martes, 2 de junio de 2015

Buscando respuestas

El martes de la semana pasada recibí una llamada del colegio, mi Bichito había perdido la consciencia y habían llamado al Samur, el cual no tardaría en llegar. Salí pitando mientras llamaba a mi marido y camino corriendo al coche me di cuenta que no sabía si la había recuperado. Cuando su respuesta fue un no, el mundo se paró por completo. No recuerdo los siguientes instantes ni cómo me sentía, una brecha se abrió debajo de mí, pero recuperé la cordura cuando la voz del otro lado me decía que se estaba despertando y les reconocía y quería levantarse. Yo echaba números, llevaba más de 5 minutos inconsciente, por lo que no podía creer que se despertara y se encontrara bien. 

Las conversaciones tanto con los educadores, como el ats y el personal del Samur las recuerdo difusas, pero lo importante es que encontré a mi hija en la camilla de la ambulación, nerviosa, sin saber por qué se sabía formado todo aquello, y perfectamente. Lo único que me dijo fue: “Mamá, tenía sueño y me he dormido”.

Gracias a todo lo que me contaron puedo explicaros cómo pasó y qué ocurrió:

Eran alrededor de las 13:00, justo después de comer en el comedor del colegio. Habitualmente, cuando terminan de comer, se relajan en las mesas. Mi Bichito tenía sueño, así que apoyó los brazos y la cabeza en ellos y cerró los ojos. Segundos después, la monitora la dijo que se despertase, ella no se despertó. Los compañeros la gritaron al oído y ella ni se inmutó. La monitora, no con muchas luces la verdad, levantó la cabeza de mi hija creyendo que era una broma y quitó la mano, por lo que la cabeza de mi hija golpeó contra la mesa y no hubo respuesta de ningún tipo por parte de mi hija. La mojaron la cara y seguía sin responder, así que intentaron llevarla andando a otra sala para que todos los niños que estaban allí no lo vieran. Mi hija estaba completamente hipotónica, ninguno de sus músculos ofrecía ninguna resistencia ni hacía ademán de nada.

Intentaron despertarla de nuevo sin conseguirlo por lo que llamaron al Samur, que les dijo que le dieran en la cara y fueran aumentando la intensidad, tenían que despertarla como sea. Agua, pellizcos, cachetes, tortazos e incluso el ats le apretó un punto en el cuello donde se encuentran los ganglios para producirla dolor, pero mi hija no reaccionaba ante ningún estímulo. Ni parpadeaba, ni se movía ni hacía ninguna mueca, ni de dolor ni de absolutamente nada. Llevaba entre 8 y 10 minutos en ese estado, cuando, de pronto abrió los ojos como si nada y dijo: “Hola??? Me he dormido”.
Y, según palabras de su profesora que lo presenció, estaba como si se hubiera dormido. En todo momento respiró con normalidad, no cambió de color, pero no reacció ante ningún estímulo y no hablo de palmaditas en la cara, hablo de darle tortazos para que despertara y producirla algún daño para que reaccionara, pestañara o lo que fuera y no lo hizo. Se despertó por sí misma.

La ambulancia nos trasladó al hospital y el hospital al ver el estado de mi hija, que el test neurólogico no arrojaba ninguna anomalía, el electrocardiograma era normal y que no había sufrido ninguna crisis, quiso darnos el alta. A mí el Samur me comentó que debido a que cuando ellos llegaron tenía 37.6, que sus ojos iban de un lado a otro y de abajo hacia arriba, temían que hubiera convulsionado, pero estaban desconcertados porque no estaba confusa ni adormecida ni tenía ningún síntoma posterior.

Hablé con la pediatra y la comuniqué mis miedos, me daba pánico pensar que mi hija se dormiría y yo no pudiera despertarla y decidieron que pasáramos la noche allí. A la mañana siguiente los neurólogos decidieron darle de alta porque creen que estaba dormida y que las pruebas que deben hacerle, no son urgentes. Del hospital me fui al colegio para saber exactamente qué había ocurrido y hablar con todas las personas que estuvieron al lado de mi hija. Ninguno cree que estuviera durmienda, fue duro escuchar que la dieron varios tortazos mientras el Samur le decía que lo hiciera más fuerte y que había que despertarla como sea y ella no reaccionaba de ninguna forma. El ats estaba muy preocupado y los educadores jamás se habían visto en una como esa y eso que han despertado cientos de niños, tenido reacciones alérgicas y problemas de salud graves. Pero como aquello, nada. 

Mi hija se encuentra perfectamente, excepto que el viernes tuvo fiebre y vomitó por dos veces, pero en el hospital me dicen que no tiene nada ver y que era una gastro.

Yo estoy desconcertada, intento no pensar en ello, aunque he pasado noches junto a ella en las que cada poco tiempo la empujaba para ver si estaba consciente. Estoy muerta de miedo por si la vuelve a suceder y si la sucede, por favor, que esté cerca de alguien que la quiera y la pueda socorrer. Yo no sé si la pasó algo, si estuvo sin consciencia como todas las personas que estuvieron junto a ella afirman o si se durmió como creen los neurólogos, pero necesito saberlo. El viernes tiene el electroencefalograma y espero que nos ayude a entender qué la ocurrió y si puede volver a pasarle.

Me cuesta creer que se durmiera de esa manera, hasta tal punto de estar hipotónica y no responder ante ningún estímulo, entre otras cosas porque jamás he oído algo parecido. Así que os pido que, por favor, si conocéis un caso parecido me lo contéis o que lo compartáis por las redes sociales por si alguien tiene un conocido al que le ocurren este tipo de episodios. Podéis hacerlo aquí o por correo: construyendounafamilia@gmail.com. Os lo agradezco de antemano.

Yo doy gracias porque mi hija se encuentre bien pero necesito saber qué la ocurrió para poder ayudarla si vuelve a suceder y lo que es más importante, poder explicar a todo aquel que comparta su vida con ella cómo debe proceder si pasara de nuevo.


Gracias