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Entramos en la semana 12 y todo iba perfectamente. Lo comuniqué en el trabajo, ya me encontraba mejor de los mareos y las bajadas de azúcar y por fin podía decir que ya había pasado el peligro. 10 días después, fui al baño en el trabajo y estaba manchada de sangre. Oh, dios!!! Mi bichito, podría haberla pasado algo? Así que nos fuimos al hospital y allí me dijeron que no ocurría nada, pero que me quedara en casa haciendo reposo relativo. Así que eso hice. La ginecóloga decidió esperar 4 semanas a que me hicieran la eco de las 20 semanas para ver que todo era correcto. Así que el 4 de febrero de 2009 me dieron la baja.
Había empezado a ir a natación de embarazadas, así que falté una semana y luego volví a retomarlas. Pero a finales de febrero, semana 19 de embarazo, me levanté una mañana de sábado, abrí los ojos y me veía la cara. Tenía unos dolores espantosos en la boca, fue horrible. No podía tomarme nada y tenía todo un lado de la cara hinchado. Alguna muela de debajo de un puente de tres estaba dando guerra. Y el paracetamol no hacía nada de nada. Después de aguantar todo el día, después de pedirle a mi marido que me quitara el puente, después de llorar del dolor que tenía, decidí ir al hospital. Tenía una infección muy considerable, así que antibiótico y hielo en la cara.
A la semana siguiente fui a hacerme la eco de las 20 semanas, todo estaba bien, pero mi médico de cabecera no me daba el alta, en gran medida por la infección de la boca y porque quería que fuera mi ginecóloga la que me la diera.
Empecé a arreglarme la boca lo que pude. Con mucho cuidado de poner el mínimo de anestesia y aguantar el dolor como podía. A finales de marzo me dio otro dolor de muelas, al lado contrario, así que más de lo mismo, hinchazón de cara, dolor, etc. El médico de cabecera decidió entonces dejarme de baja hasta que terminaran de arreglarme la boca, que sería a la semana siguiente de Semana Santa.
Esa semana además de acabar con la boca, tenía que arreglar unos papeles para la declaración y el nacimiento del bichito, así que como el viernes por la tarde iba a por el alta, por la mañana fui a hacienda. Y después de cambiar el domicilio quise ir a ver a mi madre. Así que tomé la salida en dirección a su trabajo y un coche negro BMV me estaba achuchando por detrás, calculé mal al tomar la salida y me choqué contra un coche. Me saltó el airbag y empezó a entrar humo. Me dolía la tripa, tenía un golpe y mi pequeña no me daba ninguna patada y justo 5 minutos antes no paraba. Fue la peor sensación del mundo, no la sentía.
Algunos coches pararon al verme la tripa cuando salí y me ayudaron. Me levanté la camiseta y tenía una laceración alrededor de mi ombligo. Un golpe que se estaba amoratando. Me dolí la tripa y sobre todo el alma, porque no sentía a mi pequeña. Fue horrible el tiempo en la ambulancia y los minutos hasta el hospital. En cuanto llegué me llevaron corriendo para ver en qué estado se encontraba y justo me dio una patada. Mi bichito estaba bien, no la había pasado nada. El golpe de la tripa era del airbag, que cuando salta quema. Fue entonces cuando empezó a dolorme todo, las costillas, las piernas, el cuello, las cervicales, las vértebras, la clavícula. Tenía moretones por todos los sitios del cinturón de seguridad y menos mal que llevaba el de embarazada. Así que me miraron, vieron que lo que tenía no estaba roto y me mandaron para casa. No podían hacerme nada, ni radiografías, ni medicación, ni nada. Así que un globo para las costillas y las vértebras que estarían fisuradas porque me costaba respirar, descanso y reposo. Pero mi pequeña estaba bien, menos mal.
Estuve semanas sintiéndome culpable, podía haberla pasado algo a ella. Así que lloraba a veces, pero estaba feliz porque seguía conmigo. No podía apenas moverme, había siniestrado el coche de mi madre porque el mío lo estaban pintando, pero mi pequeña estaba bien y me sentía feliz por ello.
Como podéis imaginar ya no me dieron el alta...
El accidente fue el 17 de abril, y estuvimos semanas que parecía una viejecita. Me costaba respirar, me costaba moverme y claro, cada vez estaba más gordita.
Tres semanas después comenzaba el tercer trimestre y aunque más gorda, tenía la esperanza que aunque estaría pesada y haría mucho calor (salía de cuentas el 27 de julio), por lo menos no me pasaría nada más. Pero me equivocaba...