Las vacaciones estivales de nuestros hijos hacen, en muchas ocasiones, que nos distanciemos del mundo 2.0 y nos centremos más en la vida 1.0: ir a la piscina, jugar con los amigos, al campo, a la playa o simplemente buscando actividades que hacer con ellos para que el aburrimiento no se instaure en el día a día. Hay que tenerlos entretenidos si no queremos terminar el día agotados y de mal humor, y son muchas las semanas de verano que tienen de vacaciones.
Muchos son los blogs maternales que tardan en actualizarse en esta época del año y los mensajes en los grupos de whatsapp/telegram escasean. En mi caso, esta sequía bloguera no sólo se debe a las vacaciones estivales, sino también un reencuentro con mi vida 1.0 y el entorno de mis hijos, ya va para más de 1 año. Primero empiezas a escribir menos, realmente a compartir menos, después pasas de escribir casi diarimente a hacerlo semanalmente, hasta que de pronto sólo escribes un post mensual.
Crecen y con ellos las reuniones, quedadas, cumpleaños y sin fin de citas apuntadas en mi calendario, en el que hay que pedir vez incluso para ir al baño. Además, la seguridad en mi misma ha crecido a lo largo de estos años y aunque tengo muchas cosas que contar y que compartir, me apetece más hacerlo con un café o una cerveza en la mano, según se tercie y cara a cara, que virtualmente. Eso no quiere decir que haya abandonado mi vida 2.0, no, ni mucho menos, sino que progresivamente he ido distanciándola.
Sigo leyendo algunos post que me parecen interesantes, sobre todo mientras doy el pecho a Canija y acuesto a los peques, pero ya no tengo esa lista inmensa de blogs preferidos que leía asiduamente. El contacto más de tú a tú prima en este momento en mi vida. De hecho, no ver a ciertas personas en una semana me apena y siento que las echo de menos e incluso me apetece más hablar por teléfono con ellas, escuchar su voz y compartir menos mensajes por whatsapp y más ratos juntos.
Y aunque sigo por estos lares, es en la distancia. Dedicándome más a mi familia, mis amigos, a mí misma. Ordenando mi vida 1.0, manteniendo la 2.0 y disfrutando del contacto, de la charla, del cariño, del roce, que tanto me gusta.
Esta noche disfrutaré junto a mis amigas de una cena tranquila, entre risas, entre cariño, entre amor. De conversaciones prohibidas, de momentos inolvidables, de complicidad infinita. Cargaré las pilas para mi día a día. Es mi instante de relax, mi ocasión especial, mi momento de placer y voy a aprovechar cada segundo de él. Y os recomiendo que lo probéis, si no lo habéis hecho ya o que lo repitáis, si habéis disfrutado de este momento.
Quizá a ti que lees estas líneas todavía no te ha llegado esa necesidad de dedicarte tiempo a ti misma, aunque sea poco, aunque sea una vez cada mucho, con las amigas, con tu pareja o sola. Quizá no sea el momento para ti, quizá llegue pronto, quizá no llegue jamás.
Hubo un tiempo en el que no lo necesité, en el que lo que necesitaba era a mis hijos y mi marido e imponerme esos momentos o hacer algo sin ellos me hacía sentir culpable. Pero ese momento pasó y empecé a dedicarme algunos instantes, aunque al principio se instauraba en mí un sentimiento de culpa que me acompaña en mi maternidad. Realmente ese sentimiento de culpa va ligado a la maternidad, nos acompaña a todas y a veces, nos impide y nos frena. Pero poco a poco fue disipándose, fui consciente de mi necesidad y entendiendo que tan importante es mi familia como yo misma.
Ahora me falta buscar cómo sacar tiempo para mi marido y para mí, porque es difícil de narices, aunque sólo sea parcialmente. Pero es algo que también necesito, aunque es muy complicado sé que en algún momento lo conseguiremos.
Y vosotros, ¿necesitáis estos momentos? ¿Os dedicáis tiempo a vosotros mismos?