Cuando confías en el profesional

La confianza en los profesionales es bastante rara, quizá porque la mayoría de ellos en la Sanidad Pública tiene menos de 5 minutos para verte.

A lo largo de mi vida he visitado distintos médicos y varias veces he pasado por quirófano, exactamente 6 y estoy bastante contenta de los resultados, excepto de una cosilla que se me resiste, la nariz. No creáis que la tengo retocada, nooooo, ni mucho menos. Algún día os contaré de qué me han operado, o como dice mi marido, he pasado por chapa, quizá algún día me anime y pase por pintura.

Sin embargo, lo que quiero contaros hoy es la tranquilidad que estos profesionales a los que respetas y confías te dan esa seguridad que tanto te hace falta. Primero comenzaré con mi hija. No sé si recordáis que el pasado 15 de noviembre mi hija empezó con broncoespasmos, algo muy normal en ella en el pasado invierno. Su pediatra la conoce perfectamente y allí que fuimos, con tan mala pata que se había ido de vacaciones y tenía una sustituta (me ahorro los comentarios porque no es plan de poner verde a esta señora). Al final decidimos irnos y seguir con el tratamiento que su pediatra suele ponerle y esperar a que éste regresara. Tenía cita para el 1 de diciembre y me llamaron que esa semana tampoco estaría, al final la vio el pasado jueves día 9. La auscultó con sumo cuidado, la dijo las cuatro cosillas que siempre la dice y la dejó corretear y tocar todo de la consulta. La niña lleva casi un mes con aerosoles de ventolín y pulmicor y me dijo que aumentara ambos productos una dosis diaria y que le diera singularin, un refuerzo para asmáticos y que ella ya estuvo tomando todo el pasado invierno. En diez días quería verla y el martes tenemos cita con él de nuevo.

Yo salí más tranquila de allí y esperaba que hiciera efecto lo antes posible, ¿pero tanto? Le dimos 1 días 3 dosis de ventolín diarias y, por circunstancias de estar fuera de casa, se lo bajamos a dos, esta noche la he acostado ya sin cebolla y no ha tosido nada y ya le he dicho a mi marido que hoy ya no le dé pulmicor por la mañana. De verdad que está muchísimo mejor, aunque su pecho suele sonarle yo ya apenas le oigo, así que estoy encantada de ver su mejoría en tan sólo unos poquitos días. Estoy encantada de poder confiar en el pediatra de mis hijos, no me cambiaría y siempre voy a la Seguridad Social aunque mi hija tiene tarjeta de Adeslas.

Y ahora voy yo. Como sabéis ayer fui a ver a mi Embri al ginecólogo privado. Fui un poco asustada porque a mediodía creía que perdía un poco de líquido, tenía muchos pinchazos y varias contracciones. Como tenía cita con él, esperé. Se lo expliqué y me reconoció. Primero una ecografía vaginal para descartar la pérdida de líquido y efectivamente así fue y para medir el cuello del útero y ver si las contracciones tenían peligro y efectivamente tenía un cuello de útero de 5 centímetros, perfecto. Después un pequeño tacto vaginal para comprobar que todo estaba bien y después una ecografía normal para ver a mi Embri. Qué rico, tenía la carita totalmente de frente, su manita en la boquita, pude verle la nariz perfectamente y aunque me pareció que la forma es la mía, no creo que sea chatillo como nosotras sino un poco pintuaguda como su padre. Le vi perfectamente, cómo se diferenciaba de su hermana, de verdad. Fue maravilloso.

El doctor me dijo que tenía tantos pinchazos porque estaba muy abajo, muchísimo, encajado y que cada vez que movía la cabeza me debía de doler y mucho, y tanto, pensé yo. Pero que era normal, todo estaba normal y que no me preocupara. Que fuera con el resultado de las pruebas que me hago en la seguridad social dentro de 3 ó 4 semanas, cuando yo decida.

Salí muy tranquila de allí y un poco cabreada con mi Embri, a quien se le ocurre prepararse para salir desde la semana 12!!! Si es que tengo los genitales inflamados de lo bajo que está!!! La barriga me nace muy muy abajo, de verdad, como cuando estás al final, las patadas que me da son como vuelcos de estómago, a veces me hace mucho daño. Pero he de decir que puedo sacar algo bueno de esta posición, me lo dijo Mamá cc, y es que no tengo ningún problema con la respiración. Y eso es verdad, no me molestan los pulmones, no me falta nunca el aire, mi capacidad torácica apenas ha disminuido. Cada una se queja de lo que la toca, pero vamos a intentar mirar el lado positivo y es que cuando voy a natación los lunes y miércoles puedo nadar a croll y respirar cada tres brazadas sin necesidad de cansarme demasiado.