jueves, 30 de enero de 2014

¿Dónde están mis dientes?

Canija tiene ya 10 meses, camino de los 11 y, sin embargo, todavía no le ha salido ningún diente. No me importa, sé que le saldrán, sus hermanos tienen todos y ella también salvo que los tiene todavía debajo de la encía. Me encanta verla reír con esa sonrisa desdentada y la verdad es que no le hace falta ninguna porque come de maravilla.

Es la más tardía de los tres y yo estoy encantada, porque por fin hemos encontrado algo en lo que va por detrás. Con sus 10 meses y medio, baja del sofá y de la cama sin problema, sube y baja el escalón de más de 20 centímetros de la terraza, anda perfectamente con el andador, sube escaleras, anda agarrada a nuestras manos y se mantiene de pie unos segundos por sí sola y gatea desde que tenía 4 meses y medio. Siempre os he dicho que su desarrollo psicomotor era increíble, que mi bebé, ese que tenía que durarme más por ser el último, es el que me está durando menos.

Así que me alegro que no le haya salido todavía ningún diente, ya no sólo porque hay veces que cuando salen los primeros dientes te rozan en el pecho al mamar y te hacen daño o te los clavan en la tetilla, sino porque por fin hemos encontrado algo que la hace más bebé. Es una gilipollez, lo sé, pero estoy contenta por ello.

Mucha gente se inquieta porque sus hijos tardan un poco más que el resto es salirle los dientes, pero es algo totalmente normal. El primer diente suele salir entre los 6 y los 8 meses del bebé y la sucesión de salida, aunque tiene un patrón, puede que vuestro hijo no lo siga. Bichito fue a su ritmo y de pronto le salí uno de arriba como uno de abajo y lo mismo le ocurrió a Pequeñín. Lo que sí es cierto es que en ambos fueron tardíos, Bichito no recuerdo si fue con 8 ó 9 meses y Pequeñín con 9 y medio (me acuerdo perfectamente porque fue el día de reyes de hace dos años). Me da la sensación que la genética tiene algo que ver y por lo que he podido leer es así. 

Os dejo una imagen en la que podéis ver el orden de aparición de los dientes, tanto los temporales como los de leche.

¿Os acordáis cuándo le salieron los dientes a vuestros hijos? ¿Fueron tardíos como los míos?

La respuesta a la pregunta ¿Dónde están mis dientes? está clara: Bajo las encías :)

miércoles, 22 de enero de 2014

Angustia de separación

Canija sufre angustia de la separación y eso la genera muchísima ansiedad. Mi vuelta al trabajo ha llevado a que pasemos menos horas juntas y pegaditas y ambas no lo llevamos demasiado bien.

Desde que me incorporé a trabajar, ella tiene que ir a la guarde y aunque poco a poco lo va aceptando, lo ha pasado francamente mal. El momento de dejarla ha sido muy triste, verla llorar cuando la cogía su cuidadora ha sido muy frustrante y muy doloroso. En el tiempo que pasa en la guarde tiene ratitos, cuando se acuerda llora, pero gracias a las actividades que hacen y a sus cuidadoras, poco a poco van siendo menos. Sin embargo, cuando aparezco se pone muy nerviosa, llora hasta que la tengo en mis brazos y no puedo soltarla ni para atarme una zapatilla, ponerme el abrigo o mear.

Yo no sé si os lo había contado pero empecé a ir a clases de Yoga en noviembre aprovechando que estaba exonerada y me quedaba con mi Canija. A veces iba con Canija y otras veces se quedaba con su padre e iba yo. Como no la llevaba a la guarde ella se quedaba tranquila. Aquel primer día de guarde decidí no volver más. Ella me necesitaba, si bien yo pasaba 8 horas fuera de casa en las que nos echábamos de menos, encima irme por la tarde iba a ser horrible para ambas. Ella se tenía que separar de mí de nuevo y yo, que aunque el yoga me gusta, iba a estar pendiente de la hora para volver con mis hijos a los que no veía desde primera hora de la mañana. ¿Para qué hacer algo que no vas a disfrutar? Mejor estar junto a mis hijos y tener a Canija pegada cada segundo.

Y cada segundo es cada segundo. Si la dejo porque tengo que ir al baño, quitarme la ropa o ponerme el abrigo, ella llora de manera desconsolada. Si mi marido la coge ella intenta tirarse. Ya va aceptando poco a poco que otra persona la intente calmar, pero hay momentos en los que sólo yo lo consigo.

Esta angustia y ansiedad que está sufriendo va mejorando poco a poco, ahora algún minuto y un par de metros son el límite un par de veces al día. Si salgo de la habitación para ir a la cocina ella lo nota, me busca y se pone a llorar. Si me voy de casa cuando vuelvo y sabe que soy yo ya puedo ser rápida en tomarla en mis brazos porque o se tira de los de su padre o llora desconsoladamente totalmente bloqueada.

Si yo sólo la tuviera a ella sería sencillo, porque podría dedicarle todo mi tiempo en exclusiva, pero tengo dos más y ellos también necesitan mi atención. Si bien, mi marido es el que se encarga de estar más con ellos porque Canija me necesita a mí, exclusivamente a mí y no permite que sea otra persona, y mis hijos más mayores disfrutan mucho con su padre.


¿Esto que le ocurre a Canija es normal?


Extremadamente normal. Bichito y Pequeñín también lo han sufrido en menor medida. Mis hijos tienen lo que se denomina "apego seguro" y es por esto que la separación con su madre, que es su figura de apego, osease yo, les cuesta. Por desgracia y debido al tipo de sociedad que vivimos, tenemos que separarnos mientras yo voy a trabajar y ellos van resignándose al hecho de que tienen que estar con otras personas, en nuestro caso en la guarde, hasta que mamá vaya a por ellos.

Mi Pequeñín sí tiene forjada una relación de cariño, amor y respeto con su profe y su evolución ha sido más rápida. Pero mi Canija no, entre otras cosas porque apenas conocía a la cuidadora, aunque yo he pasado muchos días con ella en clase. Pero poco a poco va resignándose al hecho de que mami cuando la lleva no volverá en varias horas. E igual que yo sufro su ausencia en el trabajo, ella lo hace allí. Yo no lloro aunque me iría en ocasiones a hacerlo en el baño, echando de menos a mis hijos y con ganas de estar junto a ellos. Ella llora porque yo no estoy y la comprendo tanto.

Ella va llevándolo un poquito mejor y yo me alegro de que sea así, porque cada día se me parte el corazón cuando la dejo.

¿Vuestros hijos han experimentado esta angustia de la separación en alguna situación?

Si queréis leer más sobre este tema os dejo el enlace de un artículo de Carlos González aquí.

lunes, 20 de enero de 2014

No Conseguido (Reto del Rinoceronte Naranja)

Hace varios meses me propuse no gritarles a mis hijos. Hubo una explosión del Reto del Rinoceronte Naranja y muchas fueron las blogueras que se animaron a hacerlo y ha compartir sus experiencias. Yo fui una de ellas e intentando sacar mi lado más zen, me propuse conseguirlo.

Hoy, 5 meses después, me gustaría contaros que no sólo no lo he conseguido sino que lo normal en mí está siendo hablar a gritos. No soy capaz de encontrar mi lado zen, de hecho creo que ni siquiera existe. Cada mañana me levanto diciéndome a mi misma que no voy a gritar y en cuanto Pequeñín lleva despierto 10 minutos, ya estoy alzando la voz.

Mi Pequeñín es un niño inquieto, que necesita mucho contacto físico, que madruga demasiado y que no deja a Canija ni a sol ni a sombra. Siempre tiene que jugar a su lado, la abraza y la mima y la quita los juguetes, pero como ni controla su fuerza ni dónde pone la pierna, pues al final se lleva un golpe y llora. Y yo me crispo, porque ya llevo media hora diciéndole en repetidas ocasiones que la deje, que hay que tratarla con cuidado porque es un bebé, que la va a hacer daño y debe de intentar ser más precavido con ella, que no juegue pegado a ella porque puede darle sin querer y terminar llevándose un golpe. Resultado final: Canija llorando, yo gritando y Pequeñín llorando porque mamá está enfadada.

Esto un día tras otro, cada mañana, no hay quien lo resista, o sí, pero yo no. Así que ya hace tiempo que el reto de no gritar no lo he conseguido, pero ya no sólo a mis hijos, sino a cualquiera que en ese momento cruce dos palabras conmigo.

Tal es mi estado de nervios en esas circunstancias que mi rabia y mi agresividad la canalizo gritando, porque si me dejara llevar cuando hace daño a su hermana pequeña habiéndoselo advertido cientos de veces, yo no sé qué haría. Pero es que me sube un calor desde lo más profundo de mis entrañas que me cuesta muchísimo controlar. Tanto es así que conseguir controlarme me cuesta un triunfo y me pongo a gritarle. Y luego le pido perdón y me digo a mí misma y a él que mamá va a intentar no volverlo a hacer, pero me vuelve a ocurrir.

Y no me gusta esta faceta de mí que no consigo controlar, no me gusta la clase de madre ni de persona en la que me convierto en esos momentos y no quiero que mis hijos crean que eso es "lo normal", que gritar es algo que se hace cuando una mamá se enfada, porque no lo es. Para mí es importantísimo la imagen que ellos tienen de mí porque se convertirán en personas con ese mismo reflejo y no quiero que ellos griten a los demás cuando se enfaden.

Cada mañana de esta semana pasada me he levantado pronto para tener un momento para mí y Pequeñín se ha levantado cada día antes reclamándome constantemente sin dejarme ni un rato, sin entretenerse con nada. No conseguir ese momento ha marcado mi día a día y me ha llevado a estar más tensa, controlar menos la situación y salir de casa cada mañana con los tres enfadada desde primera hora y, por supuesto, gritando. Porque una vez que llego a ese punto, cualquier cosa me saca de quicio y Bichito termina llevándose gritos por cualquier situación que me genere un poco de estrés añadido al comienzo del día.

Así que el viernes, y gracias a los consejos de mi marido, empecé el día sentada con Pequeñín desde las 6:30, que era lo que él quería, y resignada a perder ese tiempo para mí misma. Decidí que si negárselo hacía que la mañana transcurriera a gritos, pues me ponía de su lado y le dedicaba ese momento sólo a él, que es lo que él necesita. Decidí que nuestra estabilidad familiar emocional era más importante que actualizar el blog o responder un correo o hacer un pedido de mercancía o leer algún artículo importante, etc, etc. Y el día fue mucho mejor, yo estaba más animada y menos nerviosa, por lo que no grité a Pequeñín, ni a Bichito y todo fue sobre ruedas.

Hoy también ha sido un buen día, pero hoy no cuenta porque no ha madrugado y yo he tenido un ratito para mí.

Sin embargo, lo que no consigo controlar bien es mi furia. Yo tengo muchísimo pronto, cuando era más joven mucho más, pero con los años he conseguido mantenerlo cada vez más a raya. Pero últimamente me altero enseguida y recuerdo que los gitos era lo que más odiaba de mi padre.

Cuando mi marido ve que me voy calentando viene y me aparta, toma el control y aunque yo me cabree como una mona, se lo agradezco porque yo voy subiendo el tono y enfadándome cada vez más. Incluso he intentado irme en el momento más álgido, pero a menos que él venga a por mí, no soy capaz de hacerlo.

Sé en qué punto estoy y sé a dónde quiero llegar, sin embargo, no soy capaz de conseguirlo. Y no es que me siente frustrada, no, me siento apenada porque no soy capaz de tratar a mis hijos de la manera que quiero y no como últimamente, gritando a la primera de cambio. No me gusto y eso me crea mucha tristeza.

¿Os ocurre lo mismo? ¿Cómo conseguís frenaros?

miércoles, 15 de enero de 2014

Baby-Led Weanning: ¿Para qué sirve una Escobilla Limpia biberones?

Cuando yo estuve embarazada por primera vez y todavía era una futura mamá compré muchas cosas inservibles, entre ellas algún que otro biberón y, por supuesto, un esterilizador y una escobilla limpia biberones.

Bichito jamás quiso un biberón o un chupete, por lo que creo que el esterilizador lo utilicé contadas ocasiones y la escobilla limpia biberones quedó colgada del escurreplatos.

Con la limpieza de algún recoveco de los aparatos que tengo en casa, la escobilla limpia biberones tuvo su utilidad, pero de un tiempo a esta parte, desde que Canija empezó con la introducción de alimentos a demanda, la escobilla está en su momento álgido. Y os preguntaréis: ¿qué narices tiene que ver? Pues mucho y si no os lo creéis, seguir leyendo.

A Canija le encanta la fruta, es igualita que su hermano, en cuanto aparece la fruta en la mesa empieza a empujar los alimentos que hay en la bandeja de la trona para dejar espacio a la fruta. Ahora con casi 10 meses y con esa destreza y esa capacidad psicomotora que tiene (de alucinar, os lo aseguro) coge la fruta, la despezada con sus deditos en forma de pinza y se la mete en la boca.

Con sus 6 meses recién cumplidos había que adaptar los pedazos que le daba para que ella pudiera manipularlos correctamente. Elo me recomendó que le diera la fruta con cáscara, muy bien lavada, que así no se le escurriría y podría gestionar perfectamente los trozos de fruta. Y es aquí donde entra la escobilla limpia biberones, porque la piel de la fruta es rugosa y, por tanto, no es sencilla de lavar, pero con la escobilla queda totalmente limpia y apta para que mi Canija pueda chuparla, requetechuparla y volverla a chupar. La echo un poco de jabón y la limpio bien debajo del gripo con la escobilla y a mi Canija le llega perfectamente limpita para que pueda mordisquearla, chuparla y sacarle todo el juego cogiendo los pedazos sin que se cabreé porque se le escurren.

En una ocasión alguien me preguntó qué hacíamos cuando comíamos fuera. Canija lo pone todo perdido, así que cuando ha terminado me agacho y con una servilleta recojo todos los trozos y migajas de su comida que han caído al suelo, mojo la servilleta en agua y limpio la parte de la mesa que ella ha manchado. La verdad es que enguarrina mucho, pero con limpiarlo después ya lo tenemos solucionado.

Menudo saque tiene mi Canija y aunque la teta le gusta más que cualquier otra cosa, en cuanto me oye decir ¡A comer! o me ve que estoy llevando platos a la mesa, deja lo que esté haciendo y gateando va hasta la trona, se pone de pie agarrándose a sus patas, la mueve y lloriquea hasta que la subimos. Examina cada alimento que se encuentra en la mesa y escudriña cada plato para ver qué es y hacerse entender, ya sea expresándose corporalmente o dando grititos. Poco a poco vamos entiendo qué es exactamente lo que le apetece comer y es increíble lo que disfrutamos viéndola comer.

Con Bichito no conocía el Baby-Led Weaning y le di potitos de frutas, a Pequeñín le di trozos de fruta pero se le escurrían porque le quitaba la piel y tenía que ayudarle a sujetarlos al principio, aunque al poquito él sabía gestionarlos perfectamente. Con Canija todo ha sido diferente y es que cuando alguien especializado te lo explica, todo es mucho más sencillo. Como su hermano todavía no hemos encontrado una fruta que no le guste.

Y vuestros hijos, ¿cómo comen la fruta? ¿Se os había ocurrido la idea de darles la fruta con piel?

lunes, 13 de enero de 2014

Alquiler sacaleches Symphony de Medela: máquina hospitalaria

Hace ya como dos años escribí un post sobre la extracción de leche y en él os conté que había probado el sacaleches doble hospitalario Symphony de Medela. Me funcionó bastante bien e hizo la función necesario en ese momento, pero dado que mi hijo estaba ingresado, mi recuerdo no era bueno. Así que decidí probarla para poder compartir con vosotros y con cualquiera que necesitara que la asesorara mi experiencia.

Yo pensaba que mi Freestyle era el mejor sacaleches del mundo y no me equivocaba del todo, es el mejor sacaleches portátil del mundo, pero la Symphony juega en otra división.

El sacaleches Symphony incorpora la revolucionaria tecnología 2-Phase Expression que consiste en:
  • Modo estimulación (para una estimulación rápida del reflejo de eyección de la leche)
  • Modo extracción (para una extracción suave y eficaz)
Los estudios han demostrado que los bebés maman de forma natural en 2 fases:
  1. Inicialmente succionan rápido y suave: para estimular el reflejo de eyección de la leche (REL) y que la leche comience a fluir.
  2. Una vez que se ha estimulado suficientemente el pecho, cambian a una succión más lenta y profunda para la fase real de alimentación: para conseguir la mayor cantidad de leche lo más rápido posible.
Nada más probármela noté sus diferencias, ya en la fase de estimulación la estimulación es más suave, notaba cómo mi pezón se estimulaba como una caricia, poco a poco, activando cada uno de mis conductos galactóforos. Después, en la fase de extracción la succión era suave a la vez que fuerte pero sin que mi pecho sufriera ningún tipo de molestia, más agradable y confortable que cualquier sacaleches que había probado antes y su succión era más larga y efectiva.

Es el sacaleches que más se asemeja a la succión que hace el bebé en el pecho. Tanto es así que de pronto empezó a salir a chorros, hacía muchísimo que aquello no me ocurría. Mi pecho se vació en un santiamén y yo aluciné con la Symphony.

Más eficaz que mi Freestyle y más delicada y confortable con mi pecho.

Lo único malo del sacaleches Symphony es su peso y tamaño, de ahí que sólo pueda utilizarse para la extracción domiciliaria y que el mejor extractor portátil sea el Freestyle. Tiene 16 niveles de intensidad y es muy fácil de utilizar gracias a su pantalla LCD y a su control automático.

Es el mejor sacaleches del mercado, no me cabe la menor duda, una pena no haberlo probado cuando estaba en casa haciendo mi propio banco de leche para Canija.

En los hospitales tienen la máquina Symphony para el uso de las mamás que lo necesitan y entregan un kit de extracción de uso limitado para un sólo pecho. Cuando se alquila la máquina hospitalaria Symphony con el kit de extracción doble personal para la extracción simultánea de los pechos y así beneficiarse del reflejo de eyección para maximizar, no sólo el tiempo de extracción sino su eficacia, aumentando de esta forma la cantidad de leche materna extraída. Este kit está compuesto por todos los elementos necesarios para conectarse a la máquina y lleva las dos botellas biberón que con una tetina calma ya tienes un biberón.

Mi experiencia ha sido muy inspiradora y si tengo que extraerme leche en casa lo hago con la Symphony, fuera de ella con mi Freestyle. Lo que no dejo de utilizar con ambos es mi top de extracción fácil que me permite extraerme leche de ambos pechos sin necesidad de utilizar mis manos y así estoy escribiendo este post mientras la Symphony me extrae leche :)

Y vosotras, ¿habéis probado el sacaleches Symphony? ¿Qué os ha parecido?

viernes, 10 de enero de 2014

¡¡¡Tengo cliente!!!

Y lo que es más increíble, ¡¡¡ES EL MISMO!!!

Después de incorporarme en septiembre a mi empresa y quedarme sin cliente, después de tener la gran suerte de que me ofrecieran una exoneración de casi dos meses, después de que me incorporara de nuevo a mi empresa a calentar la silla, ayer volví de nuevo a mi antiguo cliente a cubrir una baja maternal.

Estando en Córdoba estas Navidades mi antiguo gerente me comentó que había surgido una posibilidad y estaban demandando mi perfil, por lo que habían entregado mi curriculum y el 8 de enero, cuando el jefe se incorporara de las vacaciones navideñas, sabríamos algo. Y así ayer, a mitad de la mañana, justo coincidiendo con el momento en que me extraigo leche, me comunicaron que tenía que ir a mi cliente. No me daba tiempo a todo, por lo que abandoné las oficinas de mi empresa y me dirigí rauda y veloz al que de nuevo iba a ser mi cliente.

Peeeero en algún momento tenía que extraerme leche así que aprovechando mi top de extracción fácil, que mi Freestyle se puede sujetar en el cinturón y que de esta forma tenía las manos totalmente libres, me puse mi sacaleches y mientras conducía hacia mi puesto de trabajo, mis pechos se iban vaciando.

Era para haberme grabado en video, pero cierto es que llegué justo a tiempo. Es increíble lo útil que me está resultando este top de extracción fácil, para mí indispensable a la hora de sacarme leche con cualquiera de mis extractores doble.

Estoy súper contenta, volver junto a mis compañeros y mi amiga, sentirme arropada, conocer la tecnología, aunque no el proyecto, y, sobre todo, estar asignada me hace sentirme tremendamente útil.

Los Reyes deben de existir porque éste fue el regalo que les pedí y se ha hecho realidad. Me siento muy afortunada por haber podido disfrutar de mi familia los últimos dos meses y ahora me incorporo no sólo asignada a un cliente sino al cliente en el que he pasado más de 5 años.

Y aunque me va a costar aparcar muchísimo, voy a comerme bastante tráfico y no me va a dar tiempo ir a buscar a los niños a la salida de la guarde, por suerte, cuando estén llegando a casa mami estará a punto de entrar por la puerta.

Así que ayer me despedía con un hasta mañana y una sonrisa de oreja a oreja del mismo lugar donde he trabajado los últimos años. Me daba la sensación de que no me había ido nunca, el espejo me devolvía la misma imagen, algo envejecida y más delgada, de los últimos años. Volver al mismo lugar me reconforta porque me siento arropada, aunque como os digo el proyecto no lo conozco.

Hoy, cuando llegue al trabajo, no me sentiré como un mueble calentando una silla, dejando que pasen las horas, esperando para poder ir al encuentro con mi familia, sino que me sentiré como un integrante de un equipo, un miembro más de este nuevo proyecto y eso genera en mí unas energías renovadas increíbles.  

martes, 7 de enero de 2014

Noche de Reyes Mágica

Joo, qué pena, se han acabado las fiestas :_( y hoy vuelve casi todo a la normalidad. Canija empieza de nuevo la guarde y tengo un nudo enoooorme en el estómago porque sé que va a llorar mucho. Está acostumbrada a ir conmigo y estar pegadita a mí y dormirse a la teta, sé que la va a costar un montón. La semana pasada no comió ni un sólo biberón de los que la dejé, se los terminó tomando Pequeñín, y eso que se los daba su padre.

También creo que le va a costar un poco a Pequeñín y es que ayer cuando se lo dije me miró con cara de pena y me dijo que no, menos mal que su profesora es un amor. Y Bichito está deseando volver a clase, aunque ella empieza mañana, y lo más increíble todavía es que quiere ir al comedor porque están sus dos amiguitos de clase y de la urbanización. Si bien, estos dos meses le ha encantado estar con mamá y siempre ha dicho que quería que la fuera a buscar, esta vez me ha pedido volver al comedor O_O Por suerte así no la cuesta el cambio.

Y dicho todo esto quería saber cómo os había ido la noche de Reyes. Para mí fue absolutamente mágica. En Papá Noel mis hijos reciben regalos antes de acostarse y cuando se van a acostar y se levantan por la mañana ya no tienen ese nerviosismo y esa ilusión. Sin embargo,  en Reyes fuimos juntos y por primera vez fui yo, a ver una cabalgata con mis hijos. Los años anteriores o alguno de mis peques estaba malo o era yo la que tenía que guardar reposo. Este año nada ni nadie podía impedirlo y la tarde del domingo nos fuimos a la cabalgata de un pueblo cercano. Cómo se lo pasaron mis pequeños!!! Ataviados cada uno con su bolsa, recogimos juntos caramelos, que no sé para qué, porque además de ser caramelos duros luego no se los comen, pero cierto es que les hacía muchísima ilusión.

Ya en casa comimos roscón de Reyes y chocolate y se fueron a dormir muy muy muy nerviosos. Prepararon los zapatos bajo el árbol, el trocito de roscón y leche para Baltasar y un poquito de agua para su camello. Se fueron a la cama nerviosísimos y en sus ojos brillaba esa ilusión increíble que yo recuerdo haber tenido cuando era una niña. Y así, por la mañana, cuando Pequeñín se despertó y subió la escalera para despertar a su hermana, ambos fueron a la terraza histéricos y gritando para poder ver sus regalos. Emocionadísimos fueron abriendo cada uno de ellos, ayudando a Canija a abrir los suyos y jugando a lo largo del día.

Es la mejor noche y día del año, sólo ver sus caritas llenas de felicidad, sabiendo que los Reyes les han traído exactamente lo que buscaban, es absolutamente mágico. Aunque Pequeñín no es que se entere mucho, su hermana logra contagiarle esa emoción y se pone tan nervioso como ella.

Tenemos mucha suerte de poder estar juntos y disfrutar de esta noche y este día. Mis hijos han recibido muchísimos regalos y no en casa especialmente, que en Papa Noel tuvieron uno y Baltasar les dejó uno y un detalle, sino porque nuestros familiares les han colmado de regalos, cosa que a mí no termina de gustarme tanta exageración, pero que a ellos les encanta. Ahora guardaré unos cuantos en el trastero y poco a poco iré subiendo alguno para que puedan disfrutar y valorar cada uno de ellos.

Yo he tenido también varios regalos, entre ellos mi exoneración, un móvil porque el anterior (por tercera vez en el año) me lo cargué y alguna cosilla más, entre ellas un jersey que voy a estrenar hoy mismo.

Soy tan feliz con mi familia, estando junto a ellos y verles crecer cada día, sin perderme todas las cosas maravillosas que ellos me ofrecen. Éste es el mejor regalo del mundo y doy gracias por él. Y aunque hoy estoy un poco triste y con el corazón encogido, debo recordar todos esos momentos que me llenan de alegría y transmitir ese sentimiento a mis hijos para que la vuelta sea un poquito menos dura para ellos también.


Y vosotros, ¿cómo celebráis esta fiesta? ¿Cómo os sentís ahora que han terminado las fiestas?

jueves, 2 de enero de 2014

Vuelta al trabajo, de nuevo

La llegada del 2014 traía la vuelta al trabajo, mi exoneración tenía fecha de fin y como no podía ser de otra forma esta mañana me he levantado y he ido a trabajar.

Esta vez no me ha costado tanto, quizá que Canija tenga 9 meses y medio ayuda mucho, pero lo que más ayuda es haber tenido la suerte de disfrutar de estos 2 meses juntas, de comer cada día con mi Bichito y de desayunar con mis tres hijos. Les añoro y mucho, pero estoy cargada de energía positiva porque estos 2 meses son impagables y he disfrutado cada día, cada hora y cada minuto de ellos.

Estoy feliz y seguramente mañana me cague en todo, pero hoy me centro en cada instante que he vivido con ellos, en esas mañanas, en esas comidas, en esos días. Cierro los ojos y escucho sus risas, veo sus caras y sus sonrisas, recuerdo nuestros juegos y nuestras peleas y revivo cada uno de esos momentos en mi mente.

Les quiero más que nada en este mundo, les adoro e intento que sea ese sentimiento el que fluya en mí hoy y me embargue. Y aunque he tenido que saludar de nuevo a mi sacaleches, mi Freestyle al que había abandonado, soy capaz de reproducir en mi cabeza una tetada de mi hija y sentir que estoy junto a ella.

Y gracias a que mi marido puede quedarse con los tres hoy y mañana, el paso de dejar de estar con mamá no es tan doloroso. Y gracias a que tienen un padre estupendo, ellos no notarán tanto mi ausencia. Por suerte, he podido adelantar mi horario estos dos días para volver y comer con mi familia.

Yo tuve un regalo maravilloso y he aprovechado cada instante de estos dos meses. No he recogido las ropas, ni he hecho limpieza, ni colocado, ni ordenado lo que dije que haría aprovechando que tenía dos meses, pero no me arrepiento, porque he disfrutado de mi familia, de estar con mis hijos y mi marido.

Quizá sea por todo esto por lo que hoy siento una felicidad plena, porque he utilizado cada día de estos 2 meses en lo que más quiero en este mundo, mi familia.

Y aunque sigo calentando la silla, he vuelto a un lugar que no es el mío, sigo desasignada, con un futuro incierto y no tengo ni puta idea qué será de mí, hoy me importa una mierda. Hoy me centro en mis hijos y mi marido, hoy me invade su presencia y aunque físicamente me encuentro tras el ordenador, mi mente vuela hacia ellos y mi corazón les siente como si nos fundiéramos en un abrazo perpetuo.

¡¡¡FELIZ AÑO 2014 A TODOS!!!