Vuelvo a amamantar

Decir que alguna vez dejé de hacerlo no sería del todo correcto. Las contracciones me obligaron a destetar a mi hijos, aunque en ese destete sin elección encontramos la manera menos traumática de hacerlo. De esa manera ni mi Pequeñín ni yo sufríamos más de lo necesario. Casi todas las noches, antes de acostarse le ofrecía su tetita, cinco segundos en ella y yo le decía: "Pequeñín, otra" y él gritaba de emoción: "¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!". Cambiaba de pecho y a los cinco segundos le decía: "Ya" y él la soltaba feliz y contento.

A medida que he ido mejorando he ido dejándole más tiempo. Si me encuentro mal volvemos al mismo truco, si todo va perfectamente le dejo un poquito más. No mucho, porque si por él fuera seguiría y seguiría mamando de mi pecho, siempre tengo que decirle: "Pequeñín, otra". Incluso la semana pasada mamó mi Bichito, después de dos meses sin probarla, sin decirme absolutamente nada, me pidió teta. Mamó un poquito en mi regazo y pude ver en la expresión de sus ojos la felicidad que sentía por ello.

Pequeñín a veces me pide a lo largo del día y no le doy, no quiero arriesgar más de la cuenta, aunque verdaderamente creo que a mi Pizquita no le pasará nada, pero por si acaso, creo que con la toma de antes de acostar es suficiente.

Si hubiera destetado por completo a mis hijos estos dos meses habrían sido mucho más difíciles para todos. Cuando tuve que dejar de darles el pecho apenas ya salía leche, pero ahora ha vuelto a emanar y además debe de estar muy buena porque a mi Pequeñín hay días que hay que insistirle para que la suelte.

Tomé la decisión correcta para mi familia hace dos meses porque la vida de mi Pizquita corría peligro. Desde hace unas semanas mis contracciones son esporádicas y suelo tenerlas cuando me muevo más de la cuenta o cuando estoy sentada demasiado tiempo. Mi cuello de útero está cerrado y largo, en todo este tiempo no he borrado ni un sólo centímetro, aún teniendo episodios de varias horas de contracciones dolorosas. Sólo he tenido un par de contracciones de Braxton Hicks amamantando a mi hijo y en ese mismo momento dejaba de hacerlo. Creo que esta vez también he tomado la decisión idónea para mi familia y dentro de mis posibilidades seguiré amamantando a mis pequeños, aunque sean sólo unos minutos al día. 

Para mí es maravilloso poder dar de mamar a mis hijos. Para mí amamantar es una forma de vida, un estilo de crianza y mi fuerza interior nace en parte de ello. Así que a menos que mi Pizquita corra peligro seguiré haciéndolo hasta que ellos decidan dejarlo. Dentro de unas semanas tendré a mi hija agarrada a mi pecho, como lo hicieron sus hermanos en su día, como siguen haciéndolo ahora...