miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Qué llevas al salir de casa?

Desde que soy madre he evolucionado mucho, con cada nacimiento de mis hijos, no voy a decir que he cambiado, pero sí que me he desarrollado en muchos aspectos.

Reconozco que en algunos soy una versión mejorada de mí misma, y cada uno de ellos de me ha hecho progresar de manera diferente. De todas las maneras posible, no sólo a nivel emocional sino sobre todo en el práctico, ser madre de tres hijos tan pequeños y de diferentes edades, agudiza el ingenio.

Recuerdo cuando nació Bichito, ella no fue porteada hasta el año y medio y la llevaba en su carrito. En él, un bolso enorme a juego con un porrón de huecos y departamentos, lleno de todas y cada una de las cosas posibles: "Agua por si tiene sed, un cambio por si se caga, una chaqueta por si hace frío, unos palitos de pan por si tiene hambre y yo no puedo parar a darle la teta, otro cambio por si se vuelve a cagar o por si regurgita un poco, otro cambio más por si esta vez se le escapa un poco de pis, un juegue, otro, otro, toallitas, pañales, crema del culo, etc, etc, etc". Llevaba un sinfín de cosas en el enorme bolso y en la cesta de abajo del carro. Además, una bandolera colgaba también con mi monedero y el móvil, no creo que yo llevara nada más.

La mayoría de cosas me parecían imprescindibles, hasta que tuve el siguiente hijo. Entonces Pequeñín fue porteado, tenía las manos libres, para abrazar a mi hija, para jugar con ella mientras mi pequeño dormía, para acompañarla de la mano, corretear y jugar por la calle. Ya no iba a cargar yo con aquella bolsa enorme, ni yo podía ponerme una cesta debajo para echar chaquetas y mantas inservibles, así que tocaba ser práctica y llevar poco más que lo justo. Una mochila con agua, pañales, toallitas, un cambio y mi monedero era suficiente. Sin embargo, me fijaba en esas madres con su carro y sus bolsos cada vez más grandes, llenos a rebosar de cosas que seguramente sólo lo habrán utilizado un par de veces, como me ocurrió a mí. Ya no había por sis, ya sólo había lo que creía en aquel entonces que sería lo mínimo.

Y entonces llegó Canija y con dos niños tan pequeños (Pequeñín no había cumplido los 2 años y Bichito tenía 3) llegó el momento de economizar. Cualquiera que me conozca en persona sabe que he ido desde el primer momento con los tres a todos los sitios, la Mochila Ergonómica Emeibaby ha sido mi mejor aliado, no sólo por su versatilidad sino por lo rápida que resulta ponérsela, sin necesidad de ajuste, y puedo aseguraros que dos niños más tan chiquititos eso era importantísimo. Pero qué pasó con el bolso/mochila, pues que mis cosas las empecé a llevar en una riñonera y las de los niños pues en una minimochila o en una bolsa en el coche.

Si salimos a dar una vuelta, hemos cambiado a Canija el pañal en casa y no tengo previsto que se cague (sí, esto llegamos a saberlo) no suelo llevar ningún cambio y salgo sólo y exclusivamente con mi cartera, el móvil y mis hijos. Si ocurre algo, en donde sea, se compra. Vivimos en Madrid, al lado de centros comerciales y negocios por doquier que me permiten comprar desde toallitas y pañales si se manchan, agua o comida si tienen hambre e incluso ropa si se cagan, mean o vomitan encima. Y así salgo sin tener que estar pendiente de un bolso o una mochila, sino de ellos, que cuando empiezan a correr en direcciones opuestas os aseguro que necesitáis las dos piernas, las dos manos y cuatro ojos si fuera posible.

En vez de que a medida que tu familia crece tu bolso también, es justo al contrario, en la mayoría de los casos, y el tamaño de tu bolso en inversamente proporcional al número de hijos que tengas. Yo no voy a tener más, si no entonces desaparecía hasta la riñonera (que en muchos casos con unas monedas en el bolsillo vale). Y ahora ya no miro a esas madres con bolsos enormes, que estoy segura que siguen llevando, parece que cuanto más grande el bolso maternal mejor, ahora son ellas las que me miran pensando que soy una insensata y que cómo se me ocurre salir de casa "con lo puesto". Hace un tiempo me encontré con una madre de tres como yo en una cafetería, ninguna llevaba toallitas y, sin embargo, el otro día comiendo en el trabajo una mamá con un bolso enorme me comentó que era para llevar las cosas de su hijo, entre ellas sus toallitas :)

Cuando salís de casa, ¿cuál es el tamaño de vuestro bolso? ¿Qué lleváis en él? ¿Creéis que todo es necesario? Y ya para saber si mi teoría es cierta, ¿cuántos hijos tenéis?