Mi opinión sobre las asesoras de lactancia

Lo que vais a leer en este post es mi opinión y experiencia sobre las asesoras de lactancia, no voy a entrar en el dinero que cuesta un curso o un taller u otra cuestión, si queréis saber más sobre esta polémica podéis leerlo en el blog de La Mamá Vaca. Bajo mi punto de vista cada uno decide en qué se gasta su dinero y es cuestión de esa persona valorar si le merece o no la pena gastarlo. No esperéis una opinión objetiva porque una de mis mejores amigas es asesora de lactancia y me siento muy afortunada de formar parte de su vida.

Ayer mismo me levanté pensando que debía de hacer ya un año que conocí a Eloísa, del blog de Una maternidad diferente, podéis leerlo aquí. Ella se ofreció a resolver todas mis dudas sobre la lactancia en tándem y enseñarme sus portabebés para introducirme en ese mundo inexplorado y totalmente desconocido para mí. Jamás podré olvidar aquel día, conocerla me impactó, es una de las mujeres más interesantes e increíbles que han pasado por mi vida. Desde aquel día no me he separado de ella y no pienso hacerlo. Ella ha marcado un antes y un después en mi forma de ser y en mi manera de ver la vida. Su amistad y apoyo han hecho que yo sea mejor persona y eso es impagable.

Mantuve muchas conversaciones con ella vía mail aclarando muchas de mis dudas, pero estaba claro que hasta que mi Pequeñín no naciera no iba a terminar de resolverlas por completo. Mi Pequeñín nació y a mí me parecía que no se enganchaba bien, mi Bichito no lo hizo y yo tuve que sufrir dolor en las tetadas. Esta vez tenía y sabía a quien recurrir y lo iba a hacer costara lo que costara. La mandé un sms cuando me felicitó por mi nueva maternidad explicándole mi inquietud, en seguida se ofreció a venir, pero la disuadí. Yo seguía intranquila y, después de hablar con mi marido y comentarle que no sabía lo que costaba pero que necesitaba su ayuda, decidimos que era muy importante mi seguridad y el buen agarre de mi hijo y la llamé para que viniera.

Esa misma tarde estaba en el hospital, mi hijo tenía poco más de 24 horas y fue maravilloso, vivimos juntos un momento especial en el que mi Pequeñín, apoyado entre mis pechos, se giró completamente y solito cogió correctamente mi pecho. Me lo habían dicho, pero me parecía increíble que un recién nacido hiciera algo parecido, pues sí, lo hizo, lo viví y fue absolutamente fantástico.

Habría pagado lo que me hubiera pedido, ella había dejado a sus dos hijos, de año y medio y 3 años en casa, había recorrido 30 kilómetros en coche de ida y de vuelta, había dejado el coche en el parking, había estado conmigo durante hora y media. ¿Quién de vosotros no cobraría? Yo he sido profesora de matemáticas y he cobrado por mi tiempo, y yo no tenía ningún tipo de responsabilidad en aquel entonces, no tenía que pedir a nadie que se quedara con mis hijos para poder dar esa clase. El tiempo es oro.

Pero Elo no me cobró e intenté hacerla un regalo, pero tampoco me dejó. Recuerdo perfectamente la frase que me dijo: “Hoy lo hago yo por ti y tú mañana lo harás por otra persona. Es una cadena de favores”. Y desde entonces ese es mi lema, por eso soy mejor persona gracias a ella. Me dio una grandísima lección de la que estaré eternamente agradecida. Aquel día no sólo me dio fuerzas, me apoyó, me regaló uno de los momentos más bonitos de mi vida, sino que también me demostró que existen personas maravillosas en este mundo, que ayudan a los demás sin necesidad de obtener nada más a cambio que el hecho de brindar su ayuda. Gracias Elo.

Aún así, sigue habiendo personas que piensan que personarse en su casa, recorrer kilómetros con el coche, con el gasto de gasolina, para ayudar en la lactancia, debe de ser gratis. O personas que no gastarían en una asesora ni un céntimo y, sin embargo, después se gastan el dinero en botes de leche de fórmula porque su lactancia ha sido inviable. Una lactancia fructífera y exitosa conlleva un ahorro sustancial de dinero y, sin embargo, hay gente que no sería capaz de gastarse unos pocos euros en conseguirlo.

Yo tengo la suerte de que Elo es amiga mía, he ido a su casa muchas veces para que me ayudara con las posturas de mi Pequeñín, ella ha venido a verme y así comprobar su agarre, la he llamado para pedirla consejo por mis mastitis repetitivas, la mando un montón de correos semanales con diferentes preguntas, ya no sólo la pregunto sobre lactancia, sino sobre otras muchas cosas. A veces me contesta rápido, otras tarda más y otras ni me contesta, pero comprendo que es una mujer súper ocupada (madre de dos hijos, trabajadora y empresaria, asesora de lactancia, escritora de un blog que la lleva su tiempo y que además la genera muchas consultas vía email). Yo misma contesto varias consultas sobre lactancia, hasta donde mis conocimientos llegan, pero lo hago vía email, sentadita en mi casa y cuando mis hijos ya están acostados. Si tuviera que moverme otro gallo cantaría.

Pero me parece muy hipócrita cobrar por ir a trabajar cada día, al fin y al cabo, cobrar por cada hora que dedicamos a los demás, y rasgarnos las vestiduras por pagar a una persona que nos dedica en exclusiva mínimo dos horas de su tiempo.

Yo no creo que esto sea un negocio, por lo menos desde mi punto de vista, qué mínimo que pagar el desplazamiento. Pero aún así y cobrando únicamente la gasolina, todavía hay gente que piensa que se gana dinero con ello.

Y vosotros, ¿qué pensáis?