tienes una barrita, morada, que se aplica en los golpes y que hace que desaparezcan? No puedes imaginarte el golpazo que se ha dado el jefe y cómo lo tiene”.
Yo: “Arnidol?? Sí, claro, espera, siempre lo tengo a mano”.

Rebusco en mi bolso y según mi compañera me narraba el golpe del jefe yo me iba dando cuenta que ayer, como me dolía la pierna y tiene poder antiinflamatorio, se me olvidó echarlo de nuevo en el bolso después de aplicármelo en la rodilla para que me calmara un poco las molestias. Vi la imagen de la “barrita mágica” encima de la mesa.

Yo: “Esto... ayer lo utilicé y no lo he echado al bolso esta mañana. Lo siento”.

Cada vez que me cruzaba con el jefe, sólo podía mirarle el huevo que tenía en la frente, en vez de ser un hombre con un chichón, yo sólo veía un chichón enooooooooorme y a mi jefe detrás. Qué mal me sentía, sabía perfectamente que si le hubiera llevado el Arnidol, no tendría ni la mitad, de la mitad, de la mitad, del chichón y el moratón. Qué rabia!!!

Así que ahora, cada vez que cambio de bolso me cercioro que llevo el Arnidol, porque nunca se sabe cuándo vas a necesitarlo. No sólo funciona con los chichones de los niños, también con los de los mayores… y con mi rodilla!!!

jueves, 7 de junio de 2012

Me presento

Muchos ya me conocéis perfectamente, otros me habéis ido conociendo a lo largo de estos casi 2 años, otros me estáis conociendo ahora y con otros mantenemos una amistad cada día más sólida y unida.

Me llamo Suu, tengo 33 años, dos hijos, mi Pequeñín de 14 meses y mi Bichito de casi 3 años, y un marido maravillosos. Me encanta escribir en el blog, intento hacerlo a diario, y en él cuento mis aventuras, problemas e inquietudes como madre. Todo lo que aprendí con mi primera hija y lo que estoy aprendiendo con el segundo. La importancia de ser una familia unida, de la lactancia materna y del respeto. Mi maternidad ha sido un descubrimiento como madre, como mujer y como persona, un aprendizaje diario junto a mi familia con la que disfruto cada día. Juntos estamos Construyendo una Familia...

Y a qué viene esto, pues a que este año vuelvo a presentar el blog al II Premio Suavinex Madres (y padres) Blogueros y Felices. Somos muchos los blogs que participamos, pero me gustaría si tenéis un rato que os paséis por allí y votéis al que más os guste y si es el mío, mejor que mejor. Se hace vía Facebook en este enlace y se puede votar hasta el 20 de Junio. Para acceder a las votaciones podéis también hacerlo desde el icono que aparece a la derecha del post o en este enlace directo:
http://www.facebook.com/Suavinex?sk=app_402966849746690

Muchas gracias y suerte a todos!!!

miércoles, 6 de junio de 2012

Alimentación infantil: pido perdón

Reconozco que la alimentación infantil es algo que preocupa mucho a las mamás, pero mucho mucho y creo, bajo mi punto de vista, que inquieta más a las mamás que a los papás. Por norma general, ellos pasan más, no ponen el grito en el cielo si los niños no se han comido todo el puré, la merienda completa o la cena antes de acostarse. Y también creo que ese es el camino que todos deberíamos de seguir.

Yo sé que ahora hablo desde un punto privilegiado, lo sé, porque cualquiera que nos conozca sabe que a mis hijos les gusta comer, qué digo les gusta, les encanta. Mis hijos están jugando y dices “¡A comer!” y dejan cualquier cosa que tienen entre las manos para sentarse a la mesa y compartir desayuno, comida, merienda o cena juntos. De hecho tengo amigos que alucinan con mis hijos, porque son como limas y da gusto verles comer. Nosotros no nos preocupamos si un día tienen menos hambre, ni nos preocupamos de que no se coman todo lo que les hemos puesto, nosotros intentamos que la hora de comer sea un momento divertido, ameno y especial que compartir los cuatro juntos y poder disfrutarlo. Además adecuamos sus raciones a lo que creo que para su estómago es normal, preferimos que pidan más a que nunca se terminen la comida del plato.

Pero para llegar a esa conclusión, hemos evolucionado mucho. Para ser más exactos, he evolucionado mucho. Ahora que he cambiado, que he dejado de preocuparme por lo que no se come y valorar lo que sí, ahora que comparto mesa con ellos y disfruto del momento junto a mis hijos, me arrepiento de muchas de las cosas que hice con mi Bichito.

Como ya os he contado alguna vez, mi Bichito pasó de la teta a la cuchara, así, a lo vivo, sin vaselina. Para una madre primeriza eso era casi como un castigo, porque el estrés que produce esa situación cuando tú la dejas en la escuela infantil y te vas a trabajar 7 horas, habiéndola dado el pecho a las 7:00 de la mañana sin saber si va a comer en todo el día, sin haberse tomado jamás un biberón, genera una ansiedad y un cargo de conciencia horroroso. Me sentí tan mal, que cuando iba a buscarla entraba casi con la teta fuera a recogerla. Así que a marchas forzadas y sin respetar sus ritmos, la obligué a comer papillas de cereales y purés. Si no comía, yo me sentía fatal y pensaba que la iba a pasar algo. A veces, para que comiera y probara los purés, hacía el pino puente, la engañaba para que me abriera la boca y recuerdo que alguna vez que no quiso comer lloró. Según os lo cuento me viene su imagen a la cabeza y me siento la peor mamá del mundo, cómo pude hacerle eso a mi Bichito!!! Cómo no la respeté, cómo me arrepiento de aquello.

Recuerdo que hubo un mes en que las meriendas eran horribles. A ella la fruta ni fu ni fa, pero cuando empezó a comer trozos, era una discusión continua. Todos los días. En cuanto llegaba la hora de la merienda nos tensábamos las dos. Ella lo escupía y yo me enfadaba. Así cada tarde. Cuando llegaba mi marido me tranquiliza, jugaba con ella y la jodía con él sí se lo comía. Al día siguiente, yo intentaba hacer lo mismo y nada, conmigo era una pelea constante, me sacaba de quicio, me ponía de los nervios. Mi marido me aconsejó que dejara de discutir, si no quería, pues no quería, que pasara, que no pasaba nada. Me animó para que no me estresara, que cambiara el chip y que esperáramos a que él llegara para comenzar con la merienda. Sabía que la situación me superaba y debía de hacer algo para mejorarla y empezar a respetar a mi Bichito. Lo hice y me siento orgullosa de haberlo hecho, pero me apena acordarme de mi forma de proceder con respecto a su alimentación, de algunos momentos que pasamos enfadadas la una con la otra y de obligarla a comer cuando no quería.

Empezó a comer con nosotros, a reírnos en la mesa, a jugar con la comida, a disfrutar de ese momento y que comer fuera un placer para todos. Aunque mi marido lo de jugar con la comida nunca le gustó, al final se dio cuenta que era imprescindible para su evolución y la dejábamos explorar cada cosa que la poníamos en la mesa, . Yo dejé de preocuparme de lo que comía y cuánto comía y ella empezó a disfrutar de cada cosa, unas más y otras menos.Hay cosas que no la gustan, como puede ser el pescado y la menestra, por ejemplo, pero los guisantes, los pimientos, el pisto la encantan y come otras muchas cosas que yo no habría probado de pequeña. Si no come, tiene teta, así que no hay de qué preocuparse. A mí hay cosas que no me gustan y no me obligo a comerlas, así que por qué hacérselo a ella.

Mi Pequeñín ha tenido la suerte de que yo haya cambiado. Cuando a los 6 meses no quería probar otra cosa que no fuera teta, nadie le obligó. Siempre tuvo teta antes que el puré y la primera vez que comió 4 cucharadas de puré tenía 9 meses. Nunca comió cantidades enormes de comida, primero teta y luego lo que quisiera, a veces no comía nada más. De hecho la cantidad de puré que comía mi Bichito de una atacada, él se la comía en dos o tres días y si se la comía. Es inevitable que a veces te inquiete el hecho de que no haya comido otra cosa que teta ese día con 10-12 meses, pero sabiendo que está perfectamente alimentado con ello, te tranquilizas y vuelves a centrarte. Por cosas de horarios, cuando era más pequeño cenaba antes que nosotros, pero en cuanto su hora de acostar se fue atrasando, nosotros adelantamos la hora de la cena y disfrutamos todos juntos. La comida siempre la hizo con nosotros y con 11 meses se metía un trozo de entrecot, lo chuperreteaba, sacaba su jugo y lo escupía.

Mi Pequeñín come trozos desde bien pequeño, de hecho en casa es lo que come. Como yo le digo a su profe, en la guarde va retrasado y es que allí sí se comía el puré, pero en casa no lo quería. Su profesora era más escéptica a darle trozos, pero desde el mes pasado se animó y le pide una muestra de lo que yo le había señalado del menú. Ahora que ya puede tomar leche, excepto las judías y los garbanzos que todavía no los ha probado, puede comer lo mismo que su hermana, aunque ella sigue completándole al final con puré. La cosa es que mi Pequeñín ya empieza a no querer el puré y su profe está un poco preocupada, aunque yo la digo que no pasa nada si está comiendo menos que otros días y que esté tranquila, si tiene hambre merendará o cenará mejor.

Da gusto verles comer a los dos, de verdad. A mi Pequeñín le encanta la fruta y ha contagiado a mi Bichito, con la de pelas que teníamos!!! Si tuviera que decir el plato preferido de cada uno, serían las patatas fritas a mi Pequeñín, sin lugar a dudas, y a mi Bichito estaría entre los macarrones, la paella y las fajitas.

¿Por qué no lo hice así con mi Bichito? Porque me equivoqué, entono el mía culpa y la pido perdón, porque sé que esa no era la forma. No dejo de ponerme en su lugar y sentir la indefensión que tuvo que sentir cuando su madre la obligaba. Estoy llorando mientras os lo cuento, porque realmente me arrepiento y sé que yo no tenía ningún derecho de obrar así. Me alegro tanto de haber cambiado y que no fuera demasiado tarde. Desde entonces la hora de la comida es uno de los mejores momentos del día para todos y en el que aprovechamos para contarnos cómo nos ha ido el día.

Muchas son las veces que pensé en contároslo, pero me sentía muy avergonzada y no lo he hecho hasta ahora. Sólo espero que mi testimonio sirva para que alguna persona no cometa los mismos errores que cometí yo.

martes, 5 de junio de 2012

Curso de Masaje para niños de 1 a 7 años en Oh! La Luna

Cuando me convertí en madre, hace casi ya 3 años, me enteré de los beneficios del masaje en los niños y, en especial, en los bebés. Cuando conseguí apuntarme a un curso, mi Bichito y yo nos cruzábamos medio Madrid para asistir. Nos gustó tanto a ambas, que cuando terminamos empezamos uno de nuevo.

A mí me gustaba dárselo cada noche y a ella recibirlo. Tocar su suave piel, ayudarla con los gases, aprender para utilizarlo cuando tuvo problemas respiratorios y descubrirnos mutuamente gracias al contacto físico, a las miradas y a las sonrisas mientras se lo daba. Ambas nos relajábamos y era la manera perfecta de terminar el día.

La falta de tiempo ha hecho que mi Pequeñín no pueda disfrutar como su hermana. Utilicé parte de lo aprendido para ayudarle con sus molestias digestivas debido, en parte, a mi ingesta de lácteos y cuando podía lo incluía después de su baño matutino. Pero cierto es, que ni tan relajados ni con tanto tiempo como con su hermana y jamás se me ocurrió la idea de compartirlo los tres e incluso los cuatro juntos.

Me entusiasmó la idea de un Curso de Masaje para niños de 1 a 7 años impartido por Elena en Oh! La Luna. Me permitía asistir con mi Bichito, hacer cosas juntas y rememorar algunos momentos del pasado. Podrían habernos acompañado mi marido y mi Pequeñín, pero pretendía dedicarla a ella tiempo en exclusiva, ese tiempo que tanto la ha escaseado en los últimos 4 meses y acerté. Nos ha venido genial a las dos, y también al género masculino de la familia, por esos momentos que denominamos mañana de chicas – mañana de chicos.

En este curso hemos aprendido muchísimo, sobre todo yo. Yo que creía que iba a ser un recordatorio de aquel curso que hicimos, me equivoqué y me sorprendió mucho el planteamiento de las sesiones. Tenía la extraña idea que iba a decirle a mi hija: “Ven, que te voy a dar un masaje” y ella, haciendo caso a todo lo que le dice su madre (jeje, como siempre, ya sabéis cómo funciona esto), se iba a tumbar y a estar totalmente quieta.

No sé cómo ni cuándo se me había ocurrido esta estúpida idea, pero desde luego debía de estar sufriendo una intoxicación o algo parecido. Nuestros hijos, cuando ya no son bebés pequeños, tienen tantas cosas que explorar y descubrir que no pueden parar quietos e intentarlo es misión imposible. Elena nos ha enseñado cómo aprovechar este movimiento e incorporarlo al masaje infantil obteniendo así todos sus beneficios.

Además de recordar algunos de los pases que se dan en los bebés, he practicado otros nuevos, aprendido a elegir el momento, incluir en el masaje materiales atractivos para ellos, contar cuentos sobre su piel, juegos participativos que les animan y predisponen invitándoles a unirse. Hemos cantado, reído y jugado, disfrutando juntas con Elena y otra fantástica familia que nos acompañaba. Mi Bichito se lo ha pasado fenomenal, Elena cada día nos sorprendía con una actividad diferente que llamaba su atención y despertaba su interés.

En las primeras clases mi Bichito estudió el medio y fue integrándose mientras La Duquesa (muñeca que la regaló mi madre clavadita a la Duquesa de Alba) y yo practicábamos. Un día me permitió darla un masaje en las piernas, en la siguiente sesión fue completo y en la otra ella lo estaba deseando.

He aprendido nuevos juegos y actividades para disfrutar con mis hijos, he compartido miedos e inquietudes con otros padres, he aprovechado cada momento de cada sesión junto a mi hija y he percibido el cuidado que pone Elena para crear el ambiente idóneo para los pequeños.

El masaje infantil es la herramienta perfecta para practicar el contacto piel con piel con nuestros hijos. Nosotros lo hemos incorporado a nuestra familia con juegos, caricias, cosquillas… Para nosotros el tacto es la manera más maravillosa de demostrarnos el amor que nos tenemos.

Os animo a realizar este curso, os va a sorprender mucho más de lo que os imagináis, vais a conocer nuevas técnicas y actividades que compartir con vuestros hijos.

Si queréis más información sobre este curso, podéis leerlo aquí o hablar directamente con Elena o Eloísa en info@ohlaluna.com.

lunes, 4 de junio de 2012

¿Un palito para que alguien me empuje?

No puedo con mi alma, por favor, ¡qué cansada estoy! La próxima vez que vuelva a decir que voy a quedarme en casa a descansar, que alguien me recuerde cómo me encuentro hoy, porque estoy cien veces más cansada que cualquier otro fin de semana.

Prometí que no me movería de casa hasta el domingo y así hice, de hecho es que el domingo no salimos de la comunidad. Pero estoy agotada y es que el sábado estuvimos recogiendo ropas, poniendo en cajas la de invierno, agrupando los disfraces y ordenando todas esas cosas que estaban por medio. Los cuatro nos pusimos a ello y clasificamos los juguetes, diciendo adiós a alguno de ellos. Y el domingo seguimos recogiendo cosas y ordenándolo todo porque además, teníamos visita.

Reunirte con las amigas es un placer, poder sentarte alrededor de una mesa mientras nuestros hijos (y sus padres) juegan en un castillo hinchable, hablar, abrazarte, reírte es maravilloso y tremendamente saludable. Lo hicimos en el local, éramos 5 familias para comer y mantener a todos los peques sentados en un restaurante, era misión imposible. Cada una trajo algo de picar y juntas disfrutamos de un menú rico no, riquísimo. Gazpacho, ensalada campera, boquerones en vinagre, langostinos, tortilla, saladitos, croquetas, patatas, bollos de crema y pasteles configuraron nuestro menú. Y a todo esto hay que añadir unas riquísimas magdalenas caseras para merendar que mis hijos devoraron.

Hoy estoy como una auténtica bolita, me siento hinchada, muy hinchada, como si hubiera cogido 5 kilos de golpe. De hecho creo que si me caigo, hasta ruedo. Si alguien de por aquí cogiera un palo y me empujara, rodaría fijo. Ahora mismo sólo pienso en un lugar y es en lo a gustito que estaría tumbada en mi camita, abrazada a mi almohada. Estoy deseando llegar a casa y tumbarme en la cama a jugar con mis hijos, pero en posición horizontal, por supuesto.

El viernes recogí los resultados de la resonancia de la rodilla. No se ha roto el ligamento que es una gran noticia. La ligamentoplastia tiene una pequeña elongación y tengo una condromalacia en el patelar. Sobre esto último he leído un poco, pero esperaré a ver qué me dice el traumatólogo. Imagino que con rehabilitación conseguiré mejorar la estabilidad de la rodilla y disminuir el dolor.

Y vosotros, ¿qué tal habéis pasado el fin de semana?

viernes, 1 de junio de 2012

Fin de semana de descanso (o casi)

Después de la semanita que llevo: levántate a las 6:15, sube al coche, vete al trabajo, trabaja 7 horas, del trabajo a la guarde a dar la tetita a mi Pequeñín y recoger a mi Bichito, mete a los niños en el coche para ir a casa, meriendas, baja a la calle o vete a una charla sobre Lactancia Materna o al grupo de mamis que Eloísa viene a ensañarnos un montón de cosas o a los títeres, vuelve a casa, baños, cenas, acuéstales y siéntate en el sofá a responder unas cuantas dudas sobre lactancia o colegios o cualquier otra cosa, habla por el whatssap con tus amigas para decirlas que no te has olvidado de ellas, pero que no das más de ti… Son las 23:00 cuando mi oreja toca al fin el cojín del sofá para tumbarme junto a mi marido y ver algún capítulo de alguna serie y que mis ojos se vayan cerrando poco a poco. Nunca llego al final del capítulo.

Ando un pelín cansada de tanto trajín y sí, lo sé, me meto en todos los embolaos, pero no sé decir que no y al final termino organizando las cosas yo. Además estoy con el regalo de las profesoras de mis hijos y, lo que peor llevo, es ir detrás de la gente para que me mande las fotos de sus hijos porque vamos a regalarles un Cuento Girafus de la Profesora súper chulo. Estoy segura que les va a hacer muchísima ilusión, pero lleva mucho trabajo. A ver si termino ya. Parece que voy justa a todos los sitios, no tarde, pero sí justa, pendiente siempre del reloj para no retrasarme.

A mi Ale le tengo frito, está un poco harto, pero él me aguanta y me escucha porque me quiere, aunque a veces se cansa del ritmo frenético de vida que llevo. Estaba muy contento porque este fin de semana no le había organizado nada o casi. Viene una amiga mía muy querida y hemos quedado a comer unas cuantas friki-amigas el domingo. Vamos a disfrutar mucho dándonos mimitos, hablando como cotorras y contándonos todas esas cosas que nos contamos por mail o por teléfono cara a cara.

Así que desde hoy y hasta el domingo nos quedaremos en casa, recogiendo cosas, arreglando alguna minucia, cuadrando números y poniendo cada cosa en su lugar. En mi semanario que hay colgado en la nevera no hay nada hasta el domingo a las 13:30, cosa os puedo asegurar rara, rara, rara. Algún día le haré una foto y os la colgaré, para que veáis cómo suelo tener la agenda. Pero a veces es necesario, porque necesito parar un pelín. Debido a este ajetreo, apenas me da tiempo a comer, excepto alguna guarrería que cojo de la nevera. Algo rápido para ir tirando, porque he tenido la agenda ocupada hasta el milímetro. Y eso lo noto físicamente, ya sólo me quedan 800 gramos que perder para llegar al objetivo que me había marcado. Estoy bastante más delgada que antes de quedarme embarazada de mi Bichito. Me valen cosas que tenía guardadas y que pensaba que jamás volvería a ponerme.

Me teme tanto mi marido, que ayer cuando le pregunté: “¿Mañana por la tarde no tenemos nada?”, me respondió temeroso: “¿No estarás maquinando nada?”. Así que públicamente me comprometo a no organizarle nada hasta el domingo, que pueda quedarse en casa en pijama o en calzoncillos, porque con estos calores, y, como mucho, bajar a la calle para que los niños corran, jueguen y desfoguen un ratito.

Y vosotros, ¿qué tenéis planeado para este fin de semana?