miércoles, 28 de noviembre de 2012

Destete sin elección

Quizá éste sea uno de los post más difíciles que voy a escribir, pero siento que tengo que hacerlo.

Para una madre como yo, que cree en la crianza respetuosa, que respecta los ritmos de sus hijos, que defiende la lactancia materna o, como diría mi marido, una friki de la teta, destetar a sus hijos sin elección es una de las decisiones más duras y difíciles que he tenido que afrontar.

Según recoge el Comité de Lactancia Materna de la AEPED:
La estimulación mamaria inducida por la succión tiene efecto sobre la liberación de oxitocina, que es una hormona que produce contracciones uterinas. Por ello debe evitarse esta estimulación durante la gestación en algunas situaciones especiales, como en embarazos múltiples, antecedentes de abortos o partos prematuros.

Yo no tengo antecedentes de abortos ni embarazo múltiple, pero lo único que podía separarme de dar el pecho a mis hijos eran ellos mismos o una amenaza de parto prematuro.

No ha habido elección, he tenido que destetar a mis dos hijos sí o sí, aún sabiendo que las contracciones no vienen por lactar, que tienen más que ver con la infección de orina y la falta de descanso. Pero no ha habido opción, porque mi Pizquita tiene tan solo 23 semanas.

Llegar del hospital aquel domingo, aterrada, muerta de miedo por la posibilidad de perder a mi hija y escuchar los gritos y llantos de mi hijo cuando su padre intentaba llevárselo a la cama, jamás podré olvidarlo. Esa necesidad mutua de compartir nuestro momento, nuestra rutina, nuestro amor nos desgarraba a los dos. Le pedí a mi marido que me lo acercara, que así ni él ni yo podíamos estar. Se acurrucó en mis brazos, cogió su tetita y a los cinco segundos le dije: "¿¿Otra??" y él, con una sonrisa en sus labios, canturreó: "!!!Otra, otra, otra!!!". Le puse en el otro pecho y cinco segundos después le dije: "Pequeñín, ya" y la soltó. Se dejó atrapar por los brazos de su padre, me dijo adiós con la manita y se fue a dormir tan contento.

Así hemos hecho cada día, intentando que no haga ninguna toma a lo largo del día, dándole el chupete, abrazándole, queriéndole y mostrándole el amor que siento por él, pero que no puedo amamantarle. Se lo he explicado cuando me pide, cuando se acerca a mí y me pide teta o me acaricia el pecho o me estira del pezón: "Mami no puede, está malita, pero cuando se recupere podrá volver a darte tu tetita". Él me mira, se echa sobre mi hombro, se mete su dedo gordo en la boca y se canturrea mientras le acaricio la cabecita. Es muy doloroso querer y no poder, obligarle a pasar por ello sin que él esté preparado, es tan pequeño...

Ayer le acosté yo y fue la primera vez que no tomó en todo el día. Sentí que algo en mi interior se resquebrajaba. Lloré mucho anoche, lo que me produjo muchas contracciones y un sentimiento de culpa horrible.

Mi Bichito no me ha vuelto a pedir, consciente de que mami está malita, no ha reclamado su tetilla en ningún momento, ni parece que lo añore a simple vista. Sin embargo, desde que estoy mala se mea encima repetidamente y hasta se ha hecho caca en un par de ocasiones. También le ha dicho a mi madre a la salida del cole algo así: "Cuando mi mamá se ponga bien, vendrá a buscarme al cole, ¿a que sí?".

Dejar de amamantar a mis hijos no ha sido una elección, por el bienestar de mi Pizquita he tenido que hacerlo y de una forma bastante radical. He tenido la suerte de que no he modificado el cuello del útero lo que me ha dado unos días para poder darnos un respiro e intentar que fuera un poquito menos traumático, sin embargo, a mí me está resultando horrible.

Me siento rota, abatida, me descubro sonriendo recordando mi último momento con mi Pequeñín. Fue esa misma tarde mucho antes de que empezaran las contracciones. Él estaba muy cansado porque era la hora de la siesta y estábamos comiendo con las amigas después de una mañana agotadora en una ludoteca en el evento que Medela preparó relacionado con la lactancia materna. Estuvo mamando mucho tiempo y se durmió en mi pecho. Podría hacer unos 6 meses que aquello no ocurría y yo me sentí exultante, enseñándole a mi marido la preciosa estampa de nuestro hijo durmiendo con la tetita en la boca y contándoselo a las amigas que nos acompañaban a la mesa. No cabía en mí de gozo, mi Pequeñín entre mis brazos totalmente dormido mientras se le escurría el pezón por su boquita. Y cada vez que sueño con ello, ya sea despierta o dormida, lloro de pena.

Hoy llevo desde las 4 de la mañana despierta porque he soñado con ese momento y pensar que no volverá a ocurrir, me angustia. Me pregunto si mi Pequeñín querrá tomar de nuevo teta, si dentro de unas semanas, cuando el peligro haya pasado, podremos volver a intentarlo. Quizá sea forzar las cosas y sea mejor esperar a dar a luz a mi Pizquita.

Cuando miro a mi Bichito me pregunto cuándo mamó por última vez y siento mucha tristeza porque me da la sensación de que ella ya no volverá a hacerlo nunca. Tenemos muchísimo momentos mágicos, únicos e irrepetibles, que nunca olvidaré, como la primera vez que la amamanté. Pero la miro y me da la sensación de que lo está pasando mal, que prefiere no hablarlo conmigo porque no me ve bien y me siento fatal por no sentarme con ella y explicárselo de una manera que pueda entenderlo sin que me ponga a llorar.

Encima mis pechos han crecido muchísimo debido seguramente a la falta de amamantamiento, me duelen mucho y tengo obstrucciones que sólo puedo intentar aliviar con masaje. Cuando me veo en el espejo o me ducho y me fijo en mis senos siento inútil esa parte de mi cuero que tan buenos momentos me ha hecho compartir junto a mis hijos. Aún teniéndolos llenos de mi preciado oro líquido en este momento los siento vacíos y yo siento que he fallado a mis tres hijos.

lunes, 26 de noviembre de 2012

23ª Semana de Embarazo

Intentando volver a mi rutina escribiendo los lunes mi semanario de embarazo. La semana ha sido dura por el miedo que me invade, ese pánico a que las poquitas contracciones que me dan se conviertan en dinámica y empiecen a doler. He estado tumbadita, del sofá a la cama y de la cama al sofá, excepto cuando mi marido me ha llevado a algunos de mis médicos. A los tres días podía empezar a levantarme un poco, pero estaba tan asustada que hasta el sábado no lo hice.

Las horas se pasan muy despacio cuando estas sola, cuando tienes tanto tiempo para pensar. Me he leído La Saga Crepúsculo y me estoy viendo las pelis, una detrás de otra. Lo malo es no poder ir al cine a ver la última.

Estoy más animada y aunque no me apetece demasiado hablar del tema, de ahí que no os conteste, voy sintiéndome mucho mejor. El fin de semana en compañía de mis hijos también ayuda, sus risas, sus abrazos, sus besos...

Sin embargo, ayer fue un día un poco duro para mi Pizquita y para mí, mi marido se puso enfermo y no pudo salir de la cama hasta casi la hora del baño y claro, mis dos fieras, después de dormirse 3 horas de siesta, no hacían otra cosa que pulular encima nuestra. Me levanté más de la cuenta, pero es que mi marido se incorporaba un poco y el pobre no paraba de vomitar. Por suerte las contracciones no pasaron de ser de Braxton Hicks, aunque alguna si me dolió un poco, con el consiguiente malestar en los riñones.

Hoy he probado a llevar a mi Bichito al cole a 150 metros dando un paseo y he decidido que lo dejaremos para más adelante, mismo resultado que ayer, contracciones de Braxton Hicks y ya al final alguna dolorosa, así que me encuentro tumbada hoy de nuevo en reposo e iré moviéndome poco a poco, pero en casa. He decidido no desanimarme, así que volveré a intentarlo dentro de unos días si todo va bien o ya el lunes que viene.

El viernes mi marido me llevó al psicólogo, duermo más horas desde que tomo Nervoheel y aunque me han recomendado que debería hablar con el psiquiatra para que me ponga medicación, creo que no me va a hacer falta, por lo menos todavía. Lo que sí me hizo reflexionar la psicóloga es que duermo peor cuando estoy metida en la vorágine de mi día a día, de no parar, de una cosa, de otra, de ir corriendo de un sitio a otro. Sin embargo, a partir de estar tumbada y más relajada, duermo más horas. Es cierto que tengo pesadillas cada noche, que los primeros días fueron horrorosas, pero ya han vuelto a ser normales y encima descanso mucho más, así que aplazaremos el psiquiatra.

La piel se me está poniendo peor, me pica muchísimo, aunque sólo me han salido lesiones esporádicas por el cuerpo. Nadie puede llevarme a darme los rayos UVA y yo no puedo ir conduciendo, por lo que tendré que esperar. Quizá mi madre pueda hacerlo mañana, aunque no es seguro.

Peso: 58,300 kilos (+0,800 gramos más que la semana 21ª). Si no te mueves, comes más a menudo, más cantidad, bombones y chocolate, pues no puedes esperar que tu cuerpo lo queme solo, no??

Esta semana no tengo que ir al médico, cosa que me alegra mucho, aunque la semana que viene tengo todos los del mundo. El jueves pasado fui a la ginecóloga privada y resultó ser que tengo infección de orina, de ahí quizá las contracciones, aunque yo creo que son más debidas al cansacio. Tomé antibiótico y la semana que viene me repiten el urocultivo, junto con la curva corta, la revisión en la dermátologa, en el médico de cabecera y nueva sesión con la psicóloga y eso que un día es festivo!!! Es increíble la de médicos que tengo que visitar. Menos mal que mi marido me lleva a todos los sitios y si no le vale con mi informe médico para justificarlo, tendrán que quitárselo del sueldo.

Pasad buena semana, yo intento afrontarla con mucho optimismo, aunque me cueste. Intentaré explicaros el porqué del destete y cómo nos va, aunque eso sigue siendo algo muy difícil y duro de contar.

Leo vuestro comentarios y vuestros mails, gracias de nuevo. No los contesto porque no me encuentro bien, espero que me perdonéis. Sois muy amables y muy cariñosos tanto conmigo como con mi familia y os agradezco enormemente que nos llevéis en vuestros corazones. Pizquita es la niña más querida y eso que todavía no ha nacido, espero y deseo que todavía tarde unos meses más.

Gracias a todos y muchísimos besitos!!!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Necesario

Siento que lo primero que tengo que hacer para empezar a sentirme mejor es sacar toda esa tristeza y esa pena que llevo dentro. Siento que para poder sonreír primero hay que sacar a la luz aquello que me hace daño, para recuperar la sonrisa y salir fortalecida.

Cada mañana es una tortura, levantarse de la cama y apotronarse en el sofá sola está siendo muy complicado para mí. El mayor problema es que me echo la culpa, no puedo olvidar esas horas en el hospital, ese momento que pasé junto a mi Pizquita, ese pánico a que decidiera venir al mundo sin que fuera su momento. Sé que hay muchas cosas que he hecho mal, pero me cuesta perdonarme el exceso sufrido en las últimas semanas. Algo tenía que terminar mal, el no dormir, el trabajo, la casa, los niños, hacer más cosas de las que debería, tenían que explotar. Y explotó de la peor manera posible, postrándome en un sofá aterrada y siempre pendiente de si es un pinchazo, una contracción, una molestia o simplemente mi obsesión.

Tengo una angustia muy grande porque siento que mi útero está más abajo y mi espalda más curvada, como al final del embarazo. Tengo muchas molestias uterinas y estoy muy asustada, parece que en cuanto me levante volverán las contracciones y aunque pienso que dentro de poco tendré que ir empezando a moverme despacio, el miedo me frena muchísimo.

Paso las mañanas llorando y sólo echo un vistazo a vuestros mensajes, a vuestros correos y a esas palabras de ánimo que me mandáis cada día. Gracias a todos por ellas, hacen que me emocione muchísimo y que me sienta arropada por todos vosotros. Siento si no las contesto, pero me falta encontrar fuerzas en mi interior. Sé que poco a poco me iré sintiendo mejor y os agradezco enormemente todas vuestras muestras de cariño. Gracias a mis amigas del whatsapp la mañana se hace más llevadera, aunque a veces tengo que dejarlas y llorar un ratito. Luego viene mi madre y parece que si hay alguien en casa ponerse a llorar no tiene sentido. Entonces me va trayendo a los niños y aunque no puedo ocuparme de ellos, verles corretear por el salón hace que la estancia se llene de risas y besos y eso alegra a cualquiera. También me ha venido a ver Elo y me ha traído una caja de bombones riquísima, aunque como la vuelva a descubrir mi Pequeñín, no me va a dar tiempo de probarlos todos. Es una suerte contar con todos vosotros al otro lado, con mi familia y con mis amigas, estos momentos todavía serían más difíciles sin todos vosotros.

Gracias, millones de gracias por ello porque hacen que mi día a día sea un poco más sencillo.

Acaban de despertarse mis hijos y me los traen al sofá para poderlos abrazar antes de que se vayan al cole, pero prometo que intentaré escribir pronto.

Besitos desde el sofá

martes, 20 de noviembre de 2012

Amenaza de Parto Prematuro

Os escribo desde mi sofá del que apenas puedo moverme excepto para levantarme a hacer pis.

Después de un fin de semana magnífico que ya os contaré volvíamos el domingo de comer con las amigas. Iba conduciendo cuando empezaron a darme contracciones y del dolor se me arqueaba la espalda. Entre cada una de ellas no pasaba ni 5 minutos, así que paré el coche y mi marido me llevó al hospital. Él iba con los niños, por lo que volvió a casa a esperar que alguien pudiera quedarse con ellos y venir al hospital conmigo.

Me monitorizaron, el latido de mi Pizquita era correcto y comprobaron que tenía contracciones cada 5-8 minutos. Después de hacerme una eco y comprobar que mi bebé estaba bien, me midieron el cuello del útero, cerrado, largo y lo importante es que no estaba partido. Mientras hablaba con la ginecóloga me dio otra contracción, de las que doblan a cualquiera y ella pudo comprobar qué tipo de contracciones estaba teniendo. No podía irme sin que remitieran este tipo de contracciones, así que decidió ponerme suero para hidratarme y esperar a ver si modificaba cuello de útero en ese rato.

Las contracciones pasaron de 8 minutos a 10 y luego a 18 minutos y después de más de 1 hora cesaron por completo. Fueron unas horas horribles, no por el dolor de las contracciones si no porque aquello se asemejaba a los pródromos de parto y la última vez que empecé así tuve a mi Pequeñín. Lloré porque estaba asustada, aterrada más bien, sabía que la probabilidad de que mi Pizquita sobreviviera era muy escasa. Cada contracción no sólo dolía físicamente sino que mi alma se partía en dos. Le hablaba a mi Pizquita, la suplicaba que se quedara conmigo, que no era el momento, que tenía que esperar. Y esperó, nos relajamos ambas y las contracciones empezaron a remitir después de 3 largas horas.

Volvieron a reconocerme y no había modificado el cuello del útero, así que me mandaron a casa con progesterona cada 12 horas, reposo domiciliario casi absoluto, revisión dentro de un mes y supresión de lactancia materna.

El personal médico me trató especialmente bien, con mucho cariño y se sentó a explicarme cada cosa que yo les pregunté. No recuerdo haber sentido tanto miedo en mi vida y me arroparon mientras estuve allí. La matrona fue especialmente cariñosa conmigo y la ginecóloga fue muy amable. En mi cabeza se repetía la misma frase, sólo estoy de 22 semanas. Es demasiado pronto, demasiado.

Mi marido, por desgracia, sufrió un cólico mientras yo estaba en el hospital. Se encargó de todo aún estando malito y cuando me dieron el alta, vino a recogerme.

Desde el domingo estoy postrada en la cama y sólo me levanto a hacer pis. Mi madre ha venido a ayudarme, ella me hace la comida para que yo no me mueva, recoge a los niños y se ocupa de todo, dado que yo no puedo hacer nada.

Lo peor que llevo es no poder hacerme cargo de los niños y no poder darles el pecho, eso me consume y me entristece enormemente. Es un destete radical, aunque con mi Bichito ha sido sencillo mi Pequeñín sigue pediéndome y llorando si no le doy. No puedo hablar de ello sin llorar, siento el pecho muy hinchado, esperando a que mi hijo mame y no puedo. Cuando me sienta más tranquila os lo explicaré, ahora no soy capaz de hacerlo.

Espero que todo salga bien, que no vuelvan las contracciones y que mi Pizquita se quede dentro de mí hasta la semana 37. Mi estado de ánimo es malo, el primer día ha sido difícil, me duelen los riñones de las contracciones y la espalda de estar tumbada, yo me encuentro triste y decaída. Pero todo tiene que salir bien.

Según me vaya animando os iré escribiendo, siento que me faltan fuerzas, pero sé que a medida que me encuentre mejor podré hacerlo. Ahora mismo siento muchísimo miedo y no quiero que le pase nada a mi Pizquita.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Streptococcus agalactiae

Como os dije el martes, tenía hora con la ginecóloga por un problema ginecólogico y no del embarazo y el problema que tengo está en que estoy embarazada. Acudí al ginecólogo porque notaba la vulva demasiado hinchada y aunque al principio pensaron que serían hongos, decidieron hacerme un exudado por si había algo más. Tengo streptococcus agalactiae, que es una bacteria estreptococo del grupo B (EGB) y que en mi cado se encuentra en la vagina. Os pongo el enlace de la wikipedia, pero la verdad es que mejor ni leerlo, porque lo único que consiguen es asustarte. Esta bacteria no da ningún problema a menos que estés embarazada porque los recién nacidos pueden contraer la infección durante el embarazo o al pasar por el tracto genital durante el trabajo de parto y el parto.

A esto tenemos que unirle que en los últimos tres días he tenido contracciones de las que duelen. El cuello del útero está largo, 4 centímetros, pero podría tener una infección urinaria debido al estreptococo y que me esté produciendo estas contracciones. Acabo de llevar la muestra de orina para hacerme un urocultivo y ver si me ha producido una infección de orina.

Me han puesto tratamiento, unas cápsulas vaginales para regerar la flora vaginal, un gel íntimo adecuado y además óvulos de progesterona para evitar las contracciones. Bueno y reposo relativo y con reposo relativo se refiere a que vaya a trabajar y luego cuando llegue a casa me eche. ¡Ja, alucina vecina! Además me lo dice ella que tiene 3 hijos de edades como los míos. Claro que también me dijo algo así como que ya tres hijos eran demasiados con los tiempos que corren, desde el otro lado de la mesa, con la consulta de su marido ginecólogo al lado y la sala de espera repleta de personas a las que hacen esperar más de 1 hora porque exceden su número de pacientes. Sólo puede mirarla, hacer una mueca de desaprobación y decirla que cómo era capaz de decir algo así.

Si siguen las contracciones tengo que irme al hospital para, imagino, ver si estoy borrando cuello de útero. El tratamiento que me han dado no es fiable 100% y la mayoría de las veces persiste la bacteria. Si llegara el caso de seguir teniéndola en el momento del parto, tienen que ponerme antibiótico para que ni el bebé ni yo corramos ningún riesgo. Aunque esto no siempre funciona, sí lo hace en la mayoría de los casos. El antibiótico se debe administrar de forma intravenosa con tiempo suficiente antes del parto y tiempo suficiente se refiere a unas horas. He aquí mi miedo, aunque para esto todavía queda mucho tiempo y quizá para entonces la bacteria ya no esté en mis genitales.

Así que el martes fui a la farmacia a comprarme todas esas cosas que me han mandado, gastarme 50€ en medicinas y encima percatarme que el estado ha quitado la suvención de la progesterona y lo que antes costaba 0,86€ ahora cuesta 8,10€ por 15 óvulos. Y según las recomendaciones de la ginecóloga si persisten las contracciones debería ponérmelos todos los días hasta el momento del parto. No se me ha ocurrido echar la cuenta, pero desde luego que es una vergüenza lo que están haciendo con la Sanidad de este país.

He hablado con una amiga mía que tuvo la bacteria en su último embarazo y me ha dicho que no me preocupe, que llegado el momento me pondrán antibiótico y ni el bebé ni yo tendremos ningún problema. Pero os mentiría si os digo que no estoy preocupada, la verdad.

Un 20% de mujeres embarazadas tiene estreptococos grupo B en el recto o en la vagina y parece ser más común de lo que imaginaba. Así que me encantaría que me contaráis vuestra experiencia, si os originó infección de orina, contracciones y también si con la administración del antibiótico fue suficiente. Gracias de antemano.

martes, 13 de noviembre de 2012

21ª Semana de Embarazo

La semana ha sido muy dura, sobre todo por las pocas horas de sueño de los primeros días y aunque en nuestro Viaje a Ávila pude descansar más, ayer ya estaba agotada y se me escapó algún grito al final del día. Tan cansada estaba que cuando me eché en la cama a las 21:40 y le hice a mi marido un masaje en los pies para luego recibir el mío, me quedé dormida sin recibirlo. Me acurruqué y fui cerrando los ojillos mientras le decía a mi marido: "Me lo das mañana". Me he despertado varias veces, como cada noche y en uno de esos despertares he estado más de 1 hora para dormirme, pero he descansado unas 6 horas, con alguna que otra pesadilla, pero que no me ha generado nada más que la angustia al despertarme de cada una de ellas. Ahora me encuentro bien, cansada, me pesan los párpados, pero me encuentro bien.

Anímicamente no estoy al 100% pero sí al 90%, lo único es que al final del día debido al cansancio se me agria el carácter, chillo más de lo que debería y de lo que me gustaría y me enfado con más facilidad. Me encantaría que esto no ocurriera y cuando se me pasa me da mucha rabia no haberme podido controlar, me siento fatal.

Llevo desde el lunes de la semana pasada sin ir a PUVA y es que entre unas cosas y otras no he podido ir. Ayer tampoco fui, mañana por temas de la huelga tampoco iré, así que el viernes tendré que salir antes del trabajo para poder acercarme al hospital porque por la tarde no atienden sin cita. 

Uno de los síntomas evidentes de embarazo, aunque no se produce en todas las mujeres, es el aumento de pecho. En mi caso todavía no había sucedido y digo todavía, porque ahora empiezo a notar que el pecho me crece bastante. Además lo tengo más sensible y a veces siento repelús en las tomas, ya no sólo con mi Bichito sino también con mi Pequeñín. Mi Bichito ha vuelto a espaciar sus tomas y lo hace una vez cada tres días. A veces, como ayer, me alegro, porque noté un par de contracciones y otras lo echo mucho de menos.

Peso: 57,5 kilos (+1.100 kilos que en la semana 20ª). Cuando os he dicho que el Viaje a Ávila me había sentado bien, era en serio, me ha sentado genial.

Esta tarde tengo que ir al ginecólogo por temas ginecólogicos, no por cosas del embarazo. Como mi ginecólogo no tenía cita, me han dado con su mujer, que es la doctora que me hizo la primera ecografía de mi Pizquita en la seguridad social. Así que esta tarde imagino que veré a mi pequeña otra vez, porque ya que estoy en su consulta suelen aprovechar para ver el latido y yo veré de nuevo a mi Pizquita.

Disfrutar de la semana, la mía acabará junto a muchas amigas y sus familias que asistirán a un evento que organiza Medela entorno a la lactancia materna. Por este motivo tendremos visita en casa durante el fin de semana, pero ya os lo contaré más detenidamente.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Viaje a Ávila

¡Qué gran puente hemos pasado! ¡Qué de cosas hemos hecho!

Salimos el viernes por la mañana rumbo al hotel que habíamos cogido a gran precio en una web de ofertas para grupos. El hotel era bastante grande, un poco alejado de la ciudad, tenía unas vistas exquisitas de la muralla. Nos asignaron la habitación de minusválidos con dos camas de 90 y una supletoria de 70 que juntamos y donde dormimos los 4. Tenía un escritorio y una mesa camilla y aún así podías casi correr en la habitación, era enooooooooooorme. El baño era inmenso, pero lo único malo es que no tenía bañera y mis hijos en cuanto vieron la ducha salieron corriendo.

Paseamos por la ciudad y comimos en uno de los restaurantes que nos habían recomendado. Después volvimos al hotel a echarnos a siesta y hasta yo me dormí un ratito. Mientras mi familia descansaba yo leía y whatsappeaba en el baño tumbada en el suelo. Al rato se unió mi marido y después mi Bichito. Los tres cabíamos perfectamente en ese enooooooooorme baño mientras mi Pequeñín dormía en las camas. Después de un paseo hasta la ciudad, siempre con la muralla iluminada en la noche como paisaje, volvimos al hotel a cenar.

El sábado visitamos Ávila en Tuk Tuk y después recorrimos la muralla mientras escuchábamos un poco de su historia gracias a una grabación que nos dieron al comprar la entradas. Mi Bichito se la recorrió entera, tanto de bajada como de subida, accediendo incluso a muchos de sus torreones, escuchando la grabación especial para niños y viendo las fotos que salía en el visor de la autoguía. Mi Pequeñín terminó agotado y en cuanto su padre le subió a la mochila, se quedó dormidito en el viaje de vuelta cuesta arriba. 1,300 kilómetros cuesta abajo y 1,300 kilómetros cuesta arriba y luego otro tramito de 300 metros pasada la catedral. Creo que nos hicimos una foto del antes y el después y el cansancio era plausible en nuestros rostros. De hecho, debido al frío y al viento, terminamos con los mofletes rojos y los pelos de locos.

Después de comer cochinillo y cochifrito volvimos a echarnos otra merecida siesta, que yo aproveché hasta que mi Pequeñín decidió que era el momento de irnos al baño los tres y respetar el descanso, esta vez, de su hermana. La noche fue pasada por agua, frío y viento y aunque anduvimos por la ciudad, poco pudimos disfrutar de ella.

Nos levantamos ayer queriendo visitar un pueblo de Ávila y comer por los alrededores, pero las décimas de mi Bichito y los 0 grados que hacía fuera, unido a un fuerte viento, nos hicieron posponerlo para otro fin de semana y volvernos a casa.

Ha sido una escapada fantástica. Todos lo hemos pasado fenomenal, yo he dormido más que ningún día, he descansado bastante, hemos comido muchísimo y hemos aprovechado todo lo que podíamos los 2 días que hemos estado allí. Ya estamos pensando en la próxima escapada.

Este fin de semana también nos ha valido para probar en trayectos un poco más largos la silla de coche Q-Retraktor y a mi Bichito le ha encantado. A mí era algo que me preocupaba bastante porque con la última silla que tubo se quejaba de que le dolía la espalda. Sin embargo, con esta, no se ha quejado ni un momento y llevaba la cabeza perfectamente descansada en las orejeras de la silla. Estamos muy contentos con ella.

Y vosotros, ¿qué habéis hecho este fin de semana?

viernes, 9 de noviembre de 2012

Soledad

Desde muy joven me hice responsable de situaciones que no eran mi obligación y tuve que hacerme cargo de un montón de circunstancias atípicas para mi edad. Aquello me marcó en la chica que era, en la mujer que me he convertido y en la madre que soy y quiero ser para mis hijos. He vivido momentos extremadamente dicífiles para cualquier persona, mucho más para poco más que una niña, que me han marcado mucho. Sin embargo, recuerdo con gran tristeza que el sentimiento de Soledad me ha acompañó en muchísimos momentos de mi vida.

Recuerdo que cuando era jovencita tenía una placa pegada a un armario en el que aparecería el significado de mi nombre. Recuerdo la primera frase: "Gusta de la Soledad". Cuánto me he acordado de esa frase intentándome hacer creer que me gustaba estar sola en todas aquellas situaciones. ¡Qué estúpida era, cómo podemos llegar a ser tan ignorantes para engañarnos de esa manera!

Cuando conocí a mi marido y empezamos a salir juntos, aquella misma noche, sentí que le quería. Fue muy raro, porque era como si le quisiera desde el primer momento que estuve junto él. A los 15 días se vino a vivir conmigo y desde entonces no nos hemos separado.

Desde que me quedé embarazada de mi Bichito sentí una inmensa alegría y mis hijos iluminan cada uno de mis días. Mi familia me acompaña en cada momento y los llevo en mi corazón cada minuto de mi vida. Desde que tengo a mi familia, poquísimos han sido los momentos en los que me siento sola. Sin embargo, cada noche me embarga ese sentimiento de Soledad cuando no puedo dormir. Me agarro mi barriguita esperando que las patadas de mi Pizquita me acompañen, pero con tantas pesadillas siento mucha desazón y me siento sola.

La última semana ha sido bastante mala, las noches han estado plagadas de pesadillas, de muchísimos despertares y de muy pocas horas de sueño. Tengo mala cara, ojeras y estoy demacrada, aunque hoy he conseguido dormir 5 horas en 3 veces, más que en los 4 últimos días.

Hoy es festivo en Madrid y dentro de un ratito nos vamos a Ávila a pasar el fin de semana. Hemos cogido un hotel para disfrutar en familia y espero poder descansar, cambiar de aires, comer y dormir. Sé que será difícil, porque además el tiempo no nos acompaña, pero sé que en familia va a ser un fin de semana fantástico. Lo único que temo son mis despertares nocturnos.

Buen puente a algunos y feliz fin de semana a todos

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hermanos

Siempre quise ser madre de familia numerosa, para mí era importante que mis hijos tuvieran hermanos, peor también que se llevaran poquito tiempo. Y así, entre el nacimiento de mi Bichito y de mi Pequeñín hay 20 meses y 5 días y entre el de mi Pequeñín y mi Pizquita habrá casi 24. Ese era mi pensamiento y el de mi marido también. De hecho a mí me gustaría tener 4 hijos, pero llegamos al acuerdo de que 3 es una gran cifra y que después de que nazca mi Pizquita, no ampliaremos la familia.

Poco sabía mi Bichito cuando me quedé embarazada de su hermano, sólo entendía que mamá estaba más cansada, que papá iba a ver qué la ocurría por la noche mucho más a menudo que antes, que de las tetillas de mamá salí menos leche y que además a veces se ponía muy nerviosa en las tomas. La explicamos que iba a tener un hermano, le enseñábamos la tripita de mamá diciendo el nombre de mi Pequeñín y aunque ella lo repetía, cuando nació siguió llamando a mi ombligo Pequeñín. Recuerdo los primeros días que estuvieron juntos, el hecho de comprender que ese pequeñajo que estaba en casa, que tomaba teta de mamá, que le quitaba atención de mamá, de papá, de sus abuelas, aquella cosita pequeña se quedaría para siempre.

No lo pasó mal, lo asumió perfectamente, tuvo celos, como cualquier otra persona en su misma situación, pero aprendió a convivir con él, a disfrutar poco a poco de su compañía y a verle con ojos de hermana de mayor. Empezó a cuidarle, a experimentar el cariño y el amor hacia su hermano, a tener un sentimiento de posesión que reflejaba a la hora de llamarle "mi Pequeñín" y poco a poco fue disfrutando de la experiencia de tener un hermano.

Él siempre nació con hermana, él siempre la tuvo ahí y, sin embargo, él es el que tiene más celos. Aunque le encanta jugar con su hermana, comparte cualquier cosa con ella y la mira con esos ojos de admiración que tienen los hermanos pequeños, le cuesta mucho asimilar algunas situaciones cotidianas. Tiene mucho carácter y como tal, lo vuelca con todos nosotros, pero sobre todo, con su hermana. La muerde, araña, pega, tira del pelo, pellizca y la pobre no se defiende. Habían entrado en una espiral en el que él la pegaba, ella gritaba y nosotros regañábamos al peque. Hemos optado por cuando esto ocurra llevarle a otra habitación, pero no ha funcionado. Lo último que estamos intentando es que ella se defienda, pero es complicado no intervenir sin que alguno de los dos resulte magullado. Ella le empuja, le dice "Pequeñín, no", pero aunque a veces consigue que la deje en paz, otras la insistencia de él es tal que al final consigue su propósito y llega hasta ella. Además mi Bichito la mayoría de las veces no quiere defenderse y al final termina intentando que no la muerda, por mucho que intentamos que él no la haga nada, pero a veces no llegamos a tiempo. De hecho creo que además de que a mi Pequeñín le cuesta mucho controlar sus emociones, porque conmigo tiene también este tipo de reacciones, también lo hace para llamar nuestra atención. Este hecho me tienen muy preocupada, a los dos para ser exactos, pero no sabemos cómo atajar el problema.

Pero lo que me tiene totalmente maravillada de esta situación es la alegría con la que mi Bichito espera a su nueva hermana, la felicidad que desprende sabiendo que dentro de poco tendremos un nuevo miembro en la familia. Me fascina el amor que ya siente hacia su Pizquita y el entusiasmo que pone al dar un beso al bebé. Es tan diferente, tan distinto, porque ella sí sabe lo que ocurrirá cuando nazca, sí entiende perfectamente lo que es tener un hermano, no se lo imagina, no lo intuye, no, lo sabe. Ella sabe lo que conlleva que dentro de poco tengamos otro miembro en la familia, y aún sabiéndolo, está súper feliz por la llegada de su hermanita.

Mi Pequeñín también da besitos a la barriga, también le decimos que pronto tendrá una hermanita pequeña y aunque sé que sabe que algo ocurre, es demasiado pequeño para comprenderlo. Pero no es igual, no creo que ningún niño pueda hacerse a la idea de todo lo que supone tener un hermanito a menos que ya lo tenga. De poder valorar todo ese amor que se tienen como algo positivo hasta desear que su hermanita nazca pronto. Es asombroso ver la ilusión en los ojos de mi Bichito y en sus actos, es increíble poder verla disfrutar de mi nuevo embarazo y que sea totalmente consciente de todo lo que ocurrirá cuando su hermana nazca. Me admira la capaz de mi hija de amar, de querer a su hermano y de querer ya a su futura hermana. Mi Bichito jamás dejará de sorprende, me tiene totalmente fascinada.

martes, 6 de noviembre de 2012

Ecografía Segundo Trimestre



Pues ayer fuimos a la eco del segundo trimestre y fue genial. La ecógrafa estuvo enseñándomelo todo a la vez que ella iba observando a mi pequeña. Las cavidades cerebrales, los ventrículos del corazón, pulmones, vesícula, estómago, riñones, una manita, sus deditos, los pies, las piernas, las cuencas de los ojos, la boca, la nariz. TODO. Poco a poco, explicándonoslo absolutamente todo. Sin lugar a dudas la mejor ecografía que me han hecho con diferencia, por el trato y por la forma de explicarnos cada cosa. Además una después de tres embarazos y varias ecografías empieza a interpretar cosas por sí misma y me alucina cada ecografía que veo, las mías y las de mis amigas.

Su postura era extraña, genial para ver todos los órganos importantes, pero muy difícil para sacarle una foto de su perfil y confirmar el sexo. Por descarte, no encontrar los testículos ni el pene, es una niña. Y la carita la vimos de frente, pero su perfil no.

Tengo un cerro de fotos, en total 11, de su cabeza, abdomen, cavidades cerebrales, corazón, columna vertebral, etc... pero ninguna de su carita. Y gracias a que LadyA me las ha mandado por correo, dado que ayer estuvimos presumiendo de fetillos, os las he podido poner para que ilustren el post de hoy.

Cuando la pedí a la ginecóloga que si podía enseñarme a la peque en 3D me dijo que no, que eso en la seguridad social no se hacía, seguramente debido a que fuera de esa sala tiene una consulta privada en la que se dedica a ello. Cuando nos sentamos me preguntó si alguna vez me lo habían enseñado en 3D y le dije la verdad, que sí, que en mis tres embarazados habían intentado enseñarme la carita. Si se ve algo me lo enseñan y si no, pues nada. La resultaba extraño, pero su misma compañera, la mujer de mi ginecólogo privado, lo intentó en la semana 12, pero como no se veía nada lo quitó. Es simplemente darle a un botón, buscar la cara y si se ve, te la enseñan y si no, no. Yo no buscaba una ecografía 3D, ni un diagnóstico, para eso hay que acudir a un centro privado y tomarse su tiempo, sólo quería que me enseñara su carita si fuera posible. Como dijo mi marido, tiene todo el derecho a negarse y yo a pedírselo.

Salimos encantados porque todo estaba bien, la peque crece correctamente, sus medidas están entre las semana 19 y la 20, deber de medir unos 15-17 centímetros y pesa 333 gramos. Su corazón late con fuerza y sus pataditas diarias me alegran el día.

Sin embargo, hoy me siento mal, no me encuentro nada bien, he pasado una noche horrorosa, llena de pesadillas. Debido a que no podía conciliar bien el sueño mi marido se fue al sofá (realmente le terminé echando) y fue muchísimo peor, tuve una pesadilla horrible y tuve que ir a buscarle para que me abrazara mientras yo me acurrucaba a su lado sollozando y así han pasado 2 horas intentando tranquilizarme mientras él me agarraba. Al final sonó el despertador para que al fin me levantara y con un tremendo dolor de cabeza y de cuerpo, me he venido a trabajar, deseando que den las 14:30 para salir zumbado a casa. Estoy deseando llegar a mi casita, coger una mantita y hundirme en el sofá. Encima estas pesadillas me dejan anímicamente derrotada y con unas ganas imperiosas de llorar a cada momento. Espero que esta noche pueda dormir mejor y descansar algo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

20ª Semana de Embarazo

¿Ya estoy en mitad de mi embarazo? Pues espero que no y que ya haya pasado ese punto, porque salgo de cuentas el día de antes del segundo cumpleaños de mi Pequeñín. Espero que mi Pizquita ya nos acompañe y podamos celebrar todos juntos el cumple de su hermano mayor. Es algo que me inquieta, no quiero que sus cumpleaños coincidan en la misma semana, quiero que al menos se lleven 7 días, que puedan disfrutar de su semana de cumpleaños, aunque luego les toque celebrarlo juntos. Sé que son divagaciones, sentimientos de una madre tonta a que le preocupan cosas tan insignificantes como esa. Luego no sabemos qué ocurrirá, pero no me gustaría estar el día del cumpleaños de mi Pequeñín en el hospital. Eché mucho de menos a mi Bichito cuando di a luz a mi Pequeñín y sé que esta vez les echaré mucho de menos a los dos, sólo espero poder pasar el segundo cumpleaños de mi Pequeñín junto a él y a ser posible que su hermanita pequeña nos acompañe.

Mi estado de ánimo vuelve a ser el de siempre, alegre y sonriente, aunque mi vitalidad no y es que no termino de encontrarme bien. El viernes me dio ciática, por lo que he pasado el fin de semana tumbada en casa, cosa que me ha venido de lujo. El dolor se ha convertido en una ínfima molestia en el glúteo izquierdo, que me permite hacer vida totalmente normal sin tener que apoyarme para subir las escoleras o que me queje cuando me agacho a coger algo. Sin embargo, mi aspecto no es del todo bueno y es que duermo regular, descanso poco, tengo muchas ojeras y mala cara. Las noches están repletas de sueños raros y alguna pesadilla, que por suerte no me ha generado demasiada ansiedad, aunque en la mayoría me tire corriendo o huyendo de alguien mientras dura. Hoy me he despertado pronto, 5:30, pero mejor y parece que he recuparado algo al estar el fin de semana tumbada.

La piel la tengo bien, aunque me pica y es que debido al puente, que se me olvidó, y a la fiesta de Halloween del miércoles no he ido a PUVA, espero poder darme hoy una sesión y que se me quiten estos pequeños picores. 

Peso: 56,4 kilos (-0.100 kilos que en la 19ª semana).

Dentro de un rato iré a la eco de las 20 semanas, eco muy importante, todo sea dicho de paso. Estoy nerviosa, pero a la vez tranquila y aunque parezca imposible, me siento así. Tengo ganas de ver a mi Pizquita y de ahí mis nervios y me siento tranquila porque tengo la sensación de que todo va a estar bien, que mi pequeña crece perfectamente en mi interior y que vamos a disfrutar mucho mi marido y yo viéndola. Así que mañana os cuento y si puedo os enseño alguna fotillo.

Que tengáis una buena semana!!! Besitos

viernes, 2 de noviembre de 2012

Extraña

Hoy me siento extraña. Es un día cualquiera, como cada viernes que vengo a trabajar, pero mis hijos se quedan en casa. Tengo la suerte de que mi marido hoy no trabaja y es él el que se queda con ellos en casa, pero, sin embargo, me siento rara. Recuerdo esos días de verano en los que yo me levantaba para irme a trabajar y ellos se quedaban en casa, disfrutando, haciéndose fotos, cantando y bailando y luego, mi marido me mandaba fotos y vídeos y yo disfrutaba viéndolos. Sin embargo, hoy me siento diferente, como fuera de lugar. Estoy deseando que den las 14:30 y son poco más de las 8. Cuando llegue estarán acostados durmiendo su siesta y yo no podré verles hasta que se despierten.

Imagino que ahora duermen y cuando no me vean creeran que tienen que ir al cole, porque cuando mamá no está en casa, se va al cole y a la guarde. Me los imagino desayunando su leche con cacao y el bizcoche de cacao que hicimos ayer mi Bichito y yo. Me los imagino riendo, haciéndose cosquillas, sacando todos los juguetes de las gavetas y esparciéndolos por el salón. Me los imagino pintando en sus pizarras y en sus coloreables. Me los imagino tumbados en el sofá mientras ven una peli. Me los imagino dándose besos, abrazos y caricias y me muero de envidia.

Hoy la mañana será larga, lo sé. Encima mi compi no está, aunque creo que el lunes, al final, volverá una semana más para despedirnos de nuevo el jueves, menudo vaivén. Después de hacerte a la idea de que te vas, de recoger tus cosas, despedirte de la gente, después de dejar tu puesto de trabajo en el que llevas trabajando un montón de años, después de todo, el viernes mientras nos tomábamos una cerveza la llamaron y la dijeron que se quedaba hasta el 9. Prometo que os lo explicaré dentro de unos días cuando tenga tiempo, porque en 2 meses seré yo la que recoja mis cosas y abandone este cliente después de 5 años.

Hoy siento nostalgia del hogar, añoro a mi familia y quiero volver a casa cuanto antes junto a ellos.

Aún sintiéndome así tengo que contaros que la fiesta de Halloween de Yo misma fue una auténtica pasada. Telarañas, murciélagos colgantes, arañas, brujas, cirujanos asesinos, muchos diablillos y un montón de manjares exquisitos hicieron que la fiesta fuera todo un éxito. Mis hijos se lo pasaron pipa, disfrutaron una barbaridad y comieron como si no hubiera un mañana. A mi Pizquita lo que más le gustó fueron los nuggets caseros, aunque las delicias de jamón y queso, las croquetas, la tortilla de patata o la pizza artesana no tenían nada que enviarle. Estuvimos hasta pasadas las 9 de la noche, los niños acabaron muy cansados y nosotros pasamos un rato muy agradable. Mi Pequeñín se durmió de camino a casa y aunque le subió fiebre en la fiesta, con un poco de paracetamol volvió a ser el de siempre. Mi Bichito se durmió cuando llegamos a casa pasadas las 10 y aunque creíamos que no despertarían hasta las 8-9 de la mañana, a las 6:24 mi Pequeñín pensó que ya habríamos dormido bastante y que eso de no madrugar los días de fiesta no va con él. Por suerte he salido de casa esta mañana antes de las 7 y seguían ambos dormiditos, espero que descansen.

Y vosotros, ¿tenéis hoy puente? ¿Qué tal lo pasasteis en Halloween? ¿Se disfrazaron vuestros peques?

Besitos a todos y buen fin de semana