viernes, 27 de abril de 2012

Nuestras vacaciones entre amigas

Ay, que nos vamos de vacas!!! Dentro de unas horas estaré preparando las maletas y todo lo que tenemos que llevarnos para disfrutar de unas estupendas vacaciones en familia y con muchas amigas.

Hemos decidido salir mañana por la mañana temprano y es que mi marido sale de trabajar a las 16:15, entre que llega, cargamos el coche y demás, saldríamos a las 18:00, por lo que llegaríamos a la playita de noche y con la casa fría. Así que hemos decidido salir mejor mañana por la mañana temprano, desayunamos de camino y llegaremos para subir las cosas e irnos al restaurante, donde ya nos conocen y nos tratan a los peques como reyes, a comernos una estupenda paella.

El domingo hemos quedado con Gema (En mi nube de azúcar…) como cada vez que vamos a la playa. Iremos a verlos a disfrutar pasando un día junto a ellos, abrazarles, pasear, reír, jugar, que mi Pequeñín coja a los perros de las orejas, que mi Bichito se suba a la pierna de su padre hasta que coja confianza cada vez que se le cerca uno de los perros y que yo le dé besitos a Nahia y le toque la barriga a Gema. En fin, lo que se dice pasar un día entre amigos.

El lunes y martes nos quedaremos en Oropesa, dando una vuelta, disfrutando de paseos por la paya, metiendo los pies en el agua, jugando a hacer castillos y estando juntos, que es de lo que se trata y cogiendo fuerzas para los siguientes días.

El miércoles nos levantaremos y pondremos rumbo a Salou, donde nos espera Eloísa (Una maternidad diferente) y su familia. Pasaremos el día allí juntos, comiendo, jugando, paseando y el jueves nos encaminaremos a Port Aventura para pasar un par de días. Treinteañera con hijo(s) se unirá el mismo jueves a nosotras ya en el parque y el viernes vendrá LadyA (La Mamá Vaca). Vamos a pasarlo genial, a disfrutar en buena compañía, a darle a la húmeda (como diría mi abuela). Y en cuanto cierren el parque, a eso de las 19:00, Elo y yo nos vamos a Endor, donde nos espera Leia (Crónicas de una Padawan) para cumplir algo que se nos ha ido resistiendo y es conocernos por fin en persona. Ya lo hemos intentado una vez, hace algo más de un año y yo me puse malita, teniendo que quedarme en casa y pasando por el hospital. Ahora, más de un año después, por fin podremos conocernos y darnos ese enorme abrazo.Qué ganas tengo de que mi Pequeñín y PequeñoJedi se conozcan de una vez.

Pero no penséis que esto se queda aquí, NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, y es que Obi-Wan el sábado nos va a preparar una riquísima barbacoa y claro, al tufillo se han apuntado LadyA, La Teta Reina (Con la Teta hemos Topado) de fijo y Mis chicos y yo, Estanjana (Yo madre) y London (La maternidad by London), se lo están pensando. Chicas, animaros, veniros!!!!

Creo que no he pasado una vacaciones con tantas amigas jamás. Va a ser increíble, alucinante y tengo unas ganas locas de empezar nuestra ruta. Estoy seguro que los peques se lo van a pasar pipa y yo voy a disfrutar una jartá.

El que se va a merecer un altar y un monumento es mi marido, que si bien es una persona increíble, también es una persona mucho más tranquila que yo, un hombre al que le gusta estar en su casa con sus cosas. Sé que lo hace por mí, que me quiere tanto y que quiere verme feliz, que es capaz de dejarme organizar esto y más. Ale, eres el hombre más generoso del mundo, gracias por quererme tanto, por regalarme estas vacaciones, por ser tan paciente conmigo y por ser feliz haciéndome feliz a mí. Soy la esposa más afortunada del mundo. Gracias amor.

Y vosotros, ¿qué vais a hacer estos días? Os deseo unas vacaciones tan espectaculares como las nuestras, estoy casi segura que con el planning que tenemos no podré conectarme mucho y contaros, pero os prometo que a la vuelta os lo contaré todo con pelos y señales!!!!

BESITOS Y BON VOYAGE!!!

miércoles, 25 de abril de 2012

Como si no hubiera estado mala


Según se abrieron las puertas del ascensor sabía que ya estaba mejor, no paraba de hablar!!! Trajo unos zapatitos para su hermano, los abrió mientras me contó que se encontraba bien, que había descansado, que había comido sopa y pollo y entre sus manos tenía la peli que yo había metido en su bolsa: “Mamá, mira, una peli, quiero ver El Rey León”. Miré a su padre y mientras meneaba la cabeza decía: “No para, no para”.

Se encontraba bien porque parecía que la habían dado cuerda o lengua para comer en vez de pollo, porque no nos dejaba hablar, no paraba ni para coger aire. Mi madre también la esperaba en casa y la tuvo buena parte de la tarde en su regazo mientras juntas veían los dibujos y conversaban. Daba gusto mirarla y verla sonreír. Mi pequeña, mi niña, mi Bichito. Sólo unas ojeras en su rostro me recordaban la noche anterior, por lo demás todo se olvidaba porque ya estaba bien.

Qué recuperación tan asombrosa tienen los niños, qué capacidad, qué energía. Excepto por mi cansancio y por las ojeras de los cuatro, nadie podría imaginar que la noche anterior habíamos estado hasta las 2 de la mañana en urgencias. Muy mimosa, eso sí.

Hoy ha ido a la guarde con su hermano, aunque la muy pillina anoche cuando la pregunté si quería ir me dijo: “Ohh, no puedo, estoy malita”, jajajajaja, qué Bichito!!! Estoy segura que pasará un día estupendo y que disfrutará junto a sus compañeros.

Además esta tarde celebramos el cumpleaños de los peques del Grupo de Mamis, todos juntos en el parque, tomando algo y probando todas las cosas ricas que habrá. Los hijos de las mamis más veteranas, entre ellos mi Pequeñín, ya tienen un año y queríamos celebrarlo todas juntas. Estaremos en un parque de la zona, ha salido el sol y es tiempo de disfrutar del aire libre y a mis hijos les viene bien, que menuda semanita llevan.

Así que esta tarde voy a relajarme, voy a disfrutar con ellos y a pensar que dentro de tres días estaremos de vacaciones, que menuda falta nos hace!!!

Gracias a todos por vuestros comentarios, mails y mensajes que me habéis dejado preocupándoos por mis hijos. Gracias por estar ahí y animarme, por comprenderme y por hacerme sentir que no estoy sola.

Muchas gracias y feliz día a todos vosotros.

martes, 24 de abril de 2012

Media noche en el hospital

No recuerdo la última vez que estuvimos en el hospital, lo cual es una buena señal, creo que fue cuando ingresaron a mi Pequeñín con 2 meses por fiebre sin foco. Casi todo lo arreglamos en casa o en el centro de salud. Del hospital puedes no volverte solo y traerte contigo un virus nuevo y si no que me lo digan a mí que me vine con una varicela cuando estaba embarazada de 32 semanas de mi Bichito.

Ayer por la mañana me llamaron de la guarde, mi Bichito había vomitado un par de veces. Pedí hora en el pediatra y mi marido fue a por ella, cuando llegué a por mi Pequeñín ya eran 4 vomitonas. Estaba bastante malita, se acurrucaba, ni se movía, tenía muy mala cara, unas ojeras muy marcadas y pálida. Su pediatra la mandó Motilium y suero en pequeñas dosis que no toleró, por lo que al final de la tarde la llevé a su pediatra de nuevo. Decidió entonces inyectarle primperan y mantenernos allí una horita hasta que retuviera el agua. Justo antes de irnos echó un poco, pero como estaba muy cansada me recomendó ir a casa, acostarla y dejarla hasta la mañana siguiente.

Sin embargo, hora y media después volvió a vomitar. Tenía una deshidratación leve y me dijo la pediatra que la llevara al hospital si volvía a vomitar para que la pusieran suero intravenoso, así que nos vestimos y la llevé. De camino se me quedó dormida, estaba agotada y sin fuerzas, me daba mucha penita mirarla a través del espejo retrovisor, tenía tan mala cara. En mis brazos fuimos todo el camino y hubo suerte porque no había nadie en la sala de espera.

La reconocieron y ella ni se movía, era como un trapito, según la dejabas se quedaba. La doctora que nos atendió la trató con mucho cariño y me comentó que había otro medicamento del mismo estilo del primperan, bebido, que funciona bastante bien y que íbamos a darla una oportunidad, si volvía a vomitar la ingresaba con un gotero hasta el día siguiente. Además ya le había subido fiebre.

Y nos salimos a esperar, tomó la medicina y se tumbó sobre mí, enseguida se quedó dormida y así pasamos la siguiente hora. Después nos trajeron un vaso con suero que ella fue bebiendo, 5 ml cada 5 minutos. La pobre se quedaba dormida entre tomas. 1 hora después no había vomitado nada, así que nos dieron el alta con la indicación de qvolver a urgencias si vomitaba de nuevo.

Eran las 2 de la mañana, llegamos a casa, nos pusimos el pijama y nos dormimos. Al rato la escuché llamarnos, fue su papá. Un ratito después abrí el ojo y mi marido me traía a mi gordito para darle de mamar. Le acosté, me quedé un poco porque mi Bichito se quejaba. 2 veces más fue su papá junto a ella, se enfadaba porque no quería suero sino agua, además se encontraba molesta y llorosa.

He hablado con ella hace un rato y quería quedarse en casa con su papá y su mamá. Qué penita no poder quedarme para cuidarla, para tumbarnos en el sofá juntitas y ver una peli, para descansar, para rascarle la espalda, para contarle un cuento, para cantarle, para abrazarla, para comérmela a besos. Son estos días los que es verdaderamente difícil venir a trabajar y no por la falta de sueño, sino por saber que tu hija te necesita y tú no puedes estar con ella. Te parte el alma escuchar a tu hija decirte que quiere estar contigo y tú no poder teletransportarte a su lado en ese mismo instante y quedarte junto a ella y cuidarla. Se me saltan las lágrimas…

lunes, 23 de abril de 2012

Récord Mundial de Cambio Simultáneo de Pañales de Tela

Pañales de Tela en Oh! La Luna
El viernes al final tuve que salir antes y recoger a mi Pequeñín porque su profe me llamó, tenía fiebre. Aunque todavía me faltaba un rato para salir, me fui a por él sabiendo que me va a costar muchísimo recuperar el tiempo. Tuvo fiebre el viernes y el sábado de madrugada y ya, debido a la reacción de la vacuna y a un nuevo diente.

El viernes teníamos una charla sobre fisioterapia respiratoria a la que, por tercera vez, no pudimos ir. El sábado por la mañana, mi Bichito y yo, nos fuimos al Curso de Masaje para niños de 1 a 7 años con Elena de Oh! La Luna. Cómo no, nos encantó, disfrutamos mucho, aprendimos cosas nuevas y aprovechamos cada minuto. Fue genial y mi Bichito ya está deseando volver a la tienda de Elo, como ella la llama, jajajajajajaja.

El culo de mi Pequeñín
Y por la tarde, y dado que mi Pequeñín no tenía fiebre, volvimos a Oh! La Luna, esta vez mi Pequeñín y yo, para batir el Récord Mundial de Cambio Simultáneo de Pañales de Tela. Yo no sé si lo hemos batido, imagino Eloísa me informará, pero pasamos un rato muy agradable. Elena y Eloísa fueron unas grandes anfitrionas, prepararon todo de una forma espectacular, se desvivieron por toda y cada una de las personas que fuimos allí y fuimos más de 80 entre mamás, papás y bebés. Son unas grandes mujeres que se vuelcan en todo lo que hacen. Mi Pequeñín se puso su primer pañal de tela al son de una campanilla y con la alegría de contribuir a algo grande, ahí tenéis su precioso culete. Fue genial compartir ese momento con muchas otras mamás, pero sobre todo con Elena y Eloísa, que nos brindan su cariño y su dedicación. Gracias chicas, sois fantásticas.

El domingo lo hemos pasado en casa, escuchando tararear a mi marido: “Y aquí estoy, tumbado a la bartola, no estoy para nadie, ni siquiera para ti…”.Aunque no fuera cierto porque no hemos parado de hacer cosas, pero mi marido disfruta estando en casa, es su habitad natural.

Además el viernes llegó una Reina a nuestra casa, que hemos bautizado como Teta, en honor a La Teta Reina y es que mi marido se ha comprado un hormiguero. Ahora "La Teta" es la Reina de la casa, su ojito derecho, manda huevos. También han salido los primeros gusanos de seda y el primero que ha conseguido vivir lleva el nombre de Suusanito, jajajajajaja. Así que ahora en casa tenemos dos tortugas: Pili y Mili, un hormiguero bajo las órdenes de La Teta Reina y gusanos de seda capitaneados por Suusanito. Menos mal que tenemos dos habitaciones, yo no sé qué tendríamos si llegamos a vivir en un chalet.


Hace muchas semanas que no hago control de peso, como me faltaba kilo y medio y estaba más o menos, pues para qué, hasta esta semana. Cuando me he pesado esta mañana me he llevado una grata alegría y es que ya me queda menos de un kilo para llegar a mi objetivo, 900 gramos para ser exactos. Lo que es genial, porque ahora mismo ya veo el peso que tenía justo antes de quedarme embarazada de mi Bichito y de dejar de fumar, con un “,9”, pero aquel peso.

Hoy da comienzo una semana que terminaremos en la playa. Pocos días nos quedan para cogernos unas vacaciones que vamos a exprimir hasta el último día y que os contaré en qué van a consistir, pero como siempre deciros que vamos a estar con varias amigas mamás blogueras, aunque eso nos lleve ir de una provincia a otra. Por suerte hemos adquirido unos dvds dobles para el coche para amenizar el camino de nuestros hijos. Comienza la cuenta atrás para irnos de vacaciones...

Y vosotros, ¿qué habéis hecho este fin de semana?

viernes, 20 de abril de 2012

Una experiencia maravillosa

Salí antes del trabajo y llegué a casa nerviosa, muy nerviosa. Tenía la tripa tan encogida que parecía que había perdido hasta peso, tres días más así y conseguiría perder el último kilo que me faltaba. Miré la bolsa donde había metido todo: bizcocho, nocilla, 28 bases para clavar los cake-pops, la masa, fideos, bolitas y círculos de azúcar, palos de polo y mi delantal. Está todo y me encaminé a la escuela infantil.

Entré a la clase, 18 niños estaban esperándome sentados, mi hija aguardaba levantada y casi tan nerviosa como yo.
“HOLA SUU”, dijeron todos.
Menudo recibimiento!!! No podía ser mejor. Un gran beso de mi Bichito mientras yo la tranquilizaba y la decía que todo iba a salir bien, que mamá ya estaba allí y que era normal que estuviera inquieta.

“Lo primero chicos, lavarnos las manos y ponerlos los babies”. Uno a uno fueron pasando mientras algunos papás llegaron a ayudarnos y cuando todos estaban sentados, nos dispusimos a empezar. En cada uno de sus cuencos había un trozo de bizcocho, manos limpias y dedos preparados a deshacerlo. Al principio un poco reticentes, pero luego metieron los dedos y se pusieron a estrujar el bizcocho mientras los papás les ayudaban. Llegó el momento de la nocilla y aunque les costó un pelín, casi todos metieron los dedos para integrar la nocilla con el bizcocho ya deshecho.

Me pasé de nocilla, les eché demasiado, por lo que quedó un poco líquido. Yo llevaba masa preparada y lista para hacer los cake-pops, pero creía que la gracia estaba en que se mancharan y conocieran todo el proceso. Les dije que se chuparan los dedos mientras esperaban de nuevo a que les lavara las manos. Fui lavando uno a uno, alguno venía con las manos llenitas de nocilla y otros las traían totalmente limpias. Creo que había mucho goloso en la sala!!!

De nuevo todos sentados les entregué un trozo de masa e hicimos la primera bolita, clavamos el palo y lo pasamos por los azúcares.
“¿Lo tenéis todos chicos?”, se lo enseñé en alto, “ Y ahora, ¿qué podemos hacer con él? Nos lo comemos!!!!”. Y le dimos un bocao. Casi todos se comieron este primer cake-pops, les encantó y mientras disfrutaban de su degustación fui dándoles un nuevo trozo para que hicieran otro, pudieran clavarlo en la base y se lo llevaran a casa.

Disfrutamos muchísimo todos, pero mucho. Nos reímos, nos lo pasamos bien, nos manchamos, lo ensuciamos todo y nos los comimos. Todos se fueron muy contentos, orgullosos de sus creaciones, habiéndoselo pasado muy bien. Y yo me lo pasé genial, fue increíble estar a su lado y compartir ese rato con ellos. Envidié a su profesora durante un instante y me sentí muy afortunada por vivir esta magnífica experiencia junto a ellos.

Fue una pena que una de las profesoras de mi Pequeñín no pudiera acompañarnos porque se había puesto malita con escarlatina (hay un brote en la escuela), cuídate preciosa. Lo peor fue cuando a mitad de la clase la directora entró y me dijo que mi Pequeñín tenía fiebre. Me dije, tranquila, dentro de media hora te lo traen, concéntrate. Esta noche ha tenido fiebre, pero no ha sido fiebre demasiado alta. Justo era el octavo día desde que le pusieron la vacuna de la rubeola y a mi hijo todas sus vacunas le han dado fiebre. Esperemos que sólo sea eso, una reacción a la vacuna y que no haya tenido envidia de su profesora y haya cogido la escarlatina.

Os deseo un buen fin de semana. Yo lo afronto con el maravilloso recuerdo de unos niños entregados y una experiencia única que jamás olvidaré. Gracias.

jueves, 19 de abril de 2012

Me meto en todos los fregaos: taller de cake-pops en la Escuela Infantil

Lo sé, en todos y cada uno de ellos.

Este mes de abril es el mes de la familia en la Escuela Infantil de mis hijos y cada uno de ellos tiene una actividad. Mi hijo tiene un mural con una foto nuestra, que coge, juega, chupa, señala y aprende nuestros nombres, y mi Bichito tiene todos los jueves una actividad que organiza uno de los padres. La semana pasada un par de mamás hicieron un guiñol y se lo pasaron genial.

Como no podía ser de otra manera, esta semana me toca a mí y como ya os dije que yo no le temo a nada, se me ocurrió hacer con ellos unos cake-pops que aprendimos un día mi Bichito y yo cuando asistimos a un taller. Pero sólo los he hecho aquella vez!!! En fin, que no sé cómo pero siempre me lío. Así que llevo semanas recopilando cosas que necesito, el lunes hice los bizcochos, ayer los integré con el queso y tengo la masa en la nevera. También van a deshacer unos bizcochos y mezclarlos con nocilla, que hice ayer. Tengo los fideos, puntos y círculos de azúcar, los palos de polo, mi marido y mi Bichito han cortado y forrado los cuadrados donde pincharlos, el delantal y unos nervios que pa qué.

No puedo evitar ponerme nerviosa ante 20 niños, varias profesoras y muchas mamás-papás (la profe ha invitado a todo el que quiera venir). Y claro, cada vez que miro el reloj veo que pasan las horas, los minutos y dentro de nada tendré que ir a casa a por todo y encaminarme a un duro público, mucho más que el de la semana pasada. Y yo no soy una profesional, ni siquiera suelo hacer estas cosas, soy una mera aficionada a la que le encanta hacer galletas con su hija. Pero de galletas a cakepops va un mundo.

Pero bueno, ya no puedo echarme atrás, así que sólo hay que pensar que nos vamos a poner de chocolate hasta arriba, que lo vamos a pasar genial, que se van a comer todos los fideos, puntos y círculos de azúcar antes de que el bizcocho llegue a tocarlos, que vamos a pasar un rato divertido y que estaremos en familia, que es de lo que se trata.

Así que hoy tenéis que volver a desearme suerte porque de 15:00 a 16:30 estaré con un montón de niños intentando hacer cakepops y os juro que hoy de los nervios se me niebla hasta la vista!!!!

miércoles, 18 de abril de 2012

Punto de inflexión

Me encantan estos términos matemáticos, además recuerdo cada paso que hay que dar para estudiar una función matemática e ir descubriendo poco a poco su gráfica. Gracias a técnicas matemáticas somos capaces de vislumbrar el aspecto de una función, presentándose ante nosotros como de un dibujo se tratara. Un punto de inflexión, en el argot matemático, es un punto donde una curva pasa de ser cóncava a convexa o viceversa, es decir, es un punto donde una curvatura cambia de dirección.

Pero a mí que me gusta este tipo de términos y mucho más aplicarlos a mi vida cotidiana, os voy a contar cuándo y por qué.

Mi Bichito tiene 33 meses y mi Pequeñín 12. Mi Bichito es una niña, dulce, cariñosa y con unas cualidades excepcionales. Mi Pequeñín es un niño, borrico, muy sonriente y con un potencial en auge. Desde que mi Pequeñín nació mi Bichito ha ido adaptándose a su llegada, ha ido comprendiendo lo que es un hermano, lo que significa compartir, paciencia, espera, respeto, compañía, ayuda, celos y muchos otros sentimientos, tanto positivos como negativos, que experimentan con la llegada de un nuevo miembro a la familia. Y es innegable y de locos no darse cuenta y aceptar que tienen que pasar por éstos y muchos más.

Pero en mi casa ha habido un punto de inflexión muy claro y es que a medida que mi Pequeñín ha ido creciendo, ha ido plantando cara a su hermana. Al principio, por mucho que quisiera no podía, luego lo intentaba, pero siempre ganaba ella, hasta que ya mi Bichito no puede con él. Y es que es increíble verle cómo sujeta y tira cada vez que ella quiere arrebatarle algún objeto que él tiene y lo realmente importante es verles interactuar juntos e intervenir cuando no queda más remedio. Pero ahora que él empieza a andar, a moverse, que empieza a tener un poco de autonomía, ya no se deja quitar las cosas, la planta cara, lucha con fuerza para que su hermana no le arrebate el juguete que posee y que ella siempre quiere. Defiende lo que en ese momento es suyo y tira con tal fuerza que la puede, que por mucho que ella insiste no lo consigue y si se ve acorralado intenta morderla o la amaga con un bocao.

Cuando mi Bichito juega con sus juguetes y él se acerca, me llama diciendo “¡Mamá, qué viene!”, porque entendemos que hay cosas que son de ella y que no quiere compartirlas con su hermano, por mucho que a nosotros nos gustaría, y la hemos hecho entender que mejor nos avise que darle un empujón, unos pellizcos en la cara o tumbarse encima suya a lo Pressing Catch. A veces lo hace, otras uno de los dos termina llorando. Ahora estamos intentando que entienda que no le puede arrancar los juguetes, que si quiere el objeto que tiene su hermano debe de ofrecerle alguno más atractivo para él y que él se lo deje de forma voluntaria. Y con su hermano estamos intentado que comprenda que aunque tiene que defenderse, no debe de hacerlo a mordiscos, pero esto está constándonos bastante más de lo esperado, de ahí que su hermana le llame “pequeño cocodrilo”.

Estaba claro que este momento llegaría, que habría un punto de inflexión en su relación, pero yo creo que mi Bichito no se lo esperaba tan pronto. Para ella ha sido frustrante de pronto darse cuenta que él tiene más fuerza que ella, porque creo que daba por sentado que al ser la mayor siempre podría con él. Nosotros sabíamos que ocurriría, pero la verdad es que nos ha sorprendido también el hecho de que la hegemonía sólo la haya durado un año. Ahora me da la sensación que la frustración que sentía él la empieza a sentir ella y aunque la está costando, está haciendo lo posible por aceptarlo, claro que no la queda más remedio.

Nos surgirán nuevos retos entre ambos que tendrá que ir puliendo poco a poco, porque al fin y al cabo les quedan muchos años creciendo juntos. Mientras sólo espero que no pase de un chichón y unos cuantos lagrimones.

martes, 17 de abril de 2012

Tonta del culo

Pero es que más tonta imposible. Desde hace ya unos meses tengo una laguna de sueño a mitad de la noche, una toma que antes hacía mi Pequeñín que ya no la suele hacer pero que yo me mantengo despierta y que me cuesta una barbaridad quedarme dormida. Y esa laguna puede durar entre hora y media y tres horas y claro, una duerme poco, pero es que cada vez duermo menos.

Al principio pensé que duraría un par de semanas hasta que me acostumbrara a que mi Pequeñín no hiciera la toma, pero es que ya son varios meses y sigo despertándome a eso de las 3-4 de la mañana y no me puedo dormir. Vuelta a la derecha, vuelta a la izquierda, ahora me levanto, ahora me tumbo, voy a tapar a los niños, vuelvo a la cama y así cada noche. Me da mucha rabia y encima me cabreo porque no consigo dormirme. Pero claro si por norma general no llegas a las 5 horas de sueño en 3 veces, tu humor no puede ser demasiado bueno. A mi marido lo tengo frito:
¡Cariño, shhhhhh, roncas!
¡Cariño, tienes tu pie en mi sitio!
¡Cariño, no respires tan fuerte!
¡Cariño, ponte boca abajo que haces ruido al respirar!
¡Cariño, no respires!
Con deciros que lleva dos noches durmiendo en el sofá por no mandarme a la mierda. Y sé que él lo hace con amor, que prefiere irse al sofá para ver si yo consigo descansar, pero es que no lo consigo y encima me da rabia no tenerle junto a mí. Joo, que parece que estamos enfadados. (Es un santo, lo sé, si fuera al revés ya le hubiera mandado a tomar por culo al sofá)

Así que no sé qué hacer, no se me ocurre ninguna fórmula para descansar bien o por lo menos conseguir descansar. He pensado en hacer todos esos ejercicios que me enseñaron de relajación, pero tengo tal cabreo cuando me desvelo que cogería al profesor y le despertaría a las 4 de la mañana para que me “guiará” mientras imagino un punto negro en una inmensidad blanca. Una auténtica mierda.

Y digo yo, si necesito descansar, si mi cuerpo no para de decirme que estoy agotada, que tengo que dormir, que es necesario que el cómputo de horas diarias llegue a las 6, cómo es posible que mi media esté en 4!!! Es que no me entra en la cabeza, en serio, no puede entender cómo puedo ser tan tonta y desvelarme cada noche entre hora y media y tres horas. Que no, que no lo entiendo, que no puedo comprenderlo. Que si antes con una hija necesita dormir, ahora con dos es una necesidad imperiosa porque hay días que me noto irascible por la falta de descanso.Y ya no sólo son las dos tomas que hace mi Pequeñín, sino que además me despierto una tercera y eso sin contar que además hoy mi Bichito se ha hecho pis en la cama.

Si a esto le sumamos que mi estado anímico por la llegada de mi “amiga” ha tornado de estoy malita a estoy de una mala ostia que mejor ni me mires porque muerdo, pues os podéis imaginar la cara de perro que tengo ahora mismo.

Por favor, ¿alguien en la sala que me lo explique? ¿Alguien se le ocurre qué cojones puedo hacer para no tener esa laguna?
¿Vuestro sueño es como el mío, además de mucho más superficial, os desveláis a menudo?

lunes, 16 de abril de 2012

Me duele todo

Como diría mi padre, hasta el carné de identidad.

El fin de semana ha sido completito, ni un segundo para respirar y encima se presentó el domingo tempranito una antigua amiga, que hace mucho que no la veía, para rematar el fin de semana. Pero vayamos contando día a día y os desvelaré el misterio.

El sábado era el día dedicado a mi Bichito. Por la mañana fuimos a la primera clase del Curso de Masaje para niños de 1 a 7 años que imparte Elena de Oh! La Luna y allí que nos fuimos las dos. Nos lo pasamos francamente bien, da gusto escucharla hablar y la naturalidad con la que cuenta las cosas.

De vuelta a casa nos cayó el diluvio universal, madre mía cómo llovía, mi Bichito jamás había visto llover así y se asustó un poquito. Y por la tarde Curso de Decoración de Galletas con La Paxarina en la comunidad de vecinos y cómo no, se lo pasó pipa. La repostería la encanta, disfruta muchísimo y no os podéis imaginar lo predispuesta que está. Ni se movió de su silla durante 2 horas y estoy casi segura que se habría quedado 2 horas más. Cenamos galletas con cacao y un trocito de carrot cake que mi madre me había pedido para celebrar su sesenta cumpleaños.

Como cada día, mi Pequeñín se despierta de noche o casi cuando está amaneciendo y este domingo no podía ser diferente. Pero esta vez no estaba solo y es que mi querida amiga, la regla, después de 22 meses sin ella, después de que en los últimos 4 años sólo haya venido a visitarme 3 veces hace 2 años, quiso hacer acto de presencia. Así que, hablando mal y pronto, estoy jodida. Me duelen hasta las pestañas, ando encorvada y me encuentro bastante regular. No podía haberme bajado la semana pasada cuando estuve cuatro días en casa, no, tenía que venir el fin de semana más ajetreado. Pero, qué le vamos a hacer!!!

Fuimos a comer con mi mamá para celebrar su cumple y disfrutamos en familia de una exquisita comida. Se me ocurrió darle un trozo de carne de cangrejo a mi Pequeñín y de langostino y estuvo chuperreteándolo un rato sin llegar a ingerir. Cuando se despertó de la siesta me encontré su carita roja, por donde se había estado restregado el langostino, así que no sé si acercarme a su pediatra a que le dé cita para el alergólogo o directamente decírselo a principios de mayo al de digestivo, que tenemos cita con él para hacerle un nuevo test de provocación de la leche. Pienso que quizá sea una alergia al marisco, como mi padre, por lo que el de digestivo no se va a hacer cargo y debería pasarme por su pediatra.

Por la tarde teníamos el cumple de uno de los amiguitos de mi Bichito, así que salimos de un cumple a otro y cuando llegamos a casa y me tumbé casi ni me lo creo, no tardé demasiado en quedarme frita en el sofá. Pero está claro, el número de veces que se despiertan tus hijos es inversamente proporcional a tu estado físico, es decir, que mi Pequeñín se ha despertado 6 veces y mi Bichito 2 y yo hoy me encuentro como una mierda, me duele todo!!!

Y vosotros, ¿qué habéis hecho este fin de semana?

viernes, 13 de abril de 2012

Sacarse leche es un arte

Lo afirmo después de más de 6 meses extrayéndome dos veces todos los días. Para mí no es sencillo, no se trata sólo de enchufarme el sacaleches y que salga cuarto de litro en 10 minutos. No, ni mucho menos, ya me gustaría.

Para mí sacarse leche ha consistido en un periodo de aprendizaje, de conocimiento de sí misma y de mis posibilidades, de probar diferentes extractores, de aprender a estimularme, de aprender a utilizar distintos extractores, de aprender a sacarme manualmente y de paciencia, mucha paciencia. Para mí sacarse leche es un arte y como todo arte, hay que ir aprendiendo poquito a poco.

La primera vez que me extraje leche fue cuando mi hija tenía 5 días. A mí la leche tardó en subirme con mi primer embarazo, pero cuando lo hizo fue de golpe, de tal forma que tuve que acercarme al hospital porque no podía ni subir ni bajar los brazos, tenía que tenerlos abiertos. En cuanto me vieron me dijeron que tenía que comprarme un extractor por las dimensiones que tenían mis pechos y a ser posible, eléctrico, porque tenía una ingurgitación mamaria. Ahora que ha pasado el tiempo y he aprendido, creo que deberían de haberme enseñado a aliviarlo de forma manual.

Mi marido y yo nos fuimos a una farmacia de guardia y me dieron el que tenían en ese momento, un Mini-electric de Medela. Y con ese me saqué leche, me funcionaba bien, la verdad y nunca me planteé comprarme otro. Me extraía a la vez que mi hija mamaba, aprovechando así el reflejo de eyección. El ruido es un poco fuerte, por lo que primero tuve que acostumbrar a mi Bichito a ese sonido, pero una vez que lo hubo hecho, todo fue bien. Ella mamaba del pecho del que más me costaba que saliera leche con el extractor y mi marido me ayudaba a sacarme del otro. Congelé bastantes botecitos y bolsas de leche para luego darme cuenta que cambiaba de sabor y de olor debido a que la leche materna tiene un componente para digerir las grasas, ya que al sistema digestivo del bebé no está preparado todavía para digerirlas, y tuve que tirar toda la que había guardado. Aquel día decidí que no me extraería jamás.

Entonces nació mi Pequeñín y con él la superproducción de leche. Esta vez tenía el mejor sacaleches del mundo, mi Bichito, que sacaba todo lo que su hermano no quería. A tal punto fue así, que en 5 días engordó 1 kilo. Luego, poco a poco, se fueron regulando las tomas de ambos, aunque me aparecieron 3 mastitis que superamos gracias a los prebióticos y a la extracción que hacía mi Bichito. Yo me ponía con fiebre y con una placa en el pecho que tornaba la piel de la zona afectada de color rojo y sólo tenía que ponerla a ella con la mandíbula inferior en línea con la placa que se me había formado para que me la disolviera sin necesidad de tomar ninguna medicación.

Cuando llegaba el momento de empezar a trabajar, me daba mucha pena privar a mi hijo de 3 tomas de lactancia materna y fue cuando me enteré que calentando la leche a 62º (justo cuando salen esas pompitas alrededor), la leche no cambiaba tanto su sabor. Hay que decir que hay niños que toleran este cambio de sabor y que no es necesario calentarla antes de congelarla, por lo que es recomendable hacer la prueba: sacarse la primera vez, congelarla, descongelarla al cabo de una semana y después dársela a tu hijo para ver si no la rechaza. Y, por supuesto, cambié de idea y decidí volver a sacarme leche.

Como estuvimos de vacaciones un mes justo antes de incorporarme al trabajo, no tuve tiempo de hacer un banco de leche, por lo que pensé que me sacaría en el trabajo y al día siguiente se lo llevaría. Fue entonces cuando descubrí que el mejor sacaleches con mucha diferencia es nuestro hijo. En 2 extracciones sacaba, con suerte, lo que él se tomaba en 1 y como yo no quería que le dieran biberones de leche de fórmula, les pedí que le dieran papilla de cereales con leche de fórmula en cuchara. Aparecieron unos granitos alrededor de su boca y ahí su alergia a la proteína de la leche se hizo latente (por suerte, ahora ya intolerancia).

Fue entonces cuando le pedí a mi matrona que me dejara el extractor Swing. Muchas eran las mamás y amigas a las que había escuchado hablar de él y quería probarlo. Desde que lo probé, aparqué mi Mini-electric. No hay color, la extracción del Swing es mucho más suave, además es de doble fase. Y, ¿qué es eso? Pues que primero estimula el pecho y luego extrae, obteniendo así mejores resultados. Además el motor es muchísimo más silencioso y yo noté muchísimo la diferencia entre uno y otro, tanto en su extracción cómo en la cantidad que conseguía extraerme para mi Pequeñín.

Yo me extraía dos veces al día, 10 minutos en un pecho, 10 en el otro y luego 5 en uno y 5 en otro. Total 30 minutos cada vez, dos veces al día. Encima tengo que estar cargando y comprando pilas, porque en el baño de mi trabajo no hay enchufe. Un auténtico coñazo.

Fue entonces cuando recordé que cuando mi Pequeñín estuvo ingresado yo probé el extractor doble Symphony y me puse a buscar información. Este extractor es de uso hospitalario y se encuentra en la mayoría de las maternidades, además, Medela ofrece un servicio pionero para que podamos alquilarnos uno en la farmacia. Pero a mí esto no me servía porque yo necesitaba que fuera portátil y no demasiado grande para traérmelo al trabajo.

Y descubrí el extractor de uso doméstico Freestyle. Doble fase, portátil, pequeño, fácil de transportar y de utilizar, pero sobre todo y más importante, doble. La extracción doble incrementa la extracción gracias al reflejo de eyección, algo que ya había aprendido con mi hija y que utilizaba extrayéndome del otro pecho mientras ella mamaba. Encima se reduce sustancialmente el tiempo de extracción, el flujo aumenta lográndose un vaciado mucho más rápido. De tal manera que yo ahora en 10 minutos ya he terminado con el sacaleches y así no notan demasiado mi ausencia en el trabajo. Por suerte, el extractor Freestyle viene con una batería recargable que dura bastante más que las pilas recargables convencionales y que además se carga en el aparato y así yo no tengo que estar poniendo y quitando las pilas del cargador.

Además el extractor Feestyle viene con el bolso CityStyle y una neverita con un acumulador de frío para llevar el extractor y transportar de forma correcta la leche materna extraída y 4 botellas-biberón.

Algo que a mí me ha ido genial para conseguir un poquito más de leche, es extraerme de forma manual después del extractor. Coloco el embudo dentro de la botella-biberón, de tal manera que la extensión de recogida es mayor y mucho más sencillo de acertar, y lo apoyo en el baño y presiono uno y otro pecho intercalándolos. Cuando empieza a salir menos, masajeo ambos pecho en círculos y repito de nuevo un par de veces más. De esta manera obtengo entre 20 y 50 ml más dependiendo del vaciado con el extractor.

Ahora que mi hijo va tomando otros alimentos y no es él el que estimula mi pecho por las mañanas, yo he ido disminuyendo mi producción y saco muy poco, sólo para un chupito antes de comerse el puré de la comida o los cereales del desayuno. Además ya estoy algo cansada de tanta extracción y estoy empezando a sacarme una vez en la mañana en vez de dos.

He probado alguna que otra marca y ninguna me ha dado el mismo resultado que Medela, de hecho con una no obtuve ni resultado. No he probado ningún extractor manual de Medela, sí lo he hecho de otra marca y no saqué ni una gota. En resumidas cuentas y después de haber probado varios extractores y durante varios meses, con muchas extracciones, este es mi consejo:
Si vas a irte un fin de semana por ahí, y tus extracciones son muy esporádicas, con el extractor Mini-electric te vale para vaciarte el pecho. Si tus extracciones son más habituales, el extractor Swing es mucho más suave, efectivo y cómodo. Pero si tus extracciones son diarias como me ocurre a mí, yo te recomiendo uno doble, porque ganas en tiempo y en cantidad con mucha diferencia. La inversión es mayor pero el beneficio que se obtiene lo compensa, bajo mi punto de vista. Si vas a extraerte en casa, puedes alquilarte el Symphony, pero si necesitas que sea portátil hazte con un Freestyle, no te arrepentirás.

Realmente creo que sacarse leche es una arte y que hay que ser paciente e intentarlo para coger soltura, para acostumbrar a nuestro pecho a ese tipo de extracción. Cuando empecé me las veía canutas para conseguir 120ml con el Mini-electric en dos veces. Luego, con el Swing y su tecnología doble fase, pasé a 150-200 ml. Y después con el doble me extraía entre 250-300ml.

Siempre me extraía más en la primera extracción que en la segunda, con una diferencia de casi el doble. Además, siempre se consigue más en dos extracciones que en una. La extracción manual abarata los costes, por lo que os animo a que probéis antes, muchas son las mujeres que conozco que funcionan con la extracción manual y que, además, la prefieren y consiguen más que con un extractor. 

Otra cosa que también descubrí es que los lunes extraigo más cantidad que los viernes y es que el fin de semana he tenido el mejor extractor y estimulador que tengo, mis hijos.

jueves, 12 de abril de 2012

Ayer

Ayer os contaba lo nerviosa que estaba debido a que tenía que dar una charla en el centro de salud sobre extracción de leche. No me había dado tiempo a preparar nada porque surgió de un día para otro y entre el trabajo, los niños y demás, me era imposible.

Además ayer llevé a mi Pequeñín a la revisión a las 15:00, 10,200 kilos, 73,5 cm, gordito, algo achaparraete, y ya no salí del centro de salud porque con el retraso, llegué a la sala del grupo 5 minutos antes de la hora. De hecho como no pasé por casa porque salí del trabajo directa, saqué antes a los niños de la guarde y nos fuimos al médico, no pude recoger mi sacaleches y tuve que mandar a mi marido y a mi Bichito a por él, al ver que llegaba la hora. Y os hago este inciso para comentaros que siempre que vacunan a mis hijos o les hacen alguna prueba yo les doy el pecho para que les duela menos, técnica denominada tetanalgesia y que ya os hablé de ella aquí. Bueno pues mi Pequeñín ayer no lloró, sólo se quejó un pelín cuando recibió el pinchazo, pero ni una lágrima, ni un mal gesto, ni nada, siguió comiendo y aferrado a su teta mientras mamá le sujetaba su rodilla y su enfermera le pinchaba.

Hecho el inciso continúo con la charla. Todo estaba en mi cabeza, sólo había que decirlo. Al final, aunque probé el micrófono, no hizo falta, yo tengo una buena potencia de voz. Muchas mamás vinieron a escucharme, algunas para consejos inmediatos, otras para futuros embarazos y otras simplemente para apoyarme.

Empecé a hablar y fui comentando una cosa tras otra, no tenía guión, ni siquiera un papel que me ayudara a organizar las ideas. Creo que me apabullé un poco y que mi discurso fue un pelín desestructurado, pero estoy contenta con el resultado. Sobre todo porque esta mañana al abrir el correo me he encontrado un mail de una mamá dándome las gracias porque su extracción manual no era correcta y al verlo in situ ha podido corregir la forma y postura de sus manos.

Hubo dos momentos maravillosos que hicieron que la charla fuera más amena. Uno fue cuando me descubrí el pecho para enseñar la extracción manual y mi Pequeñín se tiró directo a por su teta, por suerte una mamá se puso a jugar con él y se ocupó de que mi pecho estuviera fuera de su campo de visión. Y el otro fue cuando uno de los peques, que hace un mes que se había destetado solo porque su mamá está embarazada (hay un porcentaje bastante elevado de niños que se destetan en el embarazo), me hizo coros cuando vio mis senos. Qué cosa más dulce, de verdad, su carita mirándome el pecho, haciendo ruiditos, vitoreándome, fue un momento tan bonito y maravilloso que incluso me emocioné entre risas.

Las palabras fueron fluyendo y saliendo de mi boca, mis experiencias, mis consejos, mis respuestas y, aunque desordenado, creo que fue bien.

Gracias a todas por asistir, por escucharme tan atentamente, por compartir conmigo ese momento, a todos los que me habéis dado ánimos y habéis confiado tanto en mí. Estoy muy contenta de haberlo hecho, para mí ha sido muy importante y la experiencia me ha enriquecido como madre, como mujer y como persona. Muchas gracias.

miércoles, 11 de abril de 2012

Nerviosa

Hoy he de confesar que estoy nerviosa, que me he despertado tropecientas veces esta noche y que no puedo quitarme de la cabeza lo de esta tarde.

Y es que muchos sabéis, y si no lo sabéis os lo cuento, que fundamos un grupo de mamis en el centro de salud a raíz de un grupo de postparto que acabó en mayo del año pasado. Decidimos seguir reuniéndonos y cada semana organizamos diferentes charlas. Soy una de las fundadoras y soy, junto a la matrona que nos guía y nos ayuda, la que resuelvo y contesto dudas sobre lactancia. Estaba claro que iba a llegar el día en el que fuera yo la que diera una charla, pero como siempre había otras mamás que se preparaban algún tema interesante, pues iba dejándolo de lado y haciendo pereza. Hasta que he ido recibiendo varios correos con preguntas sobre la extracción de leche y pensé que sería interesante proponerlo para una charla. Consulté el calendario de actividades, el primer hueco libre era el 30 de Mayo y reservé el día.

He de decir que comparto administración con otra mamá, ella lleva muchos más temas y yo la echo una mano en lo que puedo, pero estamos conectadas para ir organizando las diferentes tareas que conlleva el grupo. Ayer por la mañana me mandó un correo diciendo que la charla que se iba a dar hoy se ha caído por enfermedad, que si me animaba. Y yo, que no le temo a nada, le dije que sí. Pero no tengo nada organizado!!! Sé que todo está en mi cabeza, en mi experiencia, en estos 2 años, 8 meses y 2 semanas de lactancia, en 1 año, 1 semana y 2 días de lactancia en tándem, en la incorporación al mundo laboral con mi Bichito sin extraerme leche, en la incorporación al mundo laboral con mi Pequeñín extrayéndome durante 6 meses 2 veces al día y continúo todavía haciéndolo 1 vez al día, en todas las cosas aprendidas en este tiempo, en todo lo que me enseña Eloísa cada día.

Pero no puedo evitar estar nerviosa, en si voy a saber responder a todas las dudas de forma correcta y expresarme de tal forma que todo el mundo me entienda. Sé que todas las mamás me animan, mi matrona aún teniendo un compromiso va a venir a apoyarme, y sé que lo haré lo mejor que pueda, pero no puedo evitar sentir un pelín de presión y de miedo escénico. Encima hemos comprado un micrófono porque muchas veces nos reunimos demasiadas mamás y apenas se nos oye y ¿podéis imaginaros quien lo va estrenar? Sí, lo habéis adivinado, yo.

Además hoy llevo a mi Pequeñín a la revisión del año, por lo que voy justa de tiempo a todo, de un sitio a otro sin tener ni un segundo para coger aire.

Espero que me salga bien, que les cuente cosas interesantes, que les guste mi forma de ver la lactancia, de disfrutar cada día de ella, de expresar los miedos que yo tuve y cómo los solucioné, que la charla les resulte útil. Espero resolver todas sus dudas e inquietudes y que encuentren en mí un punto de apoyo para continuar con este regalo tan maravilloso que hacemos a nuestros hijos.

Desearme suerte que ahora soy un manojo de nervios…

martes, 10 de abril de 2012

Cántame mamá, cántame

Imagino que cada familia tiene unas pautas, una rutina diaria de cómo hacer las cosas. Primero se baña a los peques, luego cenamos y después a la cama, por ejemplo. Nuestro caso es más o menos así, y por normal general, seguimos unas directrices que hemos ido adquiriendo con el paso del tiempo.

Al principio, cuando yo era más cuadriculada, cuando el sueño de mi hija me atormentaba por mis problemas de sueño, bañaba cada día a mi Bichito a la misma hora, ni un minuto antes ni uno después, fuera invierno o verano, fin de semana o laborable. Ahora que echo la vista atrás sé que reflejé mis miedos sobre ella y maduré, gracias a mi mejoría, gracias a que su sueño también evolucionó y gracias a que mi Pequeñín duerme más bien poco. Si mi Pequeñín fuera mi Bichito creo que lo habría pasado realmente mal, porque el sueño de mi hija, en aquel entonces, me angustiaba.

Ahora que soy distinta, que he crecido como persona, que me siento más segura, ya no vuelco tanto mis inseguridades en mis hijos e intento que descansen lo mejor posible, sin tener demasiado en cuenta las horas que duermen, ni tan presente el reloj, ni si nos pilla fuera, ni si nos hemos pasado 15 minutos de su hora. Que mi Pequeñín tiene ojeras y no quiere dormir, ¡pues qué le vamos a hacer! Que mi Bichito se echa la siesta y se despierta a la media hora, pues no pasa nada, por la noche descansará mejor.

Pero lo que sí tengo claro es que las rutinas nos ayudan a llevar un determinado ritmo al final del día. Yo baño a mis hijos un día sí y otro no, a veces, los fines de semana, me baño con ellos por la mañana y disfruto de sus risas. Me encanta hacerlo y me recuerda a aquellos años en los que yo lo hacía con mi padre, jamás podré olvidarlos.

Sin embargo, cuando llega la hora de irse a la cama, a oscuras, me siento en la mecedora y le doy el pecho a cada uno de ellos. Despacio, tranquila, relajada y disfrutado de cada movimiento de su boquita. Mi Pequeñín poco a poco va cerrando los ojos, se queda dormido en mi regazo, con su cara de ángel, su respiración acompasada y su cuerpo inmóvil. Le llevo a la cuna, le doy un beso y le acuesto. Cuando terminamos de cenar, mi Bichito se va con su padre a lavar las manos, la boca y los dientes y hacer pis. Después viene gateando cual gatito, me pregunta: “Mamá, ¿puedo comer teta tuya?” y se va gateando y haciendo miau hasta la mecedora donde yo la espero de nuevo. “¿Qué comen los gatitos?”. “Leche” y mama hasta que yo la digo que pare, si por ella fuera no pararía jamás. Un poquito más y a la cama.

A diferencia de muchas familias, no les leemos cuentos, no les contamos historias, simplemente nos relajamos y disfrutamos juntos de la lactancia, del vínculo tan maravilloso que hemos creado, de tenerles 5, 10, 15, 20 minutos en mi regazo, poder olerles, apachurrarlos, darles un montón de besos, acariciarles el pelo y escuchar el sonido que hacen sus gargantas al tragar.

Pero a veces, cuando tumbo a mi Bichito en la cama, me dice: “¿Me cantas?”. Y me recuesto junto a ella en el hueco que me deja en su cama y la canto su canción, bajito, con poco arte porque yo cantando soy horrible, pero ella cierra los ojos y se sonríe mientras la escucha. Y noto como su respiración se acompasa y se relaja y cuando termino me levanto, nos damos un beso y un abrazo y me voy, dejándoles a ambos, a un metro de distancia, mientras reciben el abrazo de Morfeo. Por norma general es así, aunque hay veces que ni cantando, ni dándola una rascaíta, ni haciendo el pino puente con una mano, ni nada de nada.

Jamás canté bien, ni tengo voz ni arte, pero a ella le gusta y yo me siento como Serrat ante una multitud de seguidores, sobre todo cuando de pronto, mientras conduces, la escuchas cantando esa canción que elegiste para ella…

¿Seguís unas rutinas a la hora de acostar a vuestros hijos? ¿Les leéis cuentos? ¿Les cantáis?

lunes, 9 de abril de 2012

Resumen Semana Santa

¡¡¡Madre mía qué cuatro días!!! Ya os dije que no salíamos, que nos quedábamos en casa toda la Semana Santa, pero es que no pudimos dar un paseo hasta ayer y mira que lo intentamos veces. En cuanto dejaba de llover, rápidamente vestía a los niños, me colgaba a mi Pequeñín y nos bajábamos a la calle, pero el frío y la lluvia no nos permitía nada más que dar una vuelta a la manzana.

El sábado, que fuimos a llevar mi Bichito y yo el aceite a un punto limpio, hacía más frío que muchos de los días de este invierno. De hecho hubo varias amigas que me contaron que sus pueblos estaban nevados. Qué tiempo más extraño, ¿verdad?

En estos cuatro días hemos hecho muchas cosas, he disfrutado mucho de mi familia. El único inconveniente es que mi Pequeñín ha dado unas noches de aupa, de esas que se despierta 3 veces y que no se calma si no está en la cama encima de mamá y sólo y exclusivamente encima de mamá, porque del agotamiento se me ocurrió dárselo una noche a mi marido y madre mía, qué lloros, qué potencia de voz. Así que más bien hemos dormido poco, de hecho todos los días nos hemos despertado de noche y hemos amanecido jugando en el salón.

Y con mi Bichito la hemos tenido para que se echara la siesta. Desde escaparse cuando mi marido se quedaba dormido (porque se echaba la siesta con él en nuestra cama) hasta aparecer con un chupete de mi Pequeñín o un babero o lo que se la ocurriera que estaban en el suelo. Era dárnoslo y luego salía corriendo a la cama, por lo que no podías decirle nada más que gracias. La he intentado hasta hacer chantaje y nada, no había manera, no quería irse a dormir. Sin embargo, al final cuando caía, se dormía 2-3 h, pero la costaba muchísimo relajarse y quedarse dormida.

Pero excepto por la carencia de horas de sueño, sobre todo mía, hemos hecho muchas cosas: nos hemos bañado juntos (me encanta bañarme con mis dos hijos), hemos hecho castillos, jugado al dominó, jugado al pilla-pilla a gatas (había que jugar como el más pequeño de la casa), ordenado algunas cosas (lo de recoger los juguetes también ha sido asignatura pendiente estos días), cocinado y comido todo lo que ha hecho mamá (así estamos…). Y para terminar las vacaciones, ayer mi Bichito y yo hicimos cake-pops.

Disfrutar, he disfrutado mucho, pero por muchos metros cuadrados que tenga mi casa, 80 para ser exactos, a mí 4 días sin salir, sin respirar aire, sin organizar algo, me agotan y me siento un poco recluida. De hecho, cada vez que mi marido decía algo de bajar a la calle con mi Bichito, yo me ponía rápidamente a vestir a mi Pequeñín y me calzaba las zapatillas para acompañarles y él me miraba y me decía que no, que quería irse con ella porque conmigo era mucho más lenta. Y tiene razón que es más lenta, pero para mí era la excusa perfecta para salir, para dar un paseo porque me sentía un poco encerrada. Un día le acompañé pese a su mala cara y algún comentario, el otro tuve que dejarle que se fuera solo con nuestra hija, pero ahora que no nos oye, ésta se la guardo y me la pienso cobrar en los próximos 5 fines de semana porque no va a ver su casa nada más que en fotos. Ja Ja Ja Já (risa maléfica). Por suerte ayer pudimos bajar a la calle y disfrutar un ratito del sol, de la pelota y del andador de mi Pequeñín, que, por cierto, ya empieza a dar sus primeros pasitos.

Por lo pronto, este sábado un Taller de Decoración de Galletas con La Paxarina y el domingo dos cumpleaños. Ains, qué ganas tengo que llegue el fin de semana!!!!

Y vosotros, ¿qué tal lo habéis pasado en Semana Santa?

miércoles, 4 de abril de 2012

Semana Santa

Mientras venía conduciendo hacia el trabajo, escuchando las noticias de primera hora y cayéndome un gran chaparrón, pensaba en la ironía climática de la Semana Santa. ¿Cómo es posible que siempre llueva en Semana Santa? Lo más increíble de todo es que la Semana Santa comienza después de la Cuaresma y la Cuaresma se calcula teniendo en cuenta el sol de primavera y la luna llena y yo no sé por qué pero siempre llueve. Los pobres costaleros que sacan las imágenes en las procesiones españolas viven con el corazón en un puño y todos los años podemos ver en la tele fieles llorando porque no han podido sacar a su Santo.


Reflexionaba cuando venía hacia al trabajo…


Y nosotros, ¿qué vamos a hacer en Semana Santa?

Pues por muy raro que parezca a cualquiera que nos conozca, nos vamos a quedar en casa. Y tengo a mi marido la mar de contento porque todavía no he quedado con nadie, ni le he propuesto ir a ningún sitio de forma oficial. Hasta él ha pensado ir un día a pasear por El Escorial, cosa rara porque normalmente le ocupo cada fin de semana, fiesta, tarde, mañana, comida y sólo le dejo las noches para que descanse y reponga fuerzas para lo que le tengo preparado para el día siguiente. Y ahora que no nos oye, ya puede reponer fuerzas en estos días porque le tengo organizado hasta el último minuto de los próximos 5 fines de semana. Quizá sea que me siento un pelín culpable y he decidido dejarle a sus anchas estos 4 días, aunque como siempre una cosa es lo que intento y otra lo que luego le digo, porque muchas son las veces que le comento que este finde no vamos a hacer nada y a los 5 minutos ya estoy planeando.

He echado un vistazo al tiempo y se prevén lluvias hasta el domingo, por lo que a lo sumo iremos al centro comercial o pasearemos si escampa. Nos espera una Semana Santa de cosas que hacer en casa, pintar, cocinar y disfrutar en familia. Tendremos que hacer acopio para hacer galletas y demás repostería con mi Bichito y jugar a cocodrilos (algún día os contaré la imaginación del padre y su hija).

Aunque llueva, yo estoy contenta, porque a partir de mañana tendré por delante 4 días para disfrutar de mi familia.

Y vosotros, ¿qué vais a hacer en Semana Santa? Os deseo un buen viaje y unos felices días a todos, ¡qué disfrutéis mucho!

lunes, 2 de abril de 2012

Haciendo malabarismos

¡Lo difícil que es compaginar el trabajo con las vacaciones escolares!, o te coges unos días de vacaciones o pides ayuda a la familia o, como es nuestro caso, haces malabarismos.

Mi marido trabaja en turnos, mañana de 7:00 a 14:30 o tarde de 14:15 a 21:45 y va rotando por meses. Gracias a un compañero suyo que ha decidido estudiar un curso por las mañanas, él se está quedando siempre en el turno de mañana. Para poder llevar a los niños a la guarde le concedieron la entrada 1:45 más tarde y ha tenido la suerte de conciliar. En mi caso, yo trabajo de 7:30 a 14:30.

Pero, ¿qué ocurre cuando llegan las vacaciones de los peques? Pues que hacemos malabarismos y es que intentamos, en la medida de lo posible, pedir la mínima ayuda. Así que ha pedido a un compañero, como favor, que le cambie esta semana a turno de tarde, de tal forma que tiene que entrar a las 14:15. Yo salgo a las 14:30, pero me han permitido salir estos días a las 13:30. Si la moto no se hubiera roto hace 3 semanas y el taller hubiera encontrado el fallo, no habría ningún problema, pero es que llevamos 3 semanas sin moto, y mi marido trabaja en una zona de estacionamiento limitado, por lo que deja el coche en el barrio de al lado y sube al trabajo andando durante 10 minutos. Si hacemos cálculos entre lo que tardo yo en llegar a casa y él en ir hacia su trabajo, aparcar el coche y llegar al trabajo, no nos salen las cuentas. Así que hemos pensado en quedar en el barrio donde él aparca el coche, los niños y él en el coche grande, yo aparco el coche pequeño con el que vengo a trabajar, me subo en el coche grande, llevamos a papá al trabajo y luego los niños y yo nos volvemos a casa a que se relajen y se duerman la siesta.

Es un poco de jaleo, niños para arriba, niños para abajo, vete ahora con un coche, vuelve con otro, pero, por suerte, son sólo tres días, así que lo llevaremos lo mejor posible y espero que a ellos no les repercuta demasiado y cuando volvamos a casa se duerman en seguida (Ja! Y yo que me lo creo). Aunque yo pienso que cuando mi Bichito vaya al cole será peor, porque tienen más vacaciones que en las escuelas infantiles, por suerte, hasta el curso que viene no lo sabremos.

Y vosotros, ¿Cómo os apañáis estos días?