Dentro de una semana mi bichito hace un año. Cómo pasa el tiempo!!! Y, por lo tanto, hace ya casi un año que la doy el pecho.
Cuando estaba embarazada tenía claro que quería darla el pecho durante mucho tiempo, todo el que fuera posible y el que estuviéramos dispuestas ambas. Pero tenía muchas dudas, muchísimas y tuve mucha suerte de encontrar, después de dar a luz, una amiga, una única amiga, que había estado dando el pecho a sus hijos un par de años. Así que intercambiamos muchos correos sobre todas mis dudas y tenía muchas!!! Sobre todo cuánto, cuándo, dónde y cómo. Un sin fin de preguntas que no eran más que las dudas de una madre primeriza que tenía miedo de no dar la talla.
La abordé a preguntas y eso que yo había ido a las clases de preparación al parto, pero no era nada tan personal como una persona que realmente se encontraba en el mismo libro, pero en distinto capítulo, uno más avanzado. Tuvo mucha paciencia y me explicó que poco a poco iría descubriendo muchas de las cosas que la preguntaba.
La verdad es que no ha sido nada fácil.
Cuando nació mi bichito pedí a las matronas que me ayudaran para ponerla al pecho, yo no sabía. Me dijeron que me pusiera de lado y la niña en paralelo a mi. En cuanto tuvo el pezón cerca de su boca, la abrió y se puso a mamar. Recuerdo que fue una sensación maravillosa y con los nervios del momento no me di cuenta que me estaba haciendo daño. Todo lo que me habían explicado, cómo debía de abrir la boca, cómo debía de succionar, todo lo que había escuchado en la preparación al parto se me olvidó y la dejé mamar. Estuvo al pecho mucho tiempo y fue increíble.
Cuando subimos a la habitación yo no me apañaba demasiado bien, era un poco torpe, la verdad, pero seguía poniéndola al pecho cada vez que ella quería. El problema es que las matronas me decían que debía de estar sólo 20 minutos en cada pecho, así que la pobre se quedaba con hambre. Varias veces vinieron con una ayuda de comida, a la que yo me negué, pero a mi no me subía la leche. Una noche tenía tanto hambre que no paraba de llorar y la dieron la ayuda en jeringuilla. Madre mía, se lo tomó en un pis-pas y se quedó dormidita.
Cuando llegamos a casa a mi no me había subido la leche, así que hubo que comprar leche de fórmula, porque la pobre se quedaba con hambre y no paraba de llorar. Yo la ponía a cada pecho 30 minutos, 10 minutos más de lo que me habían dicho, pero no me subía. Sólo la daba la ayuda cuando notaba que tenía mucha hambre. Me hacía bastante daño, mi bichito no abría bien la boca y mi pecho era muy grande y sin apenas pezón. Llamé al centro de salud para pedir hora a la matrona porque consideraba que tenía un problema con la lactancia, pero me dijeron que fuera en la prueba del talón. No, eso no debería ser así. Si alguna de vosotras tiene un problema para instaurar la lactancia, debe irse en ese preciso momento a la matrona a pedirle ayuda. Son esos primeros días, esas primeras horas, las que son cruciales, las que hacen que todo vaya bien. Creo que debería de darse cursos tanto a auxiliares como a médicos de los centro de salud y de los hospitales para explicarles lo importante que son los primeros días, para que te hagan un hueco enseguida y que el porcentaje de éxito sea mayor.
A la semana me subió la leche y vaya que si me subió. Tuve que llamar a mi madre para que viniera a quedarse con la niña para ir al hospital, no podía mover el brazo derecho y el izquierdo empezaba a no poder levantarlo, tenía unos dolores horribles. En cuanto me vieron me dijeron que tenía que sacarme la leche y que me comprara de urgencia un sacaleches eléctrico, porque podía producirse una mastitis. Así que buscamos una farmacia y lo compramos. Cuando llegamos a casa mi marido me ayudó a sacármela.
Fui a la matrona, pero yo creo que tarde, mi bichito no abría del todo la boca y por la forma de mi pecho no cogía bien el pezón. Así que tenía los pezones en carne viva. La matrona intentó ayudarme, pero no ha habido manera de que cambie su forma de mamar. Hoy todavía sigo con los pezones rosas, claro que a los dos meses se hizo cayó y dejó de dolerme.
Yendo un día a una charla de Masaje Infantil en Prenatal, conocí a una estupenda matrona que me permitió ir a su centro de salud, en la otra punta de Madrid, a recibir masaje infantil. En la primera clase, cuando mi hija empezó a comer, la pedí ayuda. Cuando me vio se dio cuenta que mi bichito no abría bien la boca y me ayudó y me recomendó ir los viernes a su taller de lactancia. Así que los martes a masaje infantil y los viernes a taller de lactancia, nos cruzábamos medio Madrid! Pero merecía la pena. Y fui aquí donde aprendí muchas cosas. Me di cuenta que hay muchísimas mujeres que tienen problemas con la lactancia, de hecho creo que la mayoría. Aunque si preguntas te suelen decir que ninguno. Hay muchas mujeres que quieren dar el pecho a sus hijos y con la ayuda correcta lo hubieran conseguido.
La dedicación que tiene esta matrona es impresionante. El taller de lactancia se convirtió en un referente para mi. Me ayudó mucho, muchísimo. Me enseñó cómo había que darle el pecho a mi hija (aunque abrió más la boca, nunca ha llegado a hacerlo bien, mi hija ya tenía 3 meses y era muy difícil cambiar el hábito), me enseñó a sacarme la leche, me enseñó a compartir mis problemas con otras personas, mis miedos, mis inquietudes. Me permitió compartir con otras personas mi experiencia, poder ayudar a otras madres que acababan de dar a luz y que tenían tantas dudas como las que tuve yo. Fui una experiencia muy grata y muy llena. Gracias a ella pude descubrir que la mayoría de las mujeres que acabamos de dar a luz tenemos los mismos miedos, las mismas dudas y el mismo terror a no hacerlo bien y a veces a no preguntar por miedo a parecer malas madres.
Estuve yendo 3 meses y por desgracia desde que he vuelto a trabajar no he podido ir, aunque me gustaría. Mantengo por email y por un grupo de google el contacto tanto con la matrona como con todas las mamás del taller de lactancia (y con muchas más que se han ido uniendo). Cuando tengo alguna duda tengo un sitio, además de ahora éste, de poder preguntar.
Esto ha forjado en mi unos conocimientos básicos con respecto a la lactancia, que no dejan de ser sólo apreciaciones mías y que me gustaría compartir con vosotras y que además os pediría que vosotras compartiérais vuestros pensamientos conmigo:
- Realmente la lactancia no debe de tener reloj y menos al principio. Si se tira 30 minutos a un pecho como si se tira 50: si yo lo hubiera hecho me hubiera subido antes la leche, no tendría que haberla dado ninguna ayuda, ni visitado el hospital.
- Debe darse a demanda. Y esto quiere decir que a veces mama cada hora, depende de las necesidades del bebé. Habrá veces que se junten las tomas, habrá veces que no te de tiempo a descansar nada, pero bajo mi humilde opinión, merece la pena.
- Cuando se dé el pecho a un recién nacido se le debe dejar que sea él el que lo busque con mucha paciencia y dirigiendo tu pezón hacia su nariz y nunca a su boca (esto fue lo que hice yo y a mi no me ha salido nada bien, no dudo que haya mujeres a las que sí les haya salido bien). Yo he podido ver cómo dejando a un recién nacido entre los pechos de su madre, piel con piel, con dos días sin engancharse al pecho y después de una cesárea, sin ayuda de nadie el bebé ha ido reptando poquito a poco buscando el pecho de su madre. A los 20 minutos el bebé estaba mamando correctamente. Es indescriptible lo que sentí en aquel momento, lloré de emoción y pude ver la felicidad de una madre que estaba desesperada porque su hijo no se enganchaba.
- Hay que tener paciencia. En este mundo en el que vivimos el reloj es un mal amigo de la lactancia. Una vez que está instaurada la lactancia, hay tomas muy largas y se debe de tener paciencia. Como mi bichito no agarra todo el pezón y no coloca el labio superior bien, mi leche sale muy despacio y con 9 meses hemos tenido tomas de más de una hora. Ahora, con casi 12 meses, todavía está al pecho 20 minutos.
Seguro que hay muchas cosas que se me olvidan, muchísimas. Recuerdo que había algo que me creaba mucho estrés y era si se me iba a retirar la leche cuando trabajara, si iba a tener que sacármela. Me incorporé al trabajo casi a los 6 meses de dar a luz, me había estado sacando leche los meses anteriores, pero mi bichito no cogía el biberón, no había manera. Lo intentamos cuanto pudimos, probamos miles de tetinas, miles de formas y no hubo manera. Un día que mi marido estaba dándole la leche que habíamos congelado, le cayó una gota en la boca y se dio cuenta que sabía mal. No sabemos qué debió pasar ni por qué, pero tuve que tirar los 3 litros que tenía congelados en pequeñas cantidades. Con lo que me había costado sacármela!!! Madre mía!!! Decidí darla leche de fórmula en la guardería en vez de sacármela y tuve que introducir las papillas de cereales dado que no cogía el biberón y así podérselo dar con cuchara. Fueron momentos muy duros porque creía que se me iba a morir de hambre. Recuerdo que cuando la recogía estaba todo el camino de vuelta pensando que tendría mucho hambre, que la pobre apenas habría comido su papilla porque no sabía, que iba a perder mucho peso, que la iba a pasar algo. Llegábamos a casa y yo creo que ya en el ascensor me estaba sacando una teta. A veces incluso me planteé dárselo en el coche en vez de esperar a llegar a casa. Pero todo pasó y todos esos miedos se fueron resolviendo con el tiempo.
La leche no se me ha retirado, de lunes a viernes la doy por la mañana antes de llevarla a la guarde, alrededor de las 6:30, la doy después de merendar, a eso de las 16:30 y justo después de cenar, a las 20:15 más o menos. Los fines de semana después de cada comida. Y sé que tengo menos leche, lo noto. Pero a ella la encanta y creo que a mi más que a ella. Disfruto de cada momento que pasamos las dos juntitas en la hamaca. A veces me siento una privilegiada, me da pena que mi marido no pueda sentirlo, pero qué vamos a hacerle, yo la he parido, es otro de los miles de beneficios que tengo por ello...
En estos meses he encontrado varias asociaciones y varios grupos de ayuda. No soy de ninguno y a veces creo que son, en muchas ocasionas, más dañinos de lo que se cree. Pero he encontrado alguna que otra web que me ha servido de ayuda, sobre todo una en la que puedes comprobar la
compatibilidad de la lactancia con medicamentos y otros productos. Cuando he tenido alguna duda médica les he mandado un correo y me la han resuelto. Espero que a vosotras también os sirva. Esta otra
web también me gusta bastante.
Me gustaría conocer vuestras experiencias y si alguien tiene alguna duda quizá el post de hoy sirva para que podamos resolverlo entre todas. Ya sea de lactancia materna como de lactancia artificial.
Cada mujer es libre de decidir y hay que respetar su opinión y su buen hacer.