lunes, 25 de marzo de 2013

Muchas Felicidades Pequeñín!!!

2 años ya Pequeñín mío, cómo pasa el tiempo!!! Has crecido en estos últimos días, ya no sólo ese kilito de más gracias a la teta, sino también porque has pasado de ser el pequeño de la casa a convertirte en hermano mayor.

Eres esa clase de niño feliz, que se tira el día sonriendo, cariñoso hasta el extremo y muy muy muy divertido. Todos los que te rodean te quieren con locura, porque además eres exageradamente expresivo y es imposible no reírse contigo.

Te queremos muchísimo, tus papis y tus hermanas y es increíble ver lo contento y super feliz que te has puesto con la llegada de tu hermana pequeña. No te importa compartir el pecho desde el minuto 0, siempre y cuando mami te dé por la mañana, antes de la siesta y por la noche. Cada vez que la ves la llamas y me pones los morritos en forma de beso para que te la baje y poder besarla. Si por ti fuera estarías todo el día achuchándola y besándola. Cuando ves a mamá sola la preguntas por el bebé y antes de irte cada día tienes que ir a verla a la cama, haciendo shhhhh, porque está dormida. Todo el mundo se ha sorprendido de tu reacción, porque no sólo te lo has tomado genial sino que disfrutas con la llegada de tu hermana pequeña. Gracias por hacernos más fácil ese trance, gracias por compartir más tiempo a mami, gracias por ser un niño tan cariñoso como para acoger y amar a tu hermana pequeña de esa forma tan especial.

Hemos tenido la suerte de poder celebrar tu cumple por todo lo alto este fin de semana. Mami ha tenido la ayuda de la abuela y de dos amigas, Mariló de Tres amores y un millón de aficiones, que hizo galletas de Elmo y Triki y dos empanadas buenísimas y de Gema de En mi nube de azúcar, que hizo una tarta preciosísima. Gracias chicas, jamás podré agradeceros todo lo que me habéis ayudado porque sabíais lo importante que era para mí celebrar el cumple de Pequeñín. Además nuestras familias y muchos de nuestros amigos nos acompañaron e hicieron del sábado un día muy especial para nuestro Pequeñín, recibió muchos regalos, le encantó la tarta y las galletas y los puzzles que sus hermanas le regalaron. Fue un día muy especial para él y, por tanto, para mí también y sólo puedo darles las gracias a todos los que nos acompañaron e hicieron que el sábado fuera un día único para él.

Hoy pasaremos el día en casa y celebraremos en familia tu cumpleaños. Mientras ves tu peli favorita ahora mismo yo te miro y soy feliz porque tú eres muy feliz y es maravilloso poder disfrutar cada día junto a ti. Te quiero mi niño.

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS PEQUEÑÍN!!!

jueves, 21 de marzo de 2013

El parto de mi Pizquita

Tuve episodios de contracciones los días previos, contracciones de esas que crees que terminarán animándose, pero nada. Sobre todo las del viernes por la tarde, a punto estuve de llamar a mi madre, pero justo cuando fui a hacerlo, empezaron a espaciarse y desaparecer.

El sábado me levante con tan buena cara como los demás días, cada día mi marido me decía, qué buena cara tienes, hoy tampoco das a luz y yo me miraba en el espejo y me decía, no, hoy tampoco. Encargué el pollo asado como cada semana y a las 14:00 empezamos a comerlo. Creo que mientras ponía la mesa me dio alguna contracción fuerte, que mi marido intentó quitar importancia para que mis hijos no se asustaran. Comí, el pollo me sabía riquísimo y aunque alguna vez tenía que levantarme de la mesa por el dolor, mi marido en todo momento se encargaba de hacer alguna gracia para que mis hijos no estuvieran preocupados por mí.

A las 15:00 los acostamos la siesta y le di el pecho a mi Pequeñín. En ese momento empezaron las contracciones más fuertes, de hecho darle el otro pecho fue algo muy complicado porque me dolía mucho, pero él se puso a llorar al ver que me planteaba no dárselo y le di un poquito. Las contracciones eran fuertes, pero aguantables, como las del día anterior. Le pedí a mi marido que me llenara la bañera con agua caliente y que no sabía si llamar ya a mi madre o qué, vacilé unos minutos y, de pronto, se rompió la bolsa y me mojé, como si me meara encima sin mearme, así que avisamos a mi madre mientras me metía en la bañera para aguantar mejor el dolor.

Las contracciones se espaciaron un poco, dolían bastante, pero con respiración, movimientos y el calor de agua, las aguantaba bastante bien. De pronto empecé a tener ganas de empujar, mi madre se estaba retrasando mucho y yo sabía que a mi Pizquita la quedaba muy poco para salir. Mi marido la llamó y como estaba aparcando salí de la bañera y me vestí, mientras ella subía. Entonces las contracciones empezaron a doler mucho más, mientras me ayudaban a vestirme, mi marido me daba masajes en los riñones para sobrellevar el dolor. Pasé por la habitación de mis hijos para darles un beso en el culo y despedirme. Salíamos por la puerta a las 16:00 y yo sentía a la niña presionando y abriéndose camino para salir. Como el hospital está bastante cerca, intentamos llegar.

Desde mi casa hay dos formas de ir al hospital, por el pueblo y por la autopista. Por el pueblo vamos los días que hay tráfico, porque la autopista está colapsada, pero a mi marido se le ocurrió la brillante idea de ir por el pueblo un sábado a las 16 de la tarde. Y yo, que siempre, siempre, siempre le discuto por dónde tiene que ir, esta vez le dije que fuera por donde él quisiera, que él conducía. Tropecientas rotondas después y con contracciones de expulsivo, me di cuenta que nos habíamos equivocado. Menos mal que mi marido soltaba alguna gracia mientras yo me veía pariendo en el coche.

Paró el coche en la puerta de urgencias mientras yo contraía los músculos para que mi hija no saliera. Se nos había olvidado la tarjeta, pero la chica de admisión empezó a relatar mis datos mientras yo le decía, una silla, estoy en tensión para que no salga. No podía ni sentarme, sólo sujetarme con los brazos y el cuerpo en tensión porque si me relajaba mi hija nacería en ese mismo momento. Me fueron a pasar por historia pero le dije que corrieran que salía y dos celadores junto a mi marido me llevaron rápidamente por los pasillos a ginecología. Por protocolo mi marido no entró porque iban a reconocerme, la matrona que me vio entrar era aquella chica tan dulce que en dos de las tres ocasiones de contracciones me había atendido con tanto cariño. Cuando les dije que ya nacía, me llevaron al paritorio. Me quité las zapatillas, me bajé los pantaloness y me apoyé atravesada en la cama, con el culo apoyado sobre mis puños y entonces, al relajarme al fin, nació mi hija, mientras yo subía las piernas. Escuché no empujes, trae una circular muy apretada, respiré, empujé y dos segundos después tenía a mi hija mitad en mi barriga mitad en mi camiseta. Avisaron a mi marido, que no pudo ver cómo nacía su hija a las 16:20, 1 par de minutos después de entrar por la puerta del hospital. Pequeñita, con una vuelta de cordón bastante apretada en el cullo y en el brazo, algo morada, pero absolutamente preciosa. Las auxiliares me ayudaron a desnudarme del todo y poder tener a mi hija piel con piel.

Avisaron a mi marido que tenía que quitar el coche y entonces la enfermera me dijo que le diera a la niña para que se la llevara a la cuna y reconocerla. La dije que no, que no se la llevaba, que la niña estaba perfectamente y que no la separaba de mí, que si quería reconocerla podía hacerlo encima mía. Me dijo que no lloraba y que quería que llorara, que no tenía buen color. La matrona intervino la dijo que estaba recuperándolo porque venía con una circular muy apretada, que la niña respiraba perfectamente y que la dejara conmigo. Discutimos y yo la dije que no, que a lo sumo la dejaba que la cogiera mientras yo me colocaba correctamente sobre la cama, dado que estaba atravesada en la cama con medio cuerpo fuera y con la cabeza colgando. La cogió, mi hija lloró y me la devolvió. Quiso cortar el cordón de forma prematura cuando por el cordón recibe oxígeno además de por sus estrenados pulmones. Ya tumbadas las dos, el color de mi Pizquita era mucho más natural y ya entonces cortó el cordón que nos ha unido todos estos meses. Me habría encantado que lo hubiera hecho mi marido, como con sus otros dos hijos, pero las circunstancias no permitieron que así fuera. Como él dice, 2 de 3 es una buena media.

He de reconocer que estaba muy cansada, agotada físicamente, pero absolutamente enamorada de mi Pizquita, mi pequeña. Tan bonita, con esos ojitos que me miraban sin verme, con ese perfume tan increíble. Es absolutamente perfecta.

Yo me libré de la vía, de los monitores y de todo, sólo intervinieron para cogerla y punzar el cordón, cuando parí. La matrona vino a verme porque me recordaba de aquellas dos veces que me atendió, me dijo que había estado mirando mi informe y que jamás hubiera imaginado que habría llegado a la 39 con aquellas dinámicas que tenía. Me explicó que la peque salió con la bolsa y que lo que yo creí como una rotura de bolsa, fue una fisura superior. Si la bolsa se hubiera roto, la niña habría nacido en casa. También me comentó que si no llega a venir con la circular y la vuelta en el brazo, tampoco hubiéramos llegado al hospital. Fue un cúmulo de casualidades que me permitieron ser asistida con un parto totalmente natural en el hospital.

Yo me planteé el hecho de un parto en casa, pero mi marido prefería que diera a luz en el hospital y en mi hospital siempre me han respetado. Yo creo que si me hubiera quedado en casa mi hija habría nacido cinco o diez minutos antes. Tuve un parto natural maravilloso, un parto esprés, sin un sólo punto y excepto por la rapidez, muy tranquilo. Lo único que lo siento es por mi marido, que no pudo disfrutarlo como con los otros dos, pero que se alegra enormemente porque su hija está perfecta y yo me encuentro muy bien.

Pizquita se agarró al pecho en el paritorio y desde entonces apenas lo suelta. Tanto es así que el lunes nos dieron el alta habiendo cogido 30 gramos. Teníamos a las enfermeras anonadadas, porque no sólo no perdió sino que cogió peso. La primera noche fue un poco difícil, pero a partir de las 4 de la mañana y pegadita siempre a mí, descansamos un par de horas. La segunda noche fue mucho mejor y siempre y cuando esté pegada a mí, en mi pecho, ella es la niña más feliz del mundo entero.

Tenemos un montón de anécdotas que contarles a nuestros hijos, por ejemplo, que la hora de ingreso de mamá es 14 minutos después de que mi Pizquita naciera. Momentos maravillosos que hemos vivido y que hemos disfrutado al máximo juntos.

Ya somos 5, familia numerosa, y por fin hemos Construido nuestra gran Familia. Gracias por todo vuestro cariño y por compartirlo con nosotros.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Nace Plus de Iviomics

Una de las pruebas más importantes en el embarazo es la que se realiza entre la semana 11 y la 13, el llamado Triple Screening, una prueba no invasiva mediante la cual se puede detectar el grado de probabilidad de que el feto sufra ciertas anomalías de tipo congénito.

 

Cuando el triple screening da resultados significativos, se procede a realizar exámenes más precisos para confirmarlo, el más común de los cuales es la amniocentesis. La amiocentesis es una prueba prenatal común en la cual se extrae una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al feto para analizarla, se realiza entre la semana 15 y la 18. Y es aquí cuando una se asusta y se informa de qué puede ocurrir si se somete a esta prueba, dado que tiene un riesgo de aborto del 0,5-1%.

 

Yo nunca he estado en esa tesitura, el cribado del primer trimestre jamás me dio alto y nunca tuve que plantearme que me realizaran la amiocentesis, pero reconozco que habría pasado muchísimo miedo y ansiedad sabiendo que el riesgo de aborto estaba ahí y creo que habrían sido un momento muy complicado.

 

Hace unos meses escuché la llegada de los test prenatales no invasivos para descartar la presencia de alteraciones cromosómicas en el bebé. Entre estos test prenatales se encuentra el test Nace Plus de Iviomics que detecta trisomías en los cromosomas 21, 18 y 13 (síndromes de Down, Edwards y Patau), así como las aneuploidías más comunes de los cromosomas sexuales X e Y, cubriendo el 84% del total de las anomalías cromosómicas detectadas en el diagnóstico prenatal no invasivo. La prueba puede realizarse desde la 10ª semana de gestación  mediante un simple análisis de sangre y obteniendo los resultados en apenas 10 días.

 

Los beneficios principales de Nace Plus

Nace Plus es un Estudio Prenatal No Invasivo, sin riesgo de pérdida fetal ni dolor

• Detecta las alteraciones de los cromosomas 21, 18, 13 X e Y

• Tasa de detección del Síndrome de Down del 99,9%

• Índice de falsos positivos del 0,2% para síndrome de Down

• Tasa de no informatividad inferior al 1% (0,7). En caso de resultado no informativo, se

incluye sin coste adicional la segunda extracción

• Válido para mujeres receptoras de donación de óvulos

• Válido para cualquier Índice de Masa Corporal y etnia

• Incluye asesoramiento genético

• Resultados disponibles en 10 días laborables

 

Creo que la existencia de estos test prenatales son una gran noticia debido a la ausencia de riesgo de aborto y espero que pronto estén disponibles ya no sólo en la consulta privada sino también en la sanidad pública.


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martes, 19 de marzo de 2013

¡Feliz día Ale!

Con nuestra familia contruída y tus tres hijos al lado, te has despertado esta mañana.

Sé que la falta de sueño de esta noche no te importa, que recorrerte ahora mismo medio Madrid para inscribir a tu nueva hija tampoco y sé que estas deseando que llegue la tarde para recoger a tus hijos del cole y la guarde, llevar a nuestro Bichito a un cumpleaños e irte a comprar con Pequeñín para que yo me encargue sólo de nuestra Pizquita.
 
Eres padre antes que marido, padre antes que hijo, padre antes que hermano, padre antes que hombre, padre por encima de todas la cosas.

Te amo amor mío. Gracias por estar a mi lado y por ser el gran padre que eres sabiendo valorar los maravillosos que son tus hijos y disfrutando siempre estando junto a ellos.

Te quiero y cada uno de tus hijos a su forma te dicen:

¡¡¡FELIZ DÍA PAPÁ!!!

domingo, 17 de marzo de 2013

Mi Pizquita

Con 2,800 kilos y 47 cm mi Pizquita nació ayer a las 16:20. Por 1 minuto no nació en el coche, pero ya os lo contaré todo cuando lleguemos a casa. Ambas estamos perfectamente y muy felices.
Besitos

sábado, 16 de marzo de 2013

El que espera, desespera

Pues aquí estamos, esperando. Parecía que mi Pizquita quería salir antes de tiempo y al final se va a retrasar, mira que me lo dijo gente, pero después de tantos meses deseando que no naciera, se me hacía raro que no se adelantara.

Falta poco, eso es clarísimo, la relaxina ha empezado a actuar porque noto mucho más blandos los músculos de la vagina. Pero sería absurdo pensar que con casi 39 semanas (mañana exactamente) y dos hijos, no se acerque el momento del parto.

El mayor problema de todos y por lo que realmente más quiero que se me adelante es por cuestiones de salud. El PUPPE apareció y de las pantorrillas se subió también a los muslos. Cada vez me pica más y muchas más horas. El martes fui a la dermatóloga y empecé terapia puva, pero ya es tarde para frenarlo. ¿Por qué? Porque los antihístaminicos no me hacen nada, la crema con corticoides tampoco, así que me paso las noches sin dormir, dándome crema hidratante y duchas de agua fría en las piernas. La solución sería un ciclo de cortisona, pero mínimo son 3-4 semanas y en cuanto dé a luz esto desaparece. Otra opción sería inducirme el parto, práctica que hacen muy a menudo con esta enfermedad a partir de la semana 36-37 y que en los tres embarazos ha sido una opción que nunca tuve que usar. Yo la dije que no, que aguantaría y ojalá que mi Pizquita se anime mejor hoy que mañana porque apenas duermo, me paso la tarde y la noche rascándome y desesperada de los picores. Esta noche parecía que tenía 5 piernas, me rascaba las heridas, me hacía hasta sangre y aún así la desazón me invadía. No tenía manos suficientes para tanto picor.

También me agobia el hecho de que el cumpleaños de mi Pequeñín sea el 25, sé que muchas personas piensan que da igual, pero yo me pongo en el lugar de mis hijos, tener que compartir cumpleaños y encima que se lleven pocos días y he de reconocer que no me gustaría. El estrés no me beneficia pero no puedo evitarlo. Mientras he alquilado el local para celebrar su cumpleaños el día 23 y hemos adelantado las compras de las chuches, la bebida y los gusanitos.

He probado a comer picante, berberechos (última moda de la que me habló la matrona que me vio el miércoles), subir y bajar escaleras (vivo en un 8º), andar (ayer fácilmente pude andar entre 3 y 4 horas), sexo (a diario), estimulación de los pezones (esto no lo hago yo, sino cuando mama mi Pequeñín), reírme (yo me río mucho, aunque ayer no fue exactamente el día propicio para ello porque perdí las llaves del coche y el estrés me produjo un ataque de llorera) e incluso diarrea. Y nada. Contracciones muchísimas!!! Sangrado por modificación del cuello del útero, también, pero no arranca, mi Pizquita no quiere salir todavía.

El otro día cuando la pregunté a mi Bichito cuándo quería que naciera su hermana, me dijo que el fin de semana. Cruzo los dedos para que sea éste, aunque ya no tengo todas conmigo...

Buen fin de semana a todos y espero que disfrutéis de este lunes para alargar los días festivos. Nosotros mientras esperaremos deseosos la llegada del último miembro de la familia, que se está haciendo de rogar!!! Besitos

miércoles, 13 de marzo de 2013

No sé ni como daros las gracias, pero GRACIAS

Hace más de cuatro años que me quedé embarazada por primera vez. Por aquel entonces ya me planteaba muchas cosas diferentes a las mamás que estaban embarazadas como yo. Entonces me callaba y pensaba que yo era la era. Fue entonces cuando me introduje en internet y empecé a navegar buscando más y más información sobre esos sentimientos que tenía y que no encontraba con quien compartir. Fue así como conocí el blog de La mamá vaca y después el de La Teta Reina. A este dueto se le fueron sumando más y más y fuimos conociéndonos unas a otras. Algunas estábamos lejos, Madrid, Barcelona, Lugo, Murcia, Logroño, Sevilla, Zaragoza, Santander... pero quitamos tierra de por medio y hace ya año y medio nos conocimos en persona. Desde entonces hemos hecho una piña, nos ayudamos las unas a las otras, nos queremos y somos grandes amigas. Y de vez en cuando conseguimos vernos unas cuantas veces al año.

Cuando a alguna le ocurre algo siempre estamos las demás para apoyarla, cuando necesitamos desahogarnos estamos "al otro lado". El whatsapp se ha convertido en nuestro aliado y cada día estamos conectadas con él. Lo primero que hago al levantarme es darlas lo buenos días y justo antes de acostarme las buenas noches. Son mis amigas y las quiero muchísimo.

Cuando nos fuimos quedando embarazadas, una detrás de otra, lo sencillo habría sido poner dinero y regalarle alguna cosa que le hiciera falta a la futura mamá. Sin embargo, se nos ocurrió una idea, ¿por qué no coserle una manta de Patchwork entre todas? Yo no tengo ni idea de costura, alguna son verdaderas artistas, pero entre las que saben y las que no sabemos, estábamos seguras que se podía confeccionar una preciosa manta para cada uno de nuestros futuros pequeños. Y así empezamos una tradición de mantas que hemos ido forjando poco a poco.

Una se encargaba de coserla y las demás le mandábamos 2 o 3 cuadrados de 22x22cm, 100% algodón, para que ella lo cosiera, pusiera una bajera muy suave y así confeccionara la manta. Mi Bichito me acompañaba a la tienda de telas y elegía las que más le gustaban. Yo siempre había mandado sólo telas, la aguja y yo no nos llevamos bien, pero cuando empecé el reposo me ayudó mucho hacer 2 cuadraditos para las mantas de mis amigas LadyA y La Teta Reina. 2 cuadrados que cosí con mucho amor y con todo el cariño del mundo, 2 cuadrados que me ayudaron a pasar aquellos primeros días y que recordaré toda mi vida por lo que para mí y para mi Pizquita significaron. No puedo evitar emocionarme al recordarlo.

Y hace poco, exactamente el día de mi cumpleaños, 15 de febrero, y gracias al esfuerzo de todas y cada una de ellas, mis amigas me regalaron la manta para mi Pizquita. 80x120cm llenos de amor, de cariño, de tiempo dedicado a mí y a mi hija, de momentos invertidos en qué sería lo que más nos gustaría. Jamás podré agradecer su esfuerzo, su trabajo, su afán porque me llegara el día de mi cumpleaños porque simplemente a mí me hacía ilusión. Fue increíble y en mí estallaron sentimientos de gozo y alegría, que inundaron aquel día de felicidad.

Cuando Mischicos yyo me la trajo me emocioné al verla, es una auténtica preciosidad. Cada milímetro de ella desprende amor, cariño, amistad, consuelo. Me tapé con ella y sentí el abrazo de cada una de mis amigas, su caricia como si todas estuvieran en ese momento a mi lado. Sentí la ternura con que estaba cosida, la pasión que cada una había puesto en elegir las telas, en cada puntada de la aguja que habían dado y sólo pude sentirme feliz y agradecida. Agradecida por tenerlas a mi lado, por contar con ellas cada día, por saber que jamás volveré a estar sola, que siempre van a acompañarme, que siempre estarán a mi lado. Nada como unas buenas amigas para completar la familia tan maravillosa que tengo. Me sentí increíblemente afortunada y en cuanto pude la coloqué en la cuna de mi hija, en sidecar junto a mi cama.

Me ilusiona pensar que mis amigas velarán por el sueño de mi hija, que estarán junto a ella cada noche, un pedacito de cada una de ellas, del corazón tan inmenso que tienen. Cuando me acusto acaricio la manta y me conmueve pensar que ellas las darán su calor, un trocito de cada una de ellas arropará un trocito de mí, a mi Pizquita. Sólo pensarlo me emociona y cada noche me duermo con mis manos sobre la manta, mi mano derecha acariciando su caricia y deseando que pronto esté relleno con mi trocito de mí. Jamás podría haber recibido un regalo mejor, jamás habría imaginado que significaría tanto para mí y que me llenaría de la manera con lo que lo ha hecho.

Mi Bichito está entusiasmada, es extremadamente suave y en ella están representados cada uno de mis hijos, eso la encanta y acaricia la brujita con el gato que lleva su nombre. Le gusta tumbarse en ella, acariciar las letras del nombre de su hermana y está deseando, como yo, que tanto amor tape por fin a su hermana.

He tenido que ocultar algunos de los cuadrados en los que aparecen los nombres de mis hijos o sus iniciales y abajo a la derecha, un cuadrado con el nombre de cada una ellas, mis amigas.

No puedo ni sé cómo agradeceros este hermoso detalle, que me acompañará cada día y que dará cobijo, calor y amor a mis hijos. Es el regalo perfecto, un trocito de cada una de vosotras.

GRACIAS Teta Reina, Leia, LadyA, Mi Pequeño Koala, Estanjana, Mamá de Dos Brujas, Eloísa, Mousikh, Cartafol, Mischichos yyo y Mamá de Julio. Es maravilloso contar con vosotras cada día, saber que siempre estaréis a mi lado, que os tendré conmigo y que mis hijos también podrán contar con vosotras. Gracias por todo lo que me dais cada día, por vuestro cariño, amor, respeto, comprensión, por vuestros ojos que me leen, vuestras orejas que me escuchan. Porque os emocionáis conmigo, estáis tristes cuando yo lo estoy y alegres cuando soy feliz. Porque sin vosotras todo habría sido más difícil, porque vuestro apoyo incondicional me da fuerzas cada día. Doy gracias por teneros a mi lado.

Os quiero a todas. SIEMPRE JUNTAS.

lunes, 11 de marzo de 2013

38ª Semana de Embarazo

¡¡¡Y seguimos sumando!!! Si antes restábamos ahora sumamos, lo cual no deja de sorprenderme y parecerme increíble.

Contracciones tengo y muchas, algunas que hasta me doblan y no me permiten moverme en demasía, pero yo sigo. Que tengo contracciones, pues vamos a ver a mi madre a la floristería que si no arrancan, por lo menos estaré distraída. Que Bichito me acompaña andando al mercadona ida y vuelta y luego quiere subir los 8 pisos hasta casa, pues yo respiro y despacito las subimos. El único problema de esto último es que después sangré un poquito, pero como era menos de una regla, no había de qué preocuparse. Así que intento, dentro de mis posibilidades, hacer "vida normal".

Además del problema de las contracciones viene la diarrea, yo no sé si habéis oído alguna vez que para provocar el parto es bueno tomar aceite de ricino. ¿Por qué? Porque produce contracciones intestinales y como todo está muy juntito, pues también uterinas y esto, puede desencadenar el parto. Pues al revés también, es decir, cuando tengo un día de contracciones fuertes al día siguiente tengo un poco de diarrea. Esto no está siendo problemático porque no es continua, como las contracciones suelen ser un día sí y otro no, vamos tirando. Pero recuerdo que llegaron a descomponerme tanto el cuerpo cuando di a luz a mi Pequeñín que me tiré 5 días antes de parir y 3 después con diarres líquida, lo que fue muy molesto, para qué engañarnos.

Mi sinusitis está mucho mejor, ¡dónde va a parar! Reconozco que los cuatro primeros días estaba bastante mal porque no podía respirar, pero ahora me encuentro mejor, con una leve congestión y a veces dolor de cabeza, pero nada grave como la semana pasada.

Hale, que si éramos pocos, tenía que aparecer el Puppe. Llevo tres días con la piel de las piernas rositas, picándome un montón y despertándome por la noche para que aplique crema o algo fresquito y así me alivie un poco. Tengo todas las pantorrillas llenas de placas, las corvas también tienen una buena lesión y empieza su ascenso por los muslos. Nunca lo he tenido tan al final del embarazo y creo que mucho tiene que ver con la ropa. Mientras he estado en casa con ropa 100% algodón perfecto, pero en el momento que he empezado a moverme, los vaqueros hace que me pique más y que aparezca. Cada día me digo que ya queda poco, que en cuanto dé a luz se quitará, pero como esta niña parece haberse agarrado bien, creo que todavía tendré que pasar alguna mala noche arrascándome las piernas.

La barriga me ha bajado bastante, de hecho ayer sentí cómo mi Pizquita descendía aún más. ¿Más? Yo creía que no podía estar más abajo, pero bueno. Sin embargo, para mí eso no es indicio de nada, sólo de estar un poco más incómoda. Encima me siento hiper pesada. Mi marido me llama bicho bola y es que cuando caigo bocarriba en la cama me es muy muy difícil levantarme y acabo haciendo aspavientos con las piernas y las manos. Y es que he cogido mucho peso de golpe en los últimos 2 meses, para ser exactos 4 kilos y eso, por narices, tiene que notarse.

Peso: 63,700 kilos (+0,100 kilos que la semana 37ª). Pues no parece que haya cogido tanto esta semana, pero os puedo prometer que yo sí me siento como un bicho bola.

Esta semana no tengo médicos ni nada, lo único que me queda es esperar a que mi Pizquita se decida. Tengo tantas ganas de verla, de olerla, de tenerla en mi pecho, de enseñársela a sus hermanos y de completar la familia, que a veces me desespero. Dicen que el que espera desespera y sé, que todavía es pronto, pero es cierto que este embarazo se me ha hecho largo y muy pesado y que a veces toda esa teoría de que dentro está mejor se hace muy cuesta arriba.

Además siento un poco de presión que yo misma me ejerzo, no puedo evitarlo. El cumpleaños de mi pequeñín es el 25 de marzo y quiero celebrarlo el 23. No quiero que sus cumpleaños se acerquen tanto y me gustaría poder celebrarlo con la familia y amigos. Pero para ello tengo que parir esta semana, porque si no me va a ser imposible por mucho que mis amigas me echen una mano. Sé que es una soberana tontería, pero es que no puedo evitarlo y miro el calendario cada dos por tres. Todavía no he invitado a nadie, porque como siga así lo mismo el 23 estoy de parto o en el hospital. En fin, que cruzo los dedos para que esta semana mi Pizquita se anime y comience mi parto, que por otra parte tengo unas ganas enormes de vivir y disfrutar.

La encuesta sobre cuándo nacerá mi Pizquita sigue activa, os dejo el enlace por si queréis reconsiderar lo que habíais predijo. Veremos a ver qué ocurre, aquí tenéis el enlace:
http://doodle.com/6t9rbtctephnhut6

Que tengáis una gran semana, quizá ésta sea la buena para nosotras. Besitos

viernes, 8 de marzo de 2013

Última visita ginecológica

Ayer pasé a ver a mi ginecóloga de la Seguridad Social, cita a la que nunca creí que llegaría y allí estábamos mi Pizquita y yo, acompañadas por mi marido.

Hizo un día malísimo en Madrid, pero nosotras nos fuimos al centro en coche para comer en uno de mis restaurantes favoritos (el Hard Rock Café) con una gran amiga, La Teta Reina. Ambas goridtas como estamos, no pude resitirme a pedir uno Nachos repletos de jalapeños y me comí todos los jalapeños yo solita (a La Teta Reina no le gusta el picante y a mi Pizquita parece no afectarle). Fue una comida absolutamente genial, una pena no tener más tiempo para poder achucharnos más, peeeeeeeeeeero, la consulta esperaba.

Tenían que darme los resultados de la analítica y del exudado. Todo perfecto y la coagulación también. Lo único que no han podido imprimirme los resultados porque no funcionaba el toner de la impresora. Como la semana que viene tengo matrona me dijeron que pidiera que ella me los imprimiera. Le comenté que no sabía si podía perder un poquito de líquido o era flujo líquido, porque últimamente estaba "muy mojada". Después de comprobar que efectivamente no perdía líquido me comentó que esa sensación que tenía era debido a hongos. ¡¡¡HONGOS!!! ¡Pero es que no voy a privarme de nada! Oiga, no tendrá otra cosita por ahí para darme que parece que no tengo suficiente con la sinusitis, la ronquera (sí, me he quedado también ronca de la cantidad de mocos), el dolor de garganta, cara, oídos y nariz, la ciática, la barrigota (que me he puesto de golpe como un tonel), los dolores pélvicos, las molestias estomacales, etc, etc, etc.

Debía de tener mucha prisa, porque no creo que tardara ni 10 segundos en la eco que la hizo a mi pequeña y que, por supuesto, sólo vio ella. Yo, que tenía ganas de saber si las contracciones dolorosas de estos días habían ido haciendo "trabajo" y estaba deseosa de saber si ya había borrado algo, me quedé con la piernas en alto y sola de golpe y porrazo. Los tactos pueden producir infecciones y yo ya la tenía, así que no entiendo por qué no me lo hizo, pero me quedé con las ganas de saber si me queda mucho o no.

La consulta no debió de durar más de 5-10 minutos, para que os hagáis una idea. Al pesarme me dijo la chica que en los últimos dos meses había cogido 4 kilos. Lo sabía, estoy como un tonel, me veo enoooooooorme y tengo una barriga muy grande en comparación con mis otros dos embarazos. Cada vez que mi madre me ve, alucina y es que yo nunca he tenido tanta. En fin, que sé que ya queda poco, pero leñe, vaya ritmo de coger kilos y ensanchar en los últimos dos meses.

Salí de allí con dos recetas para mis hongitos, sabiendo que todo lo demás está bien y deseando que mi Pizquita nazca, como cada día desde el domingo. Sé que mucha gente piensa que mejor está en la tripita (yo también lo creo), pero yo ya estoy muy cansada y la impaciencia me puede (y el tiempo de reposo y el suma y sigue). Mi Pizquita nacerá cuando ella quiera, eso no cabe duda, pero cierto es que mami la espera como agua de mayo, que tengo muchas ganas de tenerla entre mis brazos, de mirarla de cerca, de sentirla piel con piel, mamando de mi pecho y oler su dulce aroma (por favor, por favor, por favor, que se me quite la sinusitis ya!!!). Ella ya sabe que todo está preparado, que todo está listo, sólo falta que esté preparada ella y si hay que esperar, pues esperaremos.

Aprovecho para felicitar el día a todas las mujeres del mundo, ¡¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!!

miércoles, 6 de marzo de 2013

De contracciones y congestiones

Sé que si no escribo este post muchos de vosotros os preocuparéis y os preguntaréis si Pizquita nació el 5/03. La respuesta es no, el lunes tuve muchísimas contracciones, incluso si no fuera el tercero me habría ido al hospital, pero sabiendo como sé que faltaba que arrancara del todo, esperé y después de varias horas empezaron a espaciarse. El momento está cerca, eso seguro, pero tan cerca como para cualquier embarazada de 37 semanas. Lo que pasa que una se ilusiona, se emociona que quizá al día siguiente nazca, pero cuando llega el día siguiente, las contracciones son irregulares, muy espaciadas y no tan dolorosas, pues no nos queda otra que esperar.

Y todo estaría genial si no fuera por esta maldita congestión y esta sinusitis que me tienen hecha una mierda, con tiritonas, malestar, ojos llorosos, dolor de cabeza y de cara, etc, etc, etc. Hoy tengo que volver a quedarme en casa porque no me encuentro bien, de hecho la noche ha sido horrible, no paraba de tiritar e incluso hacía ruido con los dientes. Me he levantado mala, enfadada porque después de 15 semanas de reposo, en las que físicamente estaba bien, justo cuando puedo entrar y salir sin miedo, sin tener que estar pendiente de si la tripa se me pone dura, ¡zas! Me pongo mala. Y sí, pienso, bueno, si encima del reposo te toca una semana mala, pues lo que te faltaba. Lo sé, pero no puedo evitar que lo que me moleste es el ahora y no cómo me habría sentido en el pasado.

Ahora lo que prima es ponerse buena antes de que nazca mi Pizquita, que me veo empujando sin poder respirar por la congestión que tengo y encima el peligro de pegarle algo siendo mi preciosa recién nacida. Claro, que mi casa ahora mismo con sus dos hermanos llenos de mocos y toses, no son mejor que una mami malita, pero esos no los puedo controlar.

Mañana voy a la ginecóloga y ya le comentaré lo de la sinusitis, si cree que debo tomar antibiótico y espero que me eche un vistazo abajo y me diga "cómo estoy de verde". Yo creo que las contracciones de estos días ya van haciendo trabajo, pero claro, lo mismo pensé de las tres veces que estuve en el hospital y que, por suerte, no hicieron nada.

Así que aquí estoy en casita, esperando a ponerme buena y esperando a que las contracciones arranquen en algún momento. Si se os ocurre algún remedio para los ojos llorosos, dolor de oídos, garganta, pómulos, ojos, cabeza y nariz, congestión nasal y malestar general, soy toda ojos porque estoy deseando recuperarme lo antes posible.

Os mando besitos desde casa y sentada en el sofá, porque la congestión no me permite tumbarme :_(


lunes, 4 de marzo de 2013

37ª Semana de Embarazo

¡¡¡Cumplido!!! ¡¡¡Lo hemos conseguido Pizquita!!! Me parece increíble que hace 15 semanas empezara con aquellas contracciones horribles y después de tres meses y medio sigamos aquí juntitas.

Me siento increíblemente bien por ello. Esta era nuestra meta, nuestro mayor logro, nuestro futuro inmediato. Haber llegado hasta aquí significa mucho para mí. Mi pequeña no ha nacido y ya es toda una luchadora. Mami se siente muy orgullosa de ti pequeñita mía.

Tiene narices que cuando mejor me encuentre es ahora si no fuera por la congestión que me ha pegado mi Pequeñín que me ha complicado la sinusitis y que me duele media cara. Con 8 meses y medio y estoy llena de energía, con ganas de hacer un millón de cosas y pensando qué organizar para el día siguiente, aunque hoy creo que me quedaré en la cama. Me apetece hacer todo, nada de quedarme en casa y poder disfrutar de la calle. Lo malo es que está haciendo mucho frío y como no me encuentro bien porque tengo décimas, tendré que dejarlo hasta que mejore.

Tengo muchas contracciones, pero no son efectivas. Mi Pizquita está tan acostumbrada a ellas que parece que ya no la echan ni queriendo. Desde ayer me duelen bastante, pero son irregulares y no hacen ningún trabajo, así que habrá que esperar a que llegue su momento.

Ya tengo todo preparado. El sábado vestí su cuna que se encuentra en sidecar pegada a mi cama. La puse su chichonera, unas sábanas y cubrí su cama con la manta que me han hecho mis amigas. Ya todo preparado para cuando ella decida salir y conocer a su familia, que la espera cada día más impaciente. Mi Bichito tiene muchísimas ganas de conocerla, cogerla, abrazarla, ponerle el pañal, ayudarla a vestirse. Está visiblemente emocionada y me acaricia repetidas veces la tripita a lo largo del día. Me da besitos y la defiende de su hermano, que me hace pedorretas, me muerde la barriga y le da golpetazos. La pobre siente la necesidad de protegerla de la efusión de mi Pequeñín, que el pobre todavía no sabe exactamente por dónde vienen los tiros. Y ahí tenéis a los dos, peleándose una por acariciar suavemente a su hermana y el otro por aporrearla y jugar con ella. A veces incluso se enfadan, otros terminan los dos haciéndome pedorretas y viendo cómo mi Pizquita mueve las piernas marcando bultos imposibles en mi tripa.
 
La bolsa para el hospital creo que también está preparada: camisones para mí, ropa para mi Pizquita, neceser, zapatillas, el fular que me ha regalado Mariló y la manta que la cosí en mi reposo. Ahh!!! y un rollo de papel higiénico, no vaya a ser que me pase como con el parto de mi Pequeñín y racionen "los buenos y suaves" y terminen dándole a una recién parida uno de esos que se asemejan a papel de lija.

Tengo también música en el teléfono. Yo no sé qué me pasa cada vez que voy a dar a luz que me da por la misma música. Y ya no sólo la misma, sino por el mismo disco. Con mi Bichito paseaba escuchando Macaco - Puerto Presente, cuando di a luz a mi Pequeñín, ya no sólo paseé escuchándolo sino que además en el parto me llevé los cascos y me lo puse, me ayudaba a mover y bailar. Pues ahora con mi Pizquita llevo una semana escuchándolo. Lo pongo en casa en reproducción continua y de vez en cuando me da por bailar. Es un disco que me anima, con mucho ritmo y que hace que me apetezca mover las caderas. La naturaleza es muy sabia y es la música que en este momento me apetece escuchar. Lo bueno, que a mi marido también le gusta y a mis hijos, al ser rítmica, también.

Mi leche ha debido de experimentar un cambio de sabor de rico a riquísimo. Mi Pequeñín me pide de vez en cuando a lo largo del día e incluso mi Bichito ha mamado los tres últimos días. Poco, muy poco, pero ella dice que sale leche. A mi Pequeñín hay que pedirle que suelte, porque si no se tiraría enganchado un par de horas y las contracciones se intensifican. Anteayer incluso se enfadó y me mordió el hombro. Tengo ganas de unir a este dúo a mi Pizquita y que mis hijos experimenten el aumento de leche.

Peso: 63,600 kilos (+0,700 kilos que la semana 36ª). Sigo teniéndo bastante apetito y como muchos más dulces que en ningún momento del embarazo, me apetecen las golosinas, los bollos, el chocolate y es imposible resistirse. No quería haber cogido los 8 kilos que llevo faltándome todavía tres semanas, pero no puedo evitar intentar saciar el hambre y darle todas esas cosas que me pide el cuerpo. Tendré que rebajar esos kilos una vez de a luz.

Duermo mejor en la última semana, a cachos porque la vejiga no me permite más, pero paso de las 5 horas normalmente. Para mí es muy importante, porque siento que me apetece descansar y cuando no puedo dormir, me quedo en la cama relajada y pensando. No me importa porque me siento descansada, aunque llevo dos días que me paso el día con mucho sueño.

Tengo varias dolencias típicas del embarazo, ciática, dolor de espalda, molestias pélvicas, estreñimiento, acidez, reflujo, etc, etc. De hecho ayer tuve una crisis estomacal debido a la hernia de hiato. Me empezó a quemar el pecho y lo pasé realmente mal. No sabía si era del estómago, así que intenté aguantar hasta que no pude más y me tomé una pastilla por si las moscas. Tardó en hacer efecto muchísimo tiempo y del dolor y la posición vertical que sólo podía tomar, estuve un rato con muchas contracciones dolorosas. Al final el dolor del estómago remitió pero la noche ha sido mala debida a la congestión y el dolor de media parte de la cara por culpa de la sinusitis. Esta noche me ha subido fiebre y espero que se me pase, porque si no tendré que ir al médico a que me recete antibiótico.

Esta semana tengo que ir a la ginecóloga. Tenía cita el día 1, pero me lo han cambiado al jueves. Me dará los resultados de la analítica, el exudado y la ecografía del tercer trimestre y nos despediremos hasta la revisión después del parto.

Ya sólo queda esperar a que mi Pizquita decida que es su momento, yo ya la espero con muchas ganas y estoy un poco impaciente. Han sido muchos meses, muchos momentos difíciles y estoy deseando tenerla en mi pecho, sobre mí, pegaditas piel con piel.

Os dejo el enlace de la encuesta sobre cuando nacerá mi Pizquita, por si no habéis votado todavía o queréis cambiar el resultado. Yo voté por mañana y con tantas contracciones que tengo quizá no me equivoque, aunque nunca se sabe, porque pueden o ir a más hoy mismo o relajarse y no volver hasta pasados unos días e incluso semanas. El día más votado es mañana y le seguía de cerca ayer y el 10 de marzo. Veremos a ver qué ocurre, aquí tenéis el enlace:
http://doodle.com/6t9rbtctephnhut6

Os mantengo informados de todo y muchas gracias por preocuparos por mí. Que tengáis una semana estupenda.

viernes, 1 de marzo de 2013

Piojos y liendres

Lo primero agradeceros todos vuestros mensajes, whatsapp, sms, correos y demás preguntándome cómo estábamos. Ha sido una semana dura, pero porque hemos tenido una visita inesperada que nos ha acarreado muchísimos problemas.

Nosotras estamos bien, Pizquita en la barriga y yo con contracciones irregulares, que algunas pican, pero sin novedad. Ayer mucho más molesta que ningún día, pero normales por los acontecimientos de los últimos días.

El martes fui a buscar a mi Bichito y la profesora me dijo que quería hablar conmigo. Entré y me comentó que mi Bichito tenía liendres, la miré y no me pareció a primera vista, pero en cuanto llegamos a casa observé mejor y efectivamente tenía. No eran muchas, pero ahí estaban y si había liandres es porque algún piojo había decidido pasearse por la cabeza de mi hija y dejar sus huevos. Y si había estado en la cabeza de mi hija, podía haberse paseado por la mía y entonces empezó a picarme todo el cuerpo.

¿Y qué hay que hacer en estos casos? Pues asesinar a los visitantes, herradicar sus liendres y echarte las manos a la cabeza porque la que te espera es pequeña. Todos los lugares por donde la cabeza de mi Bichito hubiera podido pasar debían de ser descontaminados, es decir, que tienes que lavar mínimo a 60º la ropa de cama de cada uno de nosotros, mantas, colchas, edredones, almohadones, pijamas, cojines, fundas de cojines, toallas, albornoces, ropa de la piscina, mochilas de la piscina, disfraces, peluches, ropa, uniforme, abrigos, gorros, bufandas, etc, etc. Esto, en plena semana de frío polar pues como que no es divertido, os lo aseguro.

Tanta era la montaña de ropa, que para poder llegar a la lavadora y a la secadora, tenía que subirme en ella porque no me cabía ni en el tendedero y primero tenía que atravesar la montaña de la cocina. Total, 9 lavadoras en 3 días y otras tantas secadoras. Ropa colgada de puertas, radiadores y casi de mi punta de la nariz. Una odisea, de verdad. Lávala, secálala y luego recógela. Os podéis imaginar la paliza que me he dado estos días. Esta mañana he puesto la última lavadora y las últimas dos secadoras. Tengo ropa en la silla para doblar y una lavadora normal con la ropa que se ha ido generando en estos tres días.

Los muñecos más cercanos a ella, la caja de las gomas, diademas, orquillas y demás, se encuentran en cuarentena, metidos en una bolsa de plástico y dejándolos 1 semana para que todos los bichitos se mueran. La pobre me pide sus cosas, pero ya la he dicho que tiene pipis y que debemos esperar a que ellos también se curen. 

Lo bueno es que le eché un producto a mi Bichito y las liendres desaparecieron. La miré bien, la pasé la lendrera infinidad de veces y ni un piojo salió. Yo me eché aceite del árbol del té y después descubrí que en grandes cantidades es tóxico, pero ya era tarde para lamentarse, aunque desde entonces me pica la cabeza. Mi marido me ha mirado y nada, pero a mí me da mucho yuyu. Por suerte, ni mi Pequeñín ni mi Marido tienen una sola liendre.

Nosotros preveníamos, o mejor dicho, creíamos que preveníamos, echando aceite del árbol del té al champú. Bueno, pues puedo aseguraros que no es suficiente, así que ahora antes de salir de casa y si me acuerdo, le pongo un par de gotitas a cada uno detrás de las orejas. Huele que apesta, pero por si acaso yo se lo hecho. Lo peor es que este domingo les pasé la lendrera y miré si tenían y no vi nada, dos días después, vino a casa con liendres.

A favor de mi hija debo de decir que yo he sido muy propensa a tener "pipis", pero muy muy propensa. Recuerdo a mi abuela con la lendrera, cabeza abajo, ella con las gafas y sacando un montón de piojos de mi cabeza. Nunca olvidaré el chasquido cuando los mataba. Tuve muchos en infinidad de ocasiones y, por desgracia, mis hijos han sacado mi pelo, por lo que sus cabezas deben de ser muy apetecibles para estos parásitos. Lo malo que tenemos es que nuestro pelo es finísimo y quitar las liendres en muy complicado, porque, en muchas ocasiones, atraviesa la lendrera como si nada.

Yo seguiré repasando la cabeza de mis hijos, recordaré esta semana como un infierno y esperemos que no los vuelva a coger, porque vaya paliza!!! El único consuelo que tengo es que ha ocurrido justo cuando ya puedo moverme, lo cual es un alivio.

Y no puedo dejar de contaros que mi hija se portó como una campeona, no sólo por dejarse mirar la cabeza la infinidad de veces que lo hice, sino que además aguantó con un potingue toda la noche y por la mañana cuando la bañé a las 8 de la mañana, ni rechistó. Al contrario, colaboró muchísimo conmigo e hizo que todo fuera más fácil y sencillo. Me sentí muy orgullosa de ella y la di las gracias un montón de veces.

Vuestros hijos y vosotros, ¿habéis cogido alguna vez piojos? ¿Qué remedios utilizáis? ¿Algo para prevenir? Contármelo todo, que yo no quiero volver a vivir este infierno nunca más!!!