Semana de los derechos de la infancia

Inciso: Antes de empezar con el post de hoy quería contaros que ayer al final me acerqué a la clínica Belén para que me echaran un ojo porque tenía pinchazos y la tripa muy dura. Me monitorizaron y en reposo no tengo contracciones, así que me hizo una eco el doctor para ver que estaba todo bien y me dijo que cuando esto sucediera tenía que tumbarme y relajarme. La teoría genial, pero la práctica es otra bien distinta porque ¿cómo voy a echarme en mi trabajo? ¿Qué les digo a mis compañeros, que me junten un par de mesas? Así que me fui a casa más tranquila sabiendo que cuando me paro mi bebé no sufre y con ganas de ir el martes a mi médico de cabecera para hablar con ella y ver qué es lo que opina y también ir el siguiente martes a mi ginecóloga y comentarle qué me pasa.

Y dicho todo esto, paso a escribir el post de hoy.

Esta semana la guardería de mi hija celebra la semana de los derechos de los niños y la semana pasada nos dieron un comunicado informándonos sobre este acontecimiento y en cómo podíamos ayudar. En dicha circular explicaban en qué iba a consistir y que teníamos que rellenar una cartulina que los profesores nos iban a entregar con el derecho que correspondía a cada clase. A la de mi Bichito, Géminis, le tocó Derecho a la Alimentación y al Vestir.

Se podía utilizar toda clase de materiales, pero dada la edad de mi Bichito, pensé que lo mejor sería en papel. Así que imprimí unas hojas con dibujos para colorear de frutas, verduras, comidas y ropa. Coloqué la mesa auxiliar en mitad del salón, saqué un maletín de pinturas de dedos, témperas, ceras y sellos que compramos en el Primark el invierno pasado y le puse a mi Bichito el baby que tenemos para casa. Allí pasamos la tarde del domingo, pintando con las ceras, las pinturas de dedos y el pincel. La encantaró pintar con el pincel, sobre todo meter la punta en cada una de las témperas. También le llamaron mucho la atención los sellos. Cuando hubo terminado recorté todos los dibujos y algún recote de niños comiendo y niños vestidos para cuando su profesora nos diera la cartulina.

El martes encontré la cartulina y en cuanto la vi supe que no nos iban a caber todos los recortables, así que cuando llegamos a casa mi marido bajó a por una cartulina más grande, cortamos dos círculos del mismo tamaño y los unimos a la que nos dio la profesora y en cada círculo pegamos todos los recortables que habíamos pintado el domingo. El resultado es el que veis en la foto de arriba. A mi nunca se me dieron bien las manualidades, pero creo que esta vez y gracias a mi Bichito hemos hecho un buen trabajo y sobre todo es que pasamos una agradable tarde de domingo.