lunes, 20 de julio de 2015

6 años ya, ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS BICHITO!!!

Bichito recién nacida
Hoy mi niña mayor cumple 6 años, 6 preciosos años.

¡¡¡FELICIDADES PRINCESA!!!

Un sentimiento me invade cada vez que llega tu cumpleaños. Echo la vista atrás y recuerdo aquellos momentos cuando te olí por primera vez, te toqué por primera vez, me enamoré como nunca antes por primera vez.

Tu cumpleaños para mí es una fiesta y suelo pasar la noche anterior pensando en aquella mujer que era y en lo que soy ahora. Con ojeras, te he despertado esta mañana cantándote junto a tu hermana pequeña y los cuatro te hemos colmado de besos. Tanto tengo que agradecerte, tienes tanto que ver en la mamá que soy ahora, en la mujer que escribe estas líneas, que prefiero no hacerlo hoy porque es tu día. 

Eres tan maravillosa y preciosa. Si yo hubiera podido elegir, me habría pedido una hermana mayor como tú.

Si tuviera que definirte en una sola palabra, esa sería DULZURA. 

El día que tú naciste nuestra vida, la de tu padre y la mía, se iluminó por completo. Supimos lo que era el amor sin condiciones. Gracias a ti ambos somos mejores personas. 

Hoy es un gran día, porque un 20 de julio nació la niña de más de 5 años más maravillosa del mundo (la de menos es tu hermana pequeña) y ese día nací también yo. GRACIAS. 

Disfruta de tu día que yo también disfrutaré del mío junto a ti. Siempre junto a ti. Te quiero princesa.  

viernes, 10 de julio de 2015

Distanciamiento: tiempo para mí

Las vacaciones estivales de nuestros hijos hacen, en muchas ocasiones, que nos distanciemos del mundo 2.0 y nos centremos más en la vida 1.0: ir a la piscina, jugar con los amigos, al campo, a la playa o simplemente buscando actividades que hacer con ellos para que el aburrimiento no se instaure en el día a día. Hay que tenerlos entretenidos si no queremos terminar el día agotados y de mal humor, y son muchas las semanas de verano que tienen de vacaciones.

Muchos son los blogs maternales que tardan en actualizarse en esta época del año y los mensajes en los grupos de whatsapp/telegram escasean. En mi caso, esta sequía bloguera no sólo se debe a las vacaciones estivales, sino también un reencuentro con mi vida 1.0 y el entorno de mis hijos, ya va para más de 1 año. Primero empiezas a escribir menos, realmente a compartir menos, después pasas de escribir casi diarimente a hacerlo semanalmente, hasta que de pronto sólo escribes un post mensual.

Crecen y con ellos las reuniones, quedadas, cumpleaños y sin fin de citas apuntadas en mi calendario, en el que hay que pedir vez incluso para ir al baño. Además, la seguridad en mi misma ha crecido a lo largo de estos años y aunque tengo muchas cosas que contar y que compartir, me apetece más hacerlo con un café o una cerveza en la mano, según se tercie y cara a cara, que virtualmente. Eso no quiere decir que haya abandonado mi vida 2.0, no, ni mucho menos, sino que progresivamente he ido distanciándola.

Sigo leyendo algunos post que me parecen interesantes, sobre todo mientras doy el pecho a Canija y acuesto a los peques, pero ya no tengo esa lista inmensa de blogs preferidos que leía asiduamente. El contacto más de tú a tú prima en este momento en mi vida. De hecho, no ver a ciertas personas en una semana me apena y siento que las echo de menos e incluso me apetece más hablar por teléfono con ellas, escuchar su voz y compartir menos mensajes por whatsapp y más ratos juntos.

Y aunque sigo por estos lares, es en la distancia. Dedicándome más a mi familia, mis amigos, a mí misma. Ordenando mi vida 1.0, manteniendo la 2.0 y disfrutando del contacto, de la charla, del cariño, del roce, que tanto me gusta.

Esta noche disfrutaré junto a mis amigas de una cena tranquila, entre risas, entre cariño, entre amor. De conversaciones prohibidas, de momentos inolvidables, de complicidad infinita. Cargaré las pilas para mi día a día. Es mi instante de relax, mi ocasión especial, mi momento de placer y voy a aprovechar cada segundo de él. Y os recomiendo que lo probéis, si no lo habéis hecho ya o que lo repitáis, si habéis disfrutado de este momento.

Quizá a ti que lees estas líneas todavía no te ha llegado esa necesidad de dedicarte tiempo a ti misma, aunque sea poco, aunque sea una vez cada mucho, con las amigas, con tu pareja o sola. Quizá no sea el momento para ti, quizá llegue pronto, quizá no llegue jamás.

Hubo un tiempo en el que no lo necesité, en el que lo que necesitaba era a mis hijos y mi marido e imponerme esos momentos o hacer algo sin ellos me hacía sentir culpable. Pero ese momento pasó y empecé a dedicarme algunos instantes, aunque al principio se instauraba en mí un sentimiento de culpa que me acompaña en mi maternidad. Realmente ese sentimiento de culpa va ligado a la maternidad, nos acompaña a todas y a veces, nos impide y nos frena. Pero poco a poco fue disipándose, fui consciente de mi necesidad y entendiendo que tan importante es mi familia como yo misma.

Ahora me falta buscar cómo sacar tiempo para mi marido y para mí, porque es difícil de narices, aunque sólo sea parcialmente. Pero es algo que también necesito, aunque es muy complicado sé que en algún momento lo conseguiremos.

Y vosotros, ¿necesitáis estos momentos? ¿Os dedicáis tiempo a vosotros mismos?

miércoles, 1 de julio de 2015

Vuelta a la "Normalidad"

La normalidad no existe, aunque sí la fórmula
Mi último post fue hace casi un mes. Últimamente lo de escribir no es lo mío (y lo de contestar tampoco), quizá es porque no tengo mucho que contar o porque lo que tengo que contar tiene que ver con temas de salud, así que mejor agruparlos aquí y ojalá que pronto demos carpetazo.

Gracias a mi post Buscando respuestas y a todas las personas que lo difundieron y que dedicaron su tiempo a escribirme, recibí multitud de correos y muchos mensajes de apoyo. GRACIAS.

Muchas de esas personas compartieron conmigo su experiencia, lo cual agradezco enormemente, porque en muchos casos soy una total desconocida y quisieron arrojar luz a lo que le había pasado a mi hija. Hoy por hoy, seguimos a oscuras. El electroencefarograma es correcto, lo cual es fantástico, pero ya no sabemos más. La neuróloga me llamó el lunes para decírmelo y próximamente me llamarán para hacer su historia en neurología y ya. Ahí quedan todos nuestros avances de algo que ocurrió hace más de un mes.

Mi hija se encuentra perfectamente y yo sigo buscando respuestas. Pero no es que busque un diagnóstico por la red, de epilepsia, narcolepsia, cataclismo o lo que sea, eso lo tendrán que diagnosticar los médicos, lo que yo ando buscando es una persona que me corrobore que existe una fase del sueño en la que te produzcan dolor, te muevan, te echen agua y montón de cosas y tú ni te enteres. 

Cuando recuerdo aquel día siento mucha pena, pero intento no pensar en ello, nuestra vida sigue y no se paralizó aquel día. Mi hija hace ya mucho que no duerme conmigo, ni la empujo para ver si reacciona, ni nada por el estilo. Cierto es que si duerme más de la cuenta me inquieto y me acerco para comprobar si respira, práctica que no he realizado ni cuando era bebé y que ahora me sorprendo haciéndolo casi 6 años después. 

Quiero pensar que fue un episodio aislado, que no volverá a suceder, pero sigo necesitando consultar con un especialista y que me dé alguna respuesta e ilumine aquel día. Dos veces ha tenido cita con un neuropediatra privado y las dos veces lo he anulado. Necesito respuestas sí, pero tampoco quiero precipitar las cosas y hacerla pasar por pruebas inútiles. Así que espero, intentando ser todo lo paciente que pueda y evitando trasmitir mi preocupación a mi hija.  

Sin embargo, y por desgracia, he tenido que pasar otra noche en el hospital con uno de mis hijos. Esta vez le tocó el turno a Pequeñín. La operación de reducción de amígdalas y drenajes en los oídos ha ido fenomenal. Su mejoría es evidente: le molesta el ruido, oye mucho mejor y habla mucho mejor. Pero el pobre ha sufrido una Adenitis Mesentérica, inflamación de unos ganglios linfáticos que se encuentran en la pared del intestino que le produjo muchísimos vómitos, incluso sanguinolentos y que le mantuvo en el hospital estos calurosos días. Ya se recupera en casa junto a sus hermanas. Me maravilla la recuperación de este niño porque cuando le llevé el domingo al hospital estaba hecho un trapo, incluso dejó de hablar y ahora ya está saltando, gritando y corriendo. 

Esperemos que no nos vean de nuevo hasta dentro de mucho tiempo en el hospital, porque ya me saludan por los pasillos los pediatras, enfermeros, celadores y demás personal. 

Os agradezco de corazón a todas aquellas personas que han tenido un pensamiento por mi familia, que empatizan por cada cosa que nos suceden, que nos mandan su apoyo y nos animan en días difíciles. GRACIAS